Estrasburgo y la ¡®doctrina Parot¡¯
Al invalidar la doctrina Parot, el Tribunal de Estrasburgo nos ha recordado nuestros compromisos constitucionales. Ello no hace menos asesino a Parot, fuerza al Estado a ser m¨¢s garante de los derechos de todos. La cuant¨ªa de la pena (con excepci¨®n de la pena capital) y los modos de redimirla son cosa nuestra; el castigo por la violaci¨®n del principio de retroactividad es cosa del sistema democr¨¢tico global. Ning¨²n Tribunal europeo castiga a Reino Unido por su capacidad legal de condenar a un terrorista a permanecer en la c¨¢rcel por el resto de sus d¨ªas sin posibilidad de redimirse. Est¨¢n en su derecho. Si queremos que el nuestro sea igual, debemos cambiar el C¨®digo Penal, no violar el existente.
All¨¢ los terroristas cuando por las noches sue?en con los cuerpos destrozados de los ni?os, de las mujeres, de los padres que mataron. El Estado habr¨¢ hecho su trabajo al castigarlos; no hace falta que agrave las sentencias violando principios de derecho que ata?en a todos y no solo a los asesinos.¡ª Fernando Schwartz.
La justicia es esencialmente retributiva. Si a m¨ª me arrebatan algo, lo justo es que me lo devuelvan. Por eso no existe justicia posible para quien sufre un asesinato. Existen leyes y penas, existen distintos modos de censura social y existen tambi¨¦n muchas formas de venganza. Pero la justicia, tal como yo la entiendo, es imposible. Empatizo plenamente con quien ha sufrido el injusto dolor de un asesinato. Siempre contar¨¢ con mi apoyo y el criminal con mi desprecio. Pero existe una distancia moral insalvable entre quienes hacen da?o voluntariamente a otra persona y quienes jam¨¢s lo har¨ªan. A veces, la rabia leg¨ªtima nos pone en la tentaci¨®n de reducir esa distancia, bien sea por nuestras manos o con modificaciones de la ley. Y pedimos cadena perpetua, y pena de muerte, y ojo por ojo. En mi opini¨®n, sin embargo, acercarnos siquiera un mil¨ªmetro a la sucia conciencia del asesino ser¨ªa una victoria del odio que no debemos consentir. Debemos lograr que nuestra sociedad siga estando basada en los derechos humanos, por mucho que los asesinos persigan otro escenario.¡ª Pablo Gonz¨¢lez Caballero. Madrid.
Nadie deber¨ªa recibir amenazas por exponer su opini¨®n, como ha sucedido con el diputado de IU Alberto Garz¨®n. Y es bueno que exaltados como el miembro del PP que le amenaz¨® queden fuera de la pol¨ªtica. Pero el se?or Garz¨®n, que dice defender los derechos humanos, deber¨ªa cuidar su ligereza a la hora de exponer sus opiniones en temas que para muchas personas causan dolor y hacen escocer las heridas.
La triste verdad es que a veces da la sensaci¨®n de que algunos representantes de la izquierda ¡ªel se?or Garz¨®n es un buen ejemplo¡ª no pierden ni un segundo en ponerse del lado de unos asesinos sin ning¨²n respeto por los derechos humanos. Cu¨¢nto mejor hubiera quedado este diputado si a la vez de alegrarse por la sentencia (est¨¢ en su derecho), hubiera mostrado sensibilidad hacia las v¨ªctimas de la terrorista. Por cosas como esta pierde Izquierda Unida sus votos.¡ª Napole¨®n P¨¦rez Farin¨®s. Madrid.
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