La comandante en jefe de la ficci¨®n televisiva
La productora y guionista Shonda Rhimes manda en un mundo dominado por hombres blancos Disfrazadas de productos para el consumo masivo, sus series ¡®Anatom¨ªa de Grey¡¯ y ¡®Scandal¡¯, dos fen¨®menos planetarios, se adentran en terrenos de profunda carga ideol¨®gica Y generan 13 millones de ingresos a la semana solo en publicidad
Shonda Rhimes estuvo ah¨ª antes de que se pusiera de moda eso de hablar de la nueva edad de oro de la televisi¨®n. Escribiendo guiones para pel¨ªculas ¡ªcomo Princesa por sorpresa 2 (2004)¡ª y para series dirigidas a todos los p¨²blicos y producidas para los canales abiertos de toda la vida con la intenci¨®n de huir de ficciones elitistas y minoritarias. Lo suyo son las masas porque sus historias, ya sea la popular Anatom¨ªa de Grey o su ¨²ltimo ¨¦xito, Scandal, apelan a todos. Bueno, quiz¨¢ no a todos pero s¨ª a ese amplio sector entre los 18 y los 49 a?os tan buscado por las cadenas y por sus anunciantes. Un p¨²blico enamorado desde hace a?os del Doctor macizo o del Doctor caliente ¡ªapodos que se ganaron a pulso Patrick Dempsey y Eric Dane, dos de los protagonistas de Anatom¨ªa de Grey¡ª y la misma audiencia que ahora no puede dejar de seguir (por antena y tweet) los esc¨¢ndalos entre los que se maneja Olivia Pope.
Detr¨¢s de este fen¨®meno televisivo est¨¢ Rhimes (Chicago, 1970), una total desconocida para el p¨²blico que se mueve en un mundo de hombres blancos. ?Su secreto? Su risa parece la mejor arma de esta mujer oronda y amistosa que nos abre las puertas del rodaje de la tercera temporada de Scandal en los estudios Sunset Gower de Hollywood, donde se levanta una detallada r¨¦plica del Despacho Oval de la Casa Blanca. ?S¨ªmbolo de su poder en la peque?a pantalla o simplemente uno de los escenarios m¨¢s habituales en la serie?
¡°No hay secreto que valga. He escrito de todo y unas veces tienes suerte y otras no¡±, afirma risue?a esta mujer de 43 a?os, quien tambi¨¦n cuenta con trabajos no tan afortunados como el guion de Crossroads (2002), ese desastre que iba a lanzar la carrera de Britney Spears en Hollywood. ¡°Lo bueno de la televisi¨®n es que lo que escribo es lo que veo. Y eso es lo que me interesa¡±, a?ade. Los intereses de Rhimes son muchos y variados. Bajo la apariencia rom¨¢ntica e inocua de una serie de m¨¦dicos como Anatom¨ªa de Grey, Rhimes llen¨® la trama de temas como el derecho al aborto, la eutanasia, la guerra o las condiciones en las que operan los m¨¦dicos en Siria, mientras que en Scandal ¡ªde la que ya se emite la tercera temporada en Estados Unidos¡ª las tramas pol¨ªticas se sienten cercanas a la realidad. Todo ello cargado de sexualidad, algo de violencia y un reparto multi¨¦tnico que este a?o hizo de Kerry Washington, el ¨¢lter ego de Olivia Pope, la primera int¨¦rprete negra candidata a un Emmy de las ¨²ltimas d¨¦cadas. Un c¨®ctel bien mezclado en una programaci¨®n abierta que provoca que sus historias tambi¨¦n lleguen a la Am¨¦rica profunda y no solo a las ¨¦lites culturales de Nueva York y Los ?ngeles. ¡°A m¨ª me encanta que el p¨²blico responda. Quiz¨¢ porque hago que las cosas se sientan reales incluso cuando hablo de pol¨ªtica y asesinato. De ese modo la gente se involucra con los personajes¡±, aclara la guionista, que tambi¨¦n est¨¢ al frente de su propia productora, Shondaland, desde 2006. Rhimes cita siempre a su familia como su mejor inspiraci¨®n, aunque ni sus padres ni sus cinco hermanos se dedican a esta industria. Pero fueron ellos quienes le descubrieron el placer de la lectura.
Amante de las redes sociales, abre siempre inc¨®gnitas "para que el p¨²blico tenga conversaci¨®n"
Las cosas no le pueden ir mejor. Este a?o se hizo un hueco de pleno derecho entre las 100 personas m¨¢s influyentes de 2013 seg¨²n la revista Time y ocup¨® el ¨²ltimo puesto de las cincuenta mujeres ejecutivas m¨¢s poderosas seg¨²n Fortune. La ¡°narradora de nuestro tiempo¡±, la describi¨® la todopoderosa y multimillonaria presentadora Oprah Winfrey. Los n¨²meros tambi¨¦n avalan las palabras. En EE UU empez¨® a finales de septiembre la emisi¨®n de la d¨¦cima temporada de Anatom¨ªa de Grey, una serie con m¨¢s de 200 episodios sin muestras de desgaste y entre las diez ficciones m¨¢s vistas de la televisi¨®n estadounidense. Y Scandal es m¨¢s que un ¨¦xito: es un fen¨®meno que se traduce en una media de ocho millones de espectadores por cap¨ªtulo en Estados Unidos y m¨¢s de 3.000 tweets al minuto durante su emisi¨®n. ¡°Por eso estoy siempre abriendo inc¨®gnitas, para darle conversaci¨®n al p¨²blico¡±, se r¨ªe esta autora amante de las redes sociales. Dos series que le reportan 13 millones de d¨®lares a la semana solo en anuncios a la cadena estadounidense ABC, seg¨²n datos de la revista Forbes.
La cualidad m¨¢s admirada de Rhimes entre aquellos que la conocen es su capacidad de trabajo, un comentario que la hace re¨ªr diciendo eso de que lo que vive este a?o no es nada ¡ª¡°solo dos series¡±¡ª comparado con las tres que ten¨ªa en marcha simult¨¢neamente cuando estaba en antena Sin cita previa (el spin-off nacido de la trama del Seattle Grace). En lugar de tres series ahora tiene tres ni?as adoptadas ¡ªla llegada de la tercera la anunci¨® v¨ªa Twitter en septiembre¡ª, siempre a su lado trabaje en casa o en el estudio. Rhimes no se agobia y dice que hasta es capaz de desconectar. Su secreto, revela, no es otro que centrarse en cada cosa a su tiempo en lugar de intentar hacerlo todo a la vez. ¡°Lo m¨¢s dif¨ªcil es sacar tiempo para escribir¡±, a?ade sin ning¨²n tono de queja porque, como admite, es lo que m¨¢s le gusta.
Desde su pedestal de ¨¦xito tiene claro el recuerdo de esos a?os en los que no le iba igual de bien, cuando como mujer negra y madre soltera vend¨ªa lo que fuera con tal de pagar la factura del gas. Las cosas han cambiado mucho, pero no necesariamente todo lo que deber¨ªan. A Rhimes no le gusta ir de abanderada y si escribe historias con mujeres fuertes como protagonistas es porque pone en p¨¢gina, y en la pantalla, lo que le gusta ver. Lo que le quiere que vean sus hijas. ¡°En estos a?os se han abierto muchas puertas pero, tampoco nos enga?emos, esa barrera invisible que nos limita por nuestro sexo o por nuestra raza sigue estando ah¨ª¡±, admite sin darse por vencida y, una vez m¨¢s, hablando para todos y no solo para los convencidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.