El problema no fue Madrid. Es Fukushima
El dinero que Jap¨®n invertir¨¢ en los Juegos estar¨ªa mejor empleado en evitar filtraciones de agua contaminada
Van pasando los meses y cada d¨ªa resulta m¨¢s notable la decisi¨®n del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) de conceder los Juegos de 2020 a Tokio, no por la ciudad en s¨ª, situada a 220 kil¨®metros de Fukushima, sino por la cantidad de problemas y de denuncias que se van acumulando en torno a la gesti¨®n del desastre que sufri¨® aquella central nuclear en marzo de 2011, el segundo peor accidente de la historia, detr¨¢s de Chern¨®bil.
Cada vez se formulan m¨¢s preguntas sobre la situaci¨®n real en el lugar del accidente y la eficacia de las medidas de seguridad y de descontaminaci¨®n que se han ido adoptando. Resulta llamativo que el COI no haya tenido en cuenta las quejas de muchos expertos internacionales sobre la falta de informaci¨®n. Y no parece apropiado alegar que los Juegos tendr¨¢n lugar dentro de siete a?os porque, como m¨ªnimo, har¨¢n falta varias d¨¦cadas para normalizar el ¨¢rea del accidente.
Los datos que se van conociendo, gota a gota, casi como si no tuvieran relaci¨®n entre s¨ª, son inquietantes porque demuestran, precisamente, lo contrario: que no se trata de hechos inconexos, sino que pueden responder a una pauta, quiz¨¢ de falta de competencia por parte de los responsables de Tepco, la empresa el¨¦ctrica propietaria de las instalaciones.
Esta misma semana, el jueves 17, Tepco anunci¨® que se hab¨ªa detectado ¡°agua fuertemente contaminada¡± en un conducto que vierte al mar. Probablemente es consecuencia de un tif¨®n que pas¨® por la zona, pero 24 horas antes la compa?¨ªa hab¨ªa asegurado que no hab¨ªa habido da?o alguno.
El d¨ªa 10 se supo que se hab¨ªan detectado nuevos r¨¦cords de radiaci¨®n en determinados puntos de la central que ofrec¨ªan niveles m¨¢s bajos hace pocas semanas. Y el d¨ªa 9, que seis trabajadores hab¨ªan recibido dosis demasiado altas de radiaci¨®n. El d¨ªa 3, justo cuando Rajoy visitaba Fukushima y aseguraba que no hab¨ªa raz¨®n para albergar temores, se anunciaron nuevas fugas. Se sabe ya que los vertidos de agua contaminada al oc¨¦ano se producen con regularidad, unas 300-400 toneladas cada d¨ªa, pero, seg¨²n la compa?¨ªa, no tienen efectos nocivos ni para la salud humana ni para los peces. Dadas las formidables dimensiones del Pac¨ªfico, los efectos no llegan a ninguna otra costa, afirman.
Seg¨²n relataba esta semana una televisi¨®n brit¨¢nica, el pr¨®ximo mes de noviembre est¨¢ previsto realizar una peligrosa operaci¨®n en uno de los cuatro reactores da?ados en el accidente y algunos expertos internacionales advierten que no se tiene un conocimiento exacto de la situaci¨®n con la que se van a encontrar.
Las autoridades japonesas anunciaron casi al mismo tiempo que van a buscar m¨¢s asesoramiento y ayuda de empresas internacionales, pero asombra pensar que se haya dejado pasar tantos meses sin advertir que se iban multiplicando los incidentes y que cada vez eran m¨¢s frecuentes los problemas con parte del personal encargado de los trabajos de desmantelamiento, limpieza y seguridad.
Periodistas franceses hablaron con trabajadores que se quejan de que parte de las tareas est¨¦ encomendada a empresas subcontratadas, sin la suficiente formaci¨®n y con bajos salarios. Seg¨²n esas fuentes, hay escasez de personal y el equipo con que cuentan no es el mejor posible.
Tal y como est¨¢n las cosas, lo de menos es que Madrid no fuera elegida sede de los Juegos. El problema no es Madrid. Es Tokio, y no porque sea una ciudad insegura, que no lo es, sino porque el COI quiere hacer creer a la comunidad internacional que en Jap¨®n no ha ocurrido nada. O peor a¨²n, que lo que ocurri¨® en 2011 es ya un tema del pasado por el que no hay que preocuparse. El COI ha valorado, afirman, los importantes recursos econ¨®micos que puede invertir Jap¨®n en los Juegos de Tokio. El problema es que ese dinero estar¨ªa quiz¨¢ mejor empleado en evitar las filtraciones en los dep¨®sitos que contienen el agua radiactiva de Fukushima y en pagar mejores sueldos a los encargados de ¡°liquidar¡± la central.
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