Perplejidades costeras
Una carpa playera situada en dominio p¨²blico construye sin licencia de obras y recibe subvenciones de la Junta y el Gobierno central
El chiringuito La Carpa de Matalasca?as (Huelva) acaba de recibir un premio medioambiental. Ha sido el m¨¢s destacado, para la Secretar¨ªa de Estado de Medio Ambiente, de todos los que se han presentado a la segunda convocatoria del galard¨®n, creado el a?o pasado.
El premio subraya los m¨¦ritos del local: recogida selectiva de residuos y aceites, descarga de agua controlada, sistema de extracci¨®n de humos, alumbrado de regulaci¨®n autom¨¢tica y servicio de informaci¨®n sobre los valores del litoral.
Entre esa informaci¨®n, sin embargo, no habr¨ªa estado mal a?adir alguna otra que, a buen seguro, hubiera creado cierta perplejidad.
La Carpa era un sencillo chiringuito de madera que se alzaba sobre la arena de la playa desde hace dos d¨¦cadas. Hace un par de a?os, animado por el ¨¦xito, su due?o decidi¨® ampliar la instalaci¨®n. La Ley de Costas, vigente desde 1988, puso su punto de mira en estos negocios y prohibi¨® hacer obras en las construcciones situadas en dominio p¨²blico, especialmente cuando son una ampliaci¨®n del per¨ªmetro antiguo.
No obstante, La Carpa fue derribada y en su lugar, a solo 20 pasos de la orilla, se empez¨® a erigir un edificio de hormig¨®n de tres alturas para desesperaci¨®n de los vecinos, que hasta esa fecha ten¨ªan vistas al mar. Como es l¨®gico, el Ayuntamiento de Almonte abri¨® un expediente y el Seprona (Servicio de Protecci¨®n de la Naturaleza de la Guardia Civil) denunci¨® las obras, raz¨®n por la cual un juzgado ha imputado ya al propietario.
E l chiringuito fue construido sin licencia de obras ¡ªlo que no deriv¨® en la habitual paralizaci¨®n de los trabajos¡ª, pero eso no impidi¨® que la Junta de Andaluc¨ªa le concediera una subvenci¨®n de 85.477 euros para construirlo y desmentir aquello de que las empresas carecen de financiaci¨®n, confirmando de paso que el poco aprecio hacia la Ley de Costas no conoce fronteras. No es que la dotaci¨®n del premio (4.000 euros) sea un despilfarro, pero para ser un chiringuito responsable se deber¨ªan contrastar los m¨¦ritos ecol¨®gicos antes mencionados con el expediente completo.
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