Desalojo de viviendas sociales

La semana pasada, los vecinos de El Espinillo en Villaverde, Madrid, hemos sido ¡°regalados¡± nuevamente con un madrugador y desproporcionado despliegue policial de 10 o 12 furgonetas y decenas de polic¨ªas antidisturbios y municipales. No persegu¨ªan una peligrosa banda criminal ni un asalto a la guarida de los dineros de B¨¢rcenas, sino el desalojo de una familia de su vivienda.

]Me indigna este sinsentido de desalojar de viviendas sociales, de la Empresa Municipal de la Vivienda [EMV], a quienes tienen dificultades para tener una vivienda por sus propios medios. ?No es ese el sentido de la vivienda social? Me indigna que se derrochen medios p¨²blicos (salarios de decenas de empleados de juzgados, polic¨ªas, sanitarios, y los medios materiales que les acompa?an), tan escasos en otros lugares y para otros fines. Me indigna que se destruyan tan alegremente vidas y relaciones sociales tejidas en no pocas ocasiones tras situaciones personales dram¨¢ticas. Conoc¨ªa a las familias desalojadas, este mes y en julio. No eran familias conflictivas y en ambos casos sus viviendas eran una segunda oportunidad para construir una vida digna, especialmente para sus peque?os. Su problema es que ambas carec¨ªan de recursos.

Ana Botella tiene que hacer caja para tapar una deuda innecesaria e insondable. ?Una verg¨¹enza!¡ª Julio Novillo Cicu¨¦ndez.