Kate Moss a la una, a las dos... ?adjudicada!
Su imagen sale a subasta, la primera que la casa Christie's dedica a una musa viva Tras sobrevivir a s¨ª misma, al inclemente paso del tiempo y al voraz mundo de la moda, cimenta hoy su condici¨®n de gran icono del arte
En julio de 2011, tras su enlace con el m¨²sico Jamie Hince, Kate Moss se perdi¨® en yate por las aguas del Mediterr¨¢neo. A la vuelta de la luna de miel, encontr¨® un regalo de bodas sorpresa en el ba?o que estaba reformando en su nueva mansi¨®n en Highgate, al norte de Londres. El enigm¨¢tico grafitero Banksy hab¨ªa elaborado en su ausencia un mural emulando los retratos solarizados que hizo Warhol de Marilyn Monroe con el rostro de la top sustituyendo al del mito del cine. Una obra estimada en 240.000 euros ¡ªpero de incalculable valor sentimental¡ª que ven¨ªa a sumarse a la lista de presentes de otros artistas amigos, como los hermanos Chapman, Tracey Emin o Marc Quinn. De todas las facetas de la longeva diva de la moda ¡ªsupermodelo contra el estereotipo, animal fiestero, rockera irreductible¡ª, posiblemente la m¨¢s desconocida sea su integraci¨®n en los c¨ªrculos art¨ªsticos.
El colof¨®n de esta devoci¨®n podr¨ªa ser la subasta que oficiar¨¢ Christie¡¯s el pr¨®ximo mi¨¦rcoles, cuyas 58 obras (en su mayor¨ªa fotograf¨ªas) se pueden contemplar desde hoy en su sede londinense. En ella, la modelo se eleva oficialmente a musa m¨¢s all¨¢ de las pasarelas, los anuncios y las revistas. Es la primera vez que una casa como esta abre una puja centrada en un personaje vivo. ¡°Su imagen representa mucho m¨¢s que un arquetipo¡±, apunta Gert Elfering, el coleccionista responsable del proyecto. ¡°Y en eso las comparaciones con Marilyn no resultan caprichosas. Es un personaje por el que la propia Kate siente mucha atracci¨®n. Su historia cuenta con ciertos paralelismos. Ambas tienen tantas luces como sombras, han afrontado un insaciable apetito p¨²blico por seguir su vida en im¨¢genes y han sufrido como nadie la persecuci¨®n de los fot¨®grafos¡±.
La llamada a cap¨ªtulo que recibi¨® en 2005, al encontrarse esnifando coca¨ªna en la portada de un tabloide, no hizo sino redoblar su cach¨¦ tras una rehabilitaci¨®n expr¨¦s. Fue ese mismo a?o cuando Christie¡¯s sac¨® a subasta el retrato a tama?o natural que pint¨® Lucian Freud de Moss desnuda y embarazada de su hija Lila Grace en 2002. La cifra r¨¦cord alcanzada, casi seis millones de euros, contribu¨ªa tambi¨¦n a dibujar un nuevo panorama en el coleccionismo. As¨ª lo recuerda Philippe Garner, director de fotograf¨ªa de la casa de subastas: ¡°Fue un momento muy significativo en su conversi¨®n de maniqu¨ª a musa art¨ªstica, que coincidi¨® con una transformaci¨®n tambi¨¦n en el mercado del arte. Era la etapa en la que los grandes maestros vivos de posguerra comenzaban a alcanzar cifras astron¨®micas, de varios millones, por obras que hab¨ªan tenido una vida relativamente corta. Ese cuadro marc¨® un antes y un despu¨¦s¡±. Ten¨ªa que ser Kate la protagonista. Ella misma porta donde la espalda pierde su nombre dos golondrinas tatuadas por Freud y presume de que le encanta salir de casa ¡°con una obra de un mill¨®n siempre puesta¡±.
Compararla con Marilyn Monroe no es un capricho. Es un personaje por el que la propia Moss siente una gran atracci¨®n"
Elfering trat¨®, infructuosamente, de incluir en la actual subasta algunos bocetos de Freud. Tambi¨¦n una fotograf¨ªa personal en la que Moss sonr¨ªe acurrucada al pintor en la cama. ¡°Pero ella se neg¨®. Por muy sobrexpuesta que viva, ha aprendido a establecer una distancia entre su yo p¨²blico y su yo privado¡±. A cambio, el coleccionista ha logrado que sir Peter Blake, artista pop autor de la portada de Sgt. Pepper¡¯s Lonely Hearts Club Band, de los Beatles, realice un collage centrado en Kate; o que Allen Jones, c¨¦lebre por sus esculturas er¨®ticas, modele una pieza ex profeso para la cita, donde el busto de la diva se funde con un vestido de bronce. Esa es la pieza m¨¢s cara, tendr¨¢ una salida de 175.000 euros. En total se estima recaudar al menos 1,7 millones de euros. Se suman a ellos algunos retratistas que la han visto crecer: Annie Leibovitz, Mario Testino, Juergen Teller, Mario Sorrenti, Chuck Close, Nick Knight, Ellen von Unwerth, Craig McDean, Steven Klein, Rankin¡ Una nota para fans: aunque la vimos en la rueda de prensa de presentaci¨®n, no acudir¨¢ a la puja. ¡°Si yo fuera ella, a esas horas procurar¨ªa estar paseando al perro¡±, bromea el director de Christie¡¯s.
Se echa en falta a Corinne Day, que le realiz¨® su primera y emblem¨¢tica primera sesi¨®n para la revista The Face, con la que se convertir¨ªa en el icono original del grunge. ¡°Le plante¨¦ rescatar alguna otra foto de Day, no de esa sesi¨®n. Pero se neg¨®. Es un poco mani¨¢tica del control, y hay ciertas fotos que no quer¨ªa ver o no le traen buenos recuerdos. En cualquier caso, esto no pretende ser una retrospectiva, sino una muestra de Kate Moss como musa¡±, dice el coleccionista. Tambi¨¦n est¨¢ ausente Marc Quinn, que en 2008 realiz¨® una estatua de ella que val¨ªa su peso en oro. Literalmente. Una Moss de 50 kilos en ese material noble practicando yoga valorada en dos millones de euros. En 2011, Sotheby¡¯s subast¨® una versi¨®n m¨¢s peque?a, de solo 10 kilos, por 680.000 euros. ¡°No es una escultura de Moss¡±, dijo Quinn en su momento. ¡°Es una escultura de nuestra alucinaci¨®n colectiva sobre qui¨¦n es la mujer m¨¢s bella del mundo. Un retrato y una m¨¢scara al mismo tiempo¡±.
La propia interesada, inteligentemente, ha contribuido a esa alucinaci¨®n. Acostumbra a guardar silencio. Apenas concede entrevistas. La hemos visto un mill¨®n de veces, pero muy pocos conocen a la aut¨¦ntica Kate Moss. ¡°Sin embargo, ha logrado a trav¨¦s de su imagen redefinir un modelo de mujer. Resulta significativo que tenga m¨¢s fans entre ellas que entre los hombres. Transmite esa dualidad de chica buena-chica mala que todas quisieran ser¡±, reflexiona Elfering, que esboza su lugar futuro en la iconograf¨ªa cultural. ¡°Veremos su imagen colgada en paredes al lado de un picasso o un matisse. Ha trascendido la fotograf¨ªa de moda, o la fotograf¨ªa, a secas, para alzarse con una entidad propia. Muy pocas modelos han conseguido algo as¨ª. Tenemos a Lisa Fonssagrives, esposa de Irving Penn, y a Lee Miller, musa de Man Ray, pero poco m¨¢s. Kate es una de las caras que definir¨¢n estos tiempos¡±.
Hay quien lo tiene bien presente. Estos d¨ªas, Playboy ha confirmado que ocupar¨¢ la portada de su n¨²mero especial del 60? aniversario, a publicarse en diciembre. Un mes despu¨¦s, Kate Moss cumplir¨¢ 40 a?os, pero a buen seguro que prolongar¨¢ su rol de musa, retando tambi¨¦n nuestro ideal de la belleza madura.
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