El modelo alem¨¢n

?Francia no para de glosar el modelo alem¨¢n mientras que nadie, a este lado del Rhin, se preocupa de un modelo franc¨¦s. En los diccionarios de las ideas preconcebidas se recoge: ¡°Saludar el ¨¦xito alem¨¢n, hablar de las pymes que exportan y no olvidarse de las desigualdades¡±. Alemania apenas se preocupa por su modelo, plebiscitado por los electores. La campa?a, dominada por Angela Merkel, solo se ha jugado en la banda, sin que la oposici¨®n socialista haya querido imponer otro discurso. El salario m¨ªnimo o la pensi¨®n de los funcionarios han sido los ¨²nicos temas ¡ªlimitados¡ª de la disputa. En este pa¨ªs del consenso, los socialistas est¨¢n en el origen de las reformas profundas y cotestadas de la econom¨ªa y, sobre todo, de la liberalizaci¨®n del mercado laboral. El SPD podr¨ªa incluso secundar sin intenciones ocultas a Merkel, dado que la coalici¨®n con los liberales est¨¢ en retroceso. Si hay un modelo alem¨¢n hay que buscarlo en otro sitio. En su facultad de integraci¨®n.

Alemania, sin paro pero con cunas vac¨ªas, atrae a miles de j¨®venes trabajadores de los arruinados pa¨ªses del sur. Hace venir a j¨®venes diplomados del Este de Europa, de Asia o de Francia para mantener su reputada industria. Los turcos, tras d¨¦cadas de exclusi¨®n, invierten en pol¨ªtica, en f¨²tbol, en cultura y, al igual que miles de artistas venidos de toda Europa, seducidos por su ambiente y sus hogares, ocupan Berl¨ªn. ?Por qu¨¦ dar sangre nueva a un viejo pa¨ªs que podr¨ªa convertirse en el crisol de una Europa abierta? Un modelo inesperado.

Fran?ois Sergent

Par¨ªs, 19 de septiembre de 2013