De mal en peor

El Gobierno de Nicol¨¢s Maduro parece empe?ado en la ins¨®lita tarea de empujar a Venezuela por el despe?adero. Que una potencia petrolera est¨¦ sumida, a pesar de los altos precios internacionales del crudo y de unos ingresos anuales de 90.000 millones de d¨®lares, en la cat¨¢strofe econ¨®mica deber¨ªa llevar a los responsables a un replanteamiento dr¨¢stico y realista de sus pol¨ªticas. Lejos de ello, Maduro y sus colaboradores han optado por perseverar en la senda de los desprop¨®sitos.

La inflaci¨®n anual del 40% ¡ªla m¨¢s alta de Am¨¦rica Latina¡ª, el prolongado desabastecimiento de productos b¨¢sicos, la escasez de divisas, el mercado negro y el declive de los servicios p¨²blicos no son fruto de conspiraciones ni sabotajes contra el Socialismo del Siglo XXI ¡ªc¨ªnica cantinela a la que, seg¨²n las encuestas, solo da cr¨¦dito el 4% de los venezolanos¡ª. Son la consecuencia inevitable de 14 a?os de intervencionismo, ineficacia e hiperregulaci¨®n; del dr¨¢stico control de cambios y precios y de la asfixia de la iniciativa privada. Y algo sospechaba Maduro cuando nombr¨® en abril como vicepresidente del ¨¢rea econ¨®mica al ¡°pragm¨¢tico¡± Nelson Merentes, partidario de algunos ajustes. Ahora, sin embargo, acaba de sacrificarlo para contentar al sector marxista ortodoxo, reforzando la sensaci¨®n de que navega sin rumbo.

Adem¨¢s, ha pedido a la Asamblea Nacional poderes extraordinarios para gobernar por decreto (la llamada Ley Habilitante). No se entiende bien que Maduro necesite esta prerrogativa ¡°para transformar la econom¨ªa¡± y ¡°combatir la corrupci¨®n¡± cuando controla los Poderes Legislativo y Judicial. A no ser que tenga otros prop¨®sitos. En este sentido, la petici¨®n de poderes especiales coincide con la salida de Venezuela de la Convenci¨®n Americana de Derechos Humanos o la creaci¨®n del esperp¨¦ntico Centro Estrat¨¦gico de Seguridad y Protecci¨®n de la Patria, para ¡°neutralizar¡± a los enemigos internos ¡ªen lenguaje chavista, opositores y periodistas independientes¡ª.

Estas iniciativas bosquejan un panorama alarmante, que apunta hacia una mayor represi¨®n y control social. Estamos a dos meses de las elecciones municipales del 8 de diciembre, que son para Maduro un refer¨¦ndum tras su ajustad¨ªsima y cuestionada victoria del pasado abril. Hay motivos para sospechar que el presidente se ha embarcado en una huida hacia delante para mantenerse en el poder como sea, a¨²n a costa de convertir a su pa¨ªs en una mala copia de la fracasada dictadura cubana.