Modelos

Hace poco m¨¢s de un a?o los telespectadores de todo el mundo asistimos con asombro a una demostraci¨®n espectacular: la inauguraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos de Londres. Toda la ceremonia gir¨® en torno a una instituci¨®n, The National Health Service. Los ingleses se mostraban orgullosos de aquel montaje que fue ejemplo para el mundo. Fue una de las m¨¢s desvergonzadas exhibiciones que se ha podido ver por televisi¨®n. Porque todo el mundo sab¨ªa que semejante cosa, el NHS, est¨¢ destrozado de forma concienzuda. Margaret Thatcher y todos sus sucesores, Tony Blair incluido, se han aplicado en serio hasta conseguir que el sistema sanitario brit¨¢nico est¨¦ un puntito por encima del tanzano.

Pero se les ha quedado en la memoria de tal manera que siguen reivindicando el montaje como si el NHS funcionara a¨²n con toda su alegr¨ªa socialdem¨®crata. Aqu¨ª no nos funciona ni la memoria. Durante unos a?os, desde 1982, en Espa?a se construy¨® un sistema de educaci¨®n y de salud que no ten¨ªa mucho que envidiar a los mejores de Europa en calidad, tecnolog¨ªa y profesionalidad de los funcionarios que lo hac¨ªan andar todos los d¨ªas. Ese sistema se est¨¢ desarbolando con la misma eficacia salvaje que se aplic¨® en Gran Breta?a. Todav¨ªa no estamos en esos niveles de miseria que se respira, por ejemplo, en las salas comunes de los hospitales de Manchester. Pasa lo mismo en otros terrenos: los trenes, que fueron tambi¨¦n un orgullo de esa naci¨®n, se van rompiendo por todas las esquinas. Los espa?oles todav¨ªa andan y son, adem¨¢s, puntuales.

Londres nos env¨ªa brillos cegadores desde la City, donde una cuadrilla de ladrones vestidos con elegancia manipulan los tipos de inter¨¦s mientras se toman unas pintas en pubs como el Black Friars. Hacia ah¨ª vamos, conducidos por Rajoy. En pocos a?os, podremos presentarnos de nuevo al COI. Orgullosos de nuestra chatarra.