¡°Derecho a decidir¡± ?qu¨¦?
El sentido de este verbo s¨®lo se puede completar si le acompa?a un complemento directo
Muchos verbos se quedan en nada si no est¨¢n acompa?ados de m¨¢s palabras. Oraciones como ¡°yo entrego¡±, ¡°t¨² llevas¡± o ¡°¨¦l prepara¡± nos parecen incompletas cuando se terminan ah¨ª. Oraciones, tambi¨¦n, como ¡°nosotros decidimos¡±. Esos verbos se denominan ¡°transitivos¡± (del lat¨ªn transire)porque su acci¨®n pasa, transita, hacia alguien o algo (el complemento directo).
En todos estos casos de frases cojas (¡°yo entrego¡±, ¡°t¨² llevas¡±, ¡°¨¦l prepara¡±), preguntar¨ªamos a quien las pronunciase qu¨¦ entrega ¨¦l, qu¨¦ llevo yo o qu¨¦ prepara el otro. O qu¨¦ decidimos nosotros.
¡°Decidir¡± procede del lat¨ªn decidere, que etimol¨®gicamente implicaba ¡°separar cortando¡± por su relaci¨®n con caedere: cortar (Corominas y Pascual, 2011, p¨¢gina 181). Se trata por tanto de distinguir entre unas cosas y otras, de apartarlas para la mejor observaci¨®n de sus diferencias. Seg¨²n el Diccionario, la acci¨®n de ¡°decidir¡± consiste en ¡°formar juicio definitivo sobre algo dudoso o contestable¡±, y tiene como sin¨®nimo ¡°resolver¡± (tomar determinaci¨®n fija y decisiva de algo). Hasta ah¨ª todo nos muestra que decidir implica elegir entre distintas opciones, tras separarlas unas de otras para lograr un an¨¢lisis m¨¢s certero. Pero el sentido pragm¨¢tico del idioma lleva a que entendamos en la conversaci¨®n que las decisiones son actos y tambi¨¦n efectos. Aunque el Diccionario no lo precisa, el verbo ¡°decidir¡± liga en su contexto m¨¢s frecuente la acci¨®n mental de determinar algo con su aplicaci¨®n concreta. Si alguien dice ¡°ayer estaba hambriento y decid¨ª tomarme un chocolate con churros¡±, interpretamos que se lo tom¨® y hasta sentimos envidia por no haber hecho lo mismo.
Derecho a decidir... Ese silencio es una divergencia entre el leguaje de la gente y el de la pol¨ªtica
Por tanto, ¡°decidir¡± adquiere dos valores: un acto mental y un acto real. Ese valor doble lo convierte en un verbo id¨®neo para la manipulaci¨®n, pues el emisor siempre podr¨¢ escudarse en que se refer¨ªa a su significado exacto y no al sentido que solemos extraer de ¨¦l. Imaginemos este di¨¢logo:
¡ªDijiste que hab¨ªas decidido aumentarme el sueldo, y me compr¨¦ un coche.
¡ªS¨ª, es verdad que lo decid¨ª. Y lo sigo teniendo decidido, pero no s¨¦ cu¨¢ndo te lo aumentar¨¦. Yo que t¨², devolver¨ªa el coche.
El contexto y la experiencia de los interlocutores resultan fundamentales en estos casos. Alguien puede decir que hace un a?o decidi¨® no fumar m¨¢s, y quiz¨¢ le preguntemos si lo consigui¨®. Pero en caso de que ese mismo interlocutor nos cuente ¡°hace un a?o decid¨ª no hablarle m¨¢s a Fulano¡±, entenderemos que ha roto realmente las relaciones con aquella persona.
Analicemos ahora con todos estos elementos el lema pol¨ªtico derecho a decidir.
En primer t¨¦rmino, y trat¨¢ndose de un verbo transitivo en su n¨²cleo duro, el sentido solamente se puede redondear con un complemento, expl¨ªcito o impl¨ªcito: ?Derecho a decidir qu¨¦? Ese primer silencio constituye de entrada una clara divergencia entre el lenguaje de la gente y el lenguaje de la pol¨ªtica, porque se comunica algo con una f¨®rmula que no comunica algo. Si alguien reivindica el derecho a entregar, el derecho a llevar o el derecho a preparar, podemos apoyarle sin m¨¢s, pues todos tenemos derecho a entregar, llevar o preparar, pero en la vida cotidiana le pedir¨ªamos datos adicionales: ?el derecho a entregarnos la llave que le ha dejado el vecino?, ?el derecho a llevar una matr¨ªcula falsa? ?el derecho a preparar un enga?o?... Si en esos verbos y en el lema derecho a decidir no se completa la oraci¨®n, pero asumimos la idea inconclusa, alguien puede a?adirle despu¨¦s un complemento seg¨²n su propia conveniencia, y dar la frase por apoyada en su conjunto.
Y en segundo lugar, el deber de transparencia obliga a explicitar si derecho a decidir refiere solo un acto mental o comprende adem¨¢s una inmediata acci¨®n concreta.
Los pol¨ªticos (por ac¨¢ y por acull¨¢) abusan de la ambig¨¹edad y de los conceptos amplios: ¡°Futuro¡±, ¡°libertad¡±, ¡°institucionalizaci¨®n¡±... Es el lenguaje que le sirve al poder, no el que le sirve a la gente. Y cuando ellos se expresan as¨ª, los dem¨¢s tenemos derecho a decidir que preferimos sustantivos precisos y verbos con todos sus complementos.
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