El certificado energ¨¦tico
Para ver en vivo el funcionamiento del cerebro se utiliza un is¨®topo radiactivo que, al seguir el curso de las neuronas en acci¨®n, ofrece una clara radiograf¨ªa de su funcionamiento. Pues bien, leo en la p¨¢gina 34 de EL PA?S del pasado s¨¢bado 14 de septiembre un art¨ªculo informando sobre la implantaci¨®n del Certificado Energ¨¦tico en Espa?a. Leyendo este art¨ªculo que, cual tomograf¨ªa, se limita a informar fielmente sobre los efectos que la implantaci¨®n del Certificado Energ¨¦tico ha tenido en la sociedad espa?ola, me parece ver el funcionamiento de la misma.
En primer lugar, la clase pol¨ªtica en Espa?a, que ha tardado dos a?os m¨¢s que el resto de pa¨ªses en implantar una directiva europea y que ha tenido que hacerlo in extremis forzada por la amenaza de una multa millonaria. Supongo que Zapatero no la implantar¨ªa por un c¨¢lculo electoral y Rajoy no lo ha hecho porque esta es su forma de manejar cualquier asunto.
En segundo lugar, los due?os de viviendas que para vender o alquilar se ven obligados a realizar el certificado, y que consideran este como un sacacuartos o un impuesto m¨¢s. A esta percepci¨®n ha contribuido sin duda la inexistente campa?a informativa previa a su implantaci¨®n.
Por ¨²ltimo, empresarios y profesionales que no dudan en ofrecer este certificado a precios irrisorios de 35 euros sin visitar el inmueble e incluso dando la m¨¢xima calificaci¨®n ¡°A¡± a viviendas que ni de lejos la tienen. Lo dicho, toda una radiograf¨ªa del pa¨ªs.¡ª Francisco Corral Fern¨¢ndez.
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