La econom¨ªa de una Catalu?a independiente
No participar en la Eurozona puede llevar a una desvalorizaci¨®n a la argentina
El tema de Catalu?a y su eventual separaci¨®n del resto de Espa?a, con los costes y beneficios de la independencia, est¨¢ acaparando mucha atenci¨®n en los medios de comunicaci¨®n tanto favorables como contrarios al secesionismo. Si hace unos meses el debate se centraba en la cuesti¨®n del denominado ¡°expolio fiscal¡±, hoy tal enfoque parece insuficiente.
Tanto el president de la Generalitat, Artur Mas, como los organizadores de las grandes manifestaciones por el derecho a decidir y por la independencia no se han cansado de repetir que una Catalu?a fuera de la integraci¨®n europea no tendr¨ªa sentido.
A partir de este aserto han empezado a surgir divergencias como consecuencia de la postura clara y contundente de la Comisi¨®n Europea ¡ªcomo guardiana de los Tratados de la UE¡ª de que un territorio que se separe de un Estado miembro de la UE deja de pertenecer al ¡°Club Europeo¡±; y que si quiere volver a entrar debe emprender un proceso de negociaci¨®n que debe ser aceptado por unanimidad por todos los Estados miembros actuales de la Uni¨®n.
Una Catalu?a independiente excluida de la UE podr¨ªa negociar alg¨²n arreglo para evitar que se restablecieran los aranceles al quedar fuera del territorio aduanero europeo. Y para seguir con la libre circulaci¨®n de personas y capitales como sucede con Suiza, puesto que un acuerdo para ello podr¨ªa avanzar por el procedimiento comunitario y sin el respaldo de todos los Estados miembros por unanimidad.
Ahora bien, ?cu¨¢nto tiempo se tardar¨ªa en llegar a definir un marco como tiene Suiza para volver a una situaci¨®n como la actual? Los pa¨ªses que no son miembros de la UE saben por experiencia que las negociaciones con la UE son lentas, y si se llegara a entrar en un proceso de este tipo muchos inversores ver¨ªan su cuenta de resultados afectada y ¡ªya se sabe¡ª los inversores precisan de seguridad jur¨ªdica y no solo de buenas palabras, pues es el respeto de las leyes lo que da naturaleza a nuestra democracia.
El Gobierno de Rajoy se parapeta en la coraza constitucional, sin lanzar estudios de costes del proceso
Estos d¨ªas se discute tambi¨¦n si una Catalu?a independiente podr¨ªa seguir usando el euro. En este campo tambi¨¦n se ha instalado la confusi¨®n. Yo vengo diciendo desde hace meses que Catalu?a podr¨ªa seguir usando el euro como lo viene haciendo desde que se puso en marcha la moneda ¨²nica. Pero una cosa es usar el euro ¡ªcomo hacen M¨®naco, San Marino, el Vaticano, Andorra, Kosovo o Montenegro¡ª, que Catalu?a podr¨ªa hacer, y otra muy distinta participar en la Eurozona. Usar el euro sin participar en la elaboraci¨®n de la pol¨ªtica monetaria puede llevar a situaciones extremas como la de la dolarizaci¨®n argentina de hace unos a?os, que acab¨® en una desastrosa desvalorizaci¨®n de la divisa dolarizada, con lo que esto supuso a las empresas que ten¨ªan cr¨¦ditos contra¨ªdos que hab¨ªan de devolver en d¨®lares.
Por si esto fuera poco, Catalu?a no podr¨ªa formar parte del Sistema Europeo de Bancos Centrales ni estar en los ¨®rganos directivos de la Eurozona, que es muy importante, se quiera o no. Al mismo tiempo, un pa¨ªs que use el euro, pero que no est¨¦ en la Eurozona, debe aceptar que sus instituciones financieras vean cerrado el acceso a las l¨ªneas de liquidez puestas en marcha por el Banco Central Europeo y que han frenado la crisis del euro. Para una econom¨ªa crediticia como la nuestra, la no aceptaci¨®n de colaterales [avales a cambio de liquidez] aceptables para el BCE secar¨ªa los canales de cr¨¦dito catalanes con repercusiones graves para el funcionamiento de la ¡°econom¨ªa real¡±. Cuando se dice que Catalu?a podr¨ªa usar el euro como Montenegro o Kosovo se olvida que aquellas econom¨ªas no tienen las necesidades crediticias de las empresas y las familias en Catalu?a.
Catalu?a, como muy bien fueron capaces de ¡°captar¡± los organizadores de las grandes manifestaciones ciudadanas por el ¡°Estado propio¡± y la ¡°independencia¡±, no puede vivir de espaldas a la Uni¨®n Europea por m¨¢s que la situaci¨®n europea actual no sea para ¡°tirar cohetes¡±. Por eso la evaluaci¨®n de los costes y beneficios del binomio Catalunya/Uni¨®n Europea exige un debate desapasionado viendo pros y contras jur¨ªdicos, econ¨®micos y sociales, de lo que significar¨ªa la independencia en muchos aspectos: las relaciones fiscales entre Catalu?a y el Gobierno estatal usando la aproximaci¨®n del ¡°flujo monetario¡± o de la ¡°carga beneficio¡±; el d¨¦ficit catal¨¢n respecto a la Seguridad Social (desempleo y pensiones); las posibilidades de hacer frente al endeudamiento acumulado de Administraciones, empresas y bancos sin una dr¨¢stica reducci¨®n de las posibilidades de crecimiento, etc¨¦tera.
Por el momento todo parece estar centrado en un debate apasionado entre partidarios y opuestos a la secesi¨®n, un debate estimulado, ciertamente, por la incomprensi¨®n del Gobierno central ¡ªrespecto a cuestiones presupuestarias, identitarias y ling¨¹¨ªsticas¡ª y hasta del Tribunal Constitucional respecto a la especificidad de Catalu?a tras el paso de una Constituci¨®n (la de 1978), que reconoc¨ªa la diferencia entre nacionalidades hist¨®ricas y regiones administrativas, al actual ¡°caf¨¦ para todos¡±.
En comparaci¨®n al Gobierno de Londres, que acepta la voz de Escocia pero trata de convencer a los escoceses de que es mejor seguir en Gran Breta?a por los grandes costes de transici¨®n que supone cualquier secesi¨®n, el Gobierno de Rajoy se ha parapetado en la coraza constitucional ¡ªcosa l¨®gica en un Estado de derecho¡ª y en que el Gobierno debe hacer respetar el mandato constitucional de la unidad de Espa?a, sin lanzar estudios que ilustren a los ciudadanos/contribuyentes de los costes para Espa?a y para Catalu?a de una transici¨®n hacia la independencia al margen de enga?os interesados, utop¨ªas, ilusiones o inmovilismos.
Francesc Granell es catedr¨¢tico de la Universidad de Barcelona y director general honorario de la Comisi¨®n Europea.
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