Anatom¨ªa de Bale
La protrusi¨®n del jugador blanco ha obligado a la prensa deportiva a dedicarse a los art¨ªculos de medicina did¨¢ctica
Si existiera un Premio Nobel a la Divulgaci¨®n M¨¦dica, el Real Madrid tendr¨ªa m¨¢s galardones que Copas? de Europa. La tendencia de sus directivos a fichar lisiados en potencia, lesionados cr¨®nicos y obesos recalcitrantes ha convertido a los seguidores del club en expertos traumat¨®logos y dietistas. La relaci¨®n de fichajes con m¨¢cula en el club madrile?o es larga, de Woodgate a Kak¨¢, y no ser¨ªa elegante ni ¨²til reproducirla. Baste el ¨²ltimo ejemplo, el de Gareth Bale, un gal¨¦s de extra?a arquitectura maxilar que el Real Madrid compr¨® in extremis, por un precio misterioso que oscila, seg¨²n quien lo cuente, entre los 90 y los 101 millones. Salta la noticia: Bale tiene una hernia discal. ?C¨®mo es que los m¨¦dicos de la blanca instituci¨®n no la han detectado? Quiz¨¢ por la premura del fichaje. Pero el club lo desmiente. No es una hernia, es una protrusi¨®n. S¨²bitamente, bares, restaurantes, taxis, paradas de autob¨²s y tertulias seudodeportivas debaten apasionadamente sobre la diferencia entre hernia y protrusi¨®n; gentes y tertulianos que apenas distinguen un catarro de un orzuelo pontifican acremente sobre las consecuencias de las anomal¨ªas anat¨®micas de Bale. Unos dicen que podr¨¢ jugar y otros que no, pero todos los argumentos se esgrimen con seriedad de traumat¨®logo.
Por cierto, el hecho es que Bale, con una horquilla de coste entre los 90 y los 101 millones, no juega. Por algo ser¨¢. Mientras tanto, la prensa deportiva ha entrado en un espiral de medicina did¨¢ctica que los lectores de a pie asimilan con dificultad. ?Qu¨¦ son los abductores, astr¨¢galos, rectos anteriores y posteriores? Para explicarlo, las p¨¢ginas se adensan con gr¨¢ficos abigarrados de m¨²sculos, tan complejos como las lecciones de anatom¨ªa en la Facultad de Medicina. La moda de la protrusi¨®n y el esguince se impone. Hay quien dice que el As sustituir¨¢ en breve la m¨ªtica fotograf¨ªa de la chica de contraportada por radiograf¨ªas ¨®seas con ligueros.
Tanta erudici¨®n osteomuscular resulta saludable, pero escama un poco. A lo peor es que estamos subsumiendo y ocultando las explicaciones pol¨ªticas (?por qu¨¦ se fich¨® a un jugador con protrusi¨®n o lo que sea?) en las explicaciones de anatom¨ªa. Esperemos a ver cu¨¢nto juega Bale; no tendremos la respuesta pol¨ªtica, pero resolveremos el enigma de la protrusi¨®n.
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