Negociar con Ir¨¢n

Barack Obama ha se?alado en la ONU que Oriente Medio es la prioridad de su pol¨ªtica exterior en lo que le resta de mandato. El foco fundamental es el programa nuclear de Ir¨¢n, pero tambi¨¦n el proceso de paz entre Israel y los palestinos; el desarme qu¨ªmico de Siria ha sido aludido una vez m¨¢s, en ausencia de una estrategia a largo plazo. A diferencia del Obama que lleg¨® a la Casa Blanca en 2009 para transformar el mundo, las palabras del pol¨ªtico que se dirig¨ªa a la Asamblea General rebosaban cautela y la convicci¨®n de que Estados Unidos tiene una capacidad cada vez m¨¢s limitada para influir decisivamente en el rumbo de otros pa¨ªses.

Las dos grandes iniciativas diplom¨¢ticas son de alto riesgo. El conflicto hist¨®rico entre Israel y los palestinos ¡ªretomado con ¨ªmpetu excesivamente medi¨¢tico por Kerry, el secretario de Estado¡ª ha pasado inamovible por encima de muchos otros presidentes estadounidenses. El final negociado de la confrontaci¨®n con Ir¨¢n es un desaf¨ªo de d¨¦cadas.

Los a?os han ido mostrando la enorme distancia entre las intenciones de Obama y su concreci¨®n pol¨ªtica, tanto en el plano dom¨¦stico como en el internacional. Los altibajos y vacilaciones de la Casa Blanca (Afganist¨¢n, Libia, Palestina, Siria, entre otros) han pasado factura a la credibilidad presidencial. Pero no solo. Tambi¨¦n la generalizada percepci¨®n de que decae el poder estadounidense para gobernar los acontecimientos en una regi¨®n crucial.

Nada ser¨¢ f¨¢cil con Teher¨¢n, pese al reciente tono mesurado de ambas partes y las expectativas despertadas por el nuevo presidente iran¨ª. Ni siquiera se ha conseguido el publicitado apret¨®n de manos entre Obama y Rohan¨ª, prematuro para los ayatol¨¢s. Obama cree que el camino de la diplomacia merece ser profundizado, pese a mantener las sanciones y la amenaza de la fuerza. Pero quiere justamente que Teher¨¢n pase de sus promesas a acciones verificables. Unas promesas ¡ªlas de no ambicionar el arma nuclear¡ª que Rohan¨ª ha ratificado en Nueva York, pero sin propuestas para llevarlas a cabo.

Ser¨ªa m¨¢s que ingenuo creer que, tras un desaf¨ªo a ultranza, Ir¨¢n va a abandonar sus pretensiones at¨®micas de la noche a la ma?ana. Pero se ha reabierto la puerta por ambas partes a negociaciones serias. El encuentro inminente entre Kerry y su hom¨®logo iran¨ª, Javad Zarif, con fama de dialogante, dar¨¢ la primera medida de las esperanzas suscitadas.