China copia Hollywood
El magnate chino Wang Jian-Lin est¨¢ dispuesto a construir el mayor complejo cinematogr¨¢fico del mundo
Toda potencia mundial merece su propia f¨¢brica de sue?os (o maquinaria propagand¨ªstica, a elegir). El modelo es Estados Unidos y Hollywood, una historia de ¨¦xito y corrupci¨®n que ning¨²n otro pa¨ªs ha logrado conseguir. China ¡ªel futuro de casi todo est¨¢ en China¡ª quiere intentarlo. El magnate chino Wang Jian-Lin (10.900 millones de euros le atribuye Forbes) est¨¢ dispuesto a construir el mayor complejo cinematogr¨¢fico del mundo en una ciudad costera china, Qingdao, por el m¨®dico coste ¡ªseguro que habr¨¢ desviaciones¡ª de 3.750 millones de euros. Como estas cosas es mejor celebrarlas antes, no sea que el fracaso nos reviente el jolgorio, Jian-Lin ha convocado a estrellas hollywoodenses y chinas (Nicole Kidman, John Travolta, master de la Cienciolog¨ªa, Leonardo DiCaprio y Jet Li) a una magna inauguraci¨®n en la que se desparram¨® una fe p¨¦trea en el triunfo final. Dice Jian-Lin que los ingresos de taquilla chinos superar¨¢n los de Estados Unidos en 2018; es posible, pero la fiabilidad de la taquilla gringa est¨¢ contrastada durante un siglo y la china no. Calcula tambi¨¦n que la industria de la cultura supone solo el 2% de la econom¨ªa china, mientras que en la meca del cine supera el 20%. Pues s¨ª; pero con ese argumento, al cine espa?ol le esperar¨ªa un brillante porvenir.
Wang Jian-Lin est¨¢ entusiasmado porque, aunque sea a efectos publicitarios, identifica cine con cultura y cine con Estados Unidos. Bien, si la recua interminable de Transformers y GI Joes fuese cultura, habr¨ªa que darle la raz¨®n. Es de suponer que los tiros y los l¨ªos van por otro lado: Qingdao ser¨¢ un centro de excitaci¨®n cultural para maquillar la imagen china y un centro de negocio para Jian-Lin si se cumplen las previsiones de rodar all¨ª 100 producciones chinas y 30 extranjeras al a?o.
Buena suerte al magnate y a su parque cinematogr¨¢fico. Es un proyecto m¨¢s modesto que el de Adelson en Alcorc¨®n, pero no se puede competir con la ludopat¨ªa. Eso s¨ª, tienen dif¨ªcil superar el glamour de Hollywood; viene de una tradici¨®n de directores y actores geniales, borracheras oce¨¢nicas, soberbias sat¨¢nicas y lujurias desbocadas. Muchas de esas cualidades hoy son escasas o an¨¦micas.
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