Adi¨®s a la peor generaci¨®n de directivos europeos
Durao Barroso pasar¨¢ seguramente a la historia como una calamidad para la instituci¨®n que represent¨®
Si todo se desarrolla seg¨²n lo previsto, el pr¨®ximo presidente de la Comisi¨®n Europea deber¨ªa ser el cabeza de lista del partido que resulte m¨¢s votado en las elecciones europeas de la pr¨®xima primavera (mayo 2014). Por primera vez, los grandes grupos pol¨ªticos (Popular o conservador, Socialista, Liberal, Verdes y sectores m¨¢s a la izquierda) har¨¢n p¨²blico qui¨¦n es su candidato antes de las elecciones y por primera vez los jefes de Estado y de Gobierno estar¨¢n obligados por los Tratados, no a nombrar autom¨¢ticamente al vencedor, pero s¨ª a ¡°tenerlo en cuenta¡± a la hora de designar al nuevo presidente de la Comisi¨®n.
De momento, parece que ya est¨¢ claro que el candidato socialista ser¨¢ el alem¨¢n Martin Schulz, de 62 a?os, un hombre sin t¨ªtulo universitario, pero gran especialista en Historia europea, que fue due?o de una librer¨ªa durante 12 a?os, hizo su carrera pol¨ªtica en la vida municipal y que actualmente preside el Parlamento de Bruselas. Tambi¨¦n es casi seguro que el candidato liberal ser¨¢ el belga Guy Verhofstadt, de 60 a?os, un licenciado en Derecho que pr¨¢cticamente no lleg¨® a ejercer nunca porque entr¨® muy joven en pol¨ªtica (le llamaban Baby Thatcher), y que lleg¨® a ser primer ministro de su pa¨ªs. Muchos dan como probable que el candidato del Grupo Popular, conservador, termine siendo Michel Barnier, de 62 a?os, un elegante franc¨¦s, diplomado por una Escuela de Negocios, actual comisario de Mercado Interior y exministro de Asuntos Exteriores de su pa¨ªs.
De acuerdo con las encuestas, el grupo que cuenta hoy con m¨¢s apoyos en Europa es el Grupo Popular, por lo que Barnier se dibuja como un posible heredero del tambi¨¦n conservador Dur?o Barroso. Pero no es posible descartar que Schulz, un pol¨ªtico muy experimentado, consiga dar un vuelco a esos datos y forjar alianzas que le lleven a Bruselas. Y no conviene confundir al franc¨¦s con su correligionario Dur?o Barroso.
Sea Barnier, sea Schulz, la gran noticia ser¨¢ precisamente la desaparici¨®n de Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso al frente de la Comisi¨®n. El pol¨ªtico portugu¨¦s pasar¨¢ seguramente a la historia de la Uni¨®n como una calamidad para la instituci¨®n que represent¨®. Bajo su mandato, la Comisi¨®n ha sido casi irrelevante desde el punto de vista pol¨ªtico y la UE ha actuado de manera m¨¢s intergubernamental que nunca, dominada sin reparos por Alemania. Un fracaso sin paliativos, aunque probablemente su d¨®cil actitud le reporte beneficios personales y termine encontrando acogida en alg¨²n otro organismo internacional.
Adem¨¢s del presidente (o presidenta) de la Comisi¨®n, habr¨¢ que designar al sucesor o sucesora de Van Rompuy (el discret¨ªsimo pol¨ªtico flamenco que fue designado primer presidente de la Uni¨®n Europea, que ha servido bien a sus jefes y del que los ciudadanos no hemos tenido la menor noticia) y de Catherine Ashton la alta representante de la Uni¨®n para Asuntos Exteriores, otro prodigio de invisibilidad, la peor ¡°ministra de Exteriores¡± europea que se podr¨ªan imaginar los sufridos ciudadanos de la UE. Surgen ahora los nombres del ministro polaco Radek Sikorski, de 50 a?os, que estudi¨® Filosof¨ªa y Pol¨ªticas en Oxford, ejerci¨® como periodista, y defiende posiciones pr¨®ximas a los conservadores estadounidenses. O del sueco Carl Bildt, de 64 a?os, que, seg¨²n algunas bi¨®grafas no lleg¨® a licenciarse en Derecho, pero que fue el primer pol¨ªtico conservador que lleg¨® en d¨¦cadas a primer ministro en Suecia y un muy activo ministro de Asuntos Exteriores.
Quiere decirse con todo esto que las instituciones europeas han atravesado, en mitad de la peor crisis econ¨®mica posible, la peor crisis de falta de protagonismo y de falta de capacidad pol¨ªtica que se recuerda en la UE, ocupadas, para desgracia de los ciudadanos, por personajes sin car¨¢cter ni convicciones que han producido un da?o considerable al proyecto europeo. Y que es urgente cambiar esa situaci¨®n. Es urgente que los ciudadanos europeos nos vayamos fijando en los posibles candidatos porque ya sabemos, por las heridas que nos dejan en la piel, que quienes hacen pol¨ªtica en Europa hacen pol¨ªtica sobre nosotros, sobre nuestro futuro y nuestros derechos.
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