V¨ªctimas y pol¨ªtica
El Ejecutivo no deber¨ªa ceder ante los que rechazan a un tribunal europeo e independiente
A trav¨¦s de una manifestaci¨®n convocada para hoy en Madrid, varias asociaciones de v¨ªctimas del terrorismo quieren dejar clara su disconformidad con la reciente sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo y reivindicar un final de ETA ¡°con vencedores y vencidos¡±. Es comprensible que los familiares de los asesinados y los supervivientes de los atentados expresen su dolor o se consideren v¨ªctimas de una injusticia. M¨¢s preocupante resulta que l¨ªderes pol¨ªticos, entre ellos los del partido gobernante, cedan tambi¨¦n a la tentaci¨®n de manifestarse.
El PP se encuentra en un aprieto. Cuando estaba en la oposici¨®n sali¨® a la calle junto a las asociaciones de v¨ªctimas y en contra del Gobierno socialista, al que se?al¨® como un traidor a los muertos. Mariano Rajoy, participante en aquellas concentraciones, no permite que el Gobierno actual asista a la de hoy, pero env¨ªa a la direcci¨®n de su partido, probablemente para no verse entre las dianas de la protesta.
La sociedad espa?ola ha evitado la tentaci¨®n de tomarse la justicia por su mano hasta en los peores momentos de los a?os de plomo, y ha cre¨ªdo que la democracia iba a imponerse sobre la vesania terrorista. As¨ª ha sido: ETA ha resultado derrotada, aunque a costa de mucha sangre. Sostener que eso supone un final sin vencedores ni vencidos es dar por buena la demagogia pol¨ªtica y medi¨¢tica que se niega a aceptar otra soluci¨®n, en la pr¨¢ctica, que la extinci¨®n de los terroristas en prisi¨®n.
Racionalmente tampoco es posible mantener que 20 o 30 a?os entre rejas equivalen a impunidad o amnist¨ªa. En Espa?a no existe la cadena perpetua y cada preso debe ser tratado con arreglo a las normas existentes cuando fue juzgado y condenado. Yerra Esperanza Aguirre cuando clama contra un tribunal que ¡°humille a las v¨ªctimas y premie a los asesinos¡±; el mismo tribunal, por cierto, que aval¨® la ilegalizaci¨®n de Batasuna en 2009. Y se equivocan ¡ªcon crueldad¡ª los que saltan de satisfacci¨®n con la sentencia, porque no es f¨¢cil de digerir que vuelvan a pasearse por las calles quienes las llenaron de sangre. La izquierda abertzale har¨¢ bien en separarse de todo intento de glorificar a los criminales excarcelados.
Editoriales anteriores
Ni el Ejecutivo puede manejar a su voluntad los tiempos de permanencia en prisi¨®n, ni se le puede acusar de no haber intentado que Estrasburgo diera una soluci¨®n distinta a asesinos condenados por un solo crimen o por varias decenas. Un tribunal europeo e independiente ha decidido; le correspond¨ªa hacerlo y hay que respetarlo. La Constituci¨®n deja meridianamente claro, en su art¨ªculo 10, el sometimiento a los tratados y acuerdos ratificados por Espa?a en materia de derechos humanos. Una dictadura hace lo que le da la gana al poder ejecutivo; una democracia, no. Se puede disentir de un fallo judicial, pero no construir una pol¨ªtica ni mantener la convivencia sobre la base de incumplir sentencias firmes o de forzar al Gobierno a hacer lo que no est¨¢ en su mano.
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