Muy bien, muy bien
Una cosa es que la NSA pinche el tel¨¦fono de Amancio Ortega y otra millones de llamadas. Se han pasado ?Habr¨ªa alg¨²n esp¨ªa en la boda del hijo del se?or Lara?
Se confirma que los esp¨ªas vuelven a estar de moda. Lo que siempre atrajo de un esp¨ªa era no solo su solter¨ªa, que muchos incluso fueran gais o bisexuales alejados de las ataduras del matrimonio convencional, sino tambi¨¦n esa condici¨®n ¨²nica y acrob¨¢tica de los que arriesgan su vida para acaparar una informaci¨®n que, en un momento dado, los haga ser m¨¢s poderosos que nadie.
A este c¨®ctel de poder escurridizo se le agregan ahora todas esas siglas que baraja la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense, la c¨¦lebre NSA, para conseguir procesar m¨¢s de 60 millones de llamadas telef¨®nicas en un mes de mucho intercambio emocional como es el de diciembre, el mes que en Espa?a subrayan como ¡°el de las fechas se?aladas¡±. Es tranquilizador que los de la NSA se lo pasaran secretamente bien durante los d¨ªas del affaire en Espa?a, algo que agradecieron a la inteligencia espa?ola, el CNI, con entra?ables palabras: ¡°Nuestros anfitriones espa?oles fueron excepcionales, en todo momento¡±, han declarado. Como ahora todo se sabe, o casi, conocemos que un esp¨ªa relaciones p¨²blicas les organiz¨® los almuerzos, que les llovi¨® en vez de recibir el sol prometido, pero, lo m¨¢s sabroso, que cenaron en un restaurante trufado de cantantes l¨ªricos y arias, desde el que la semana pasada Carmen Lomana se atrevi¨® a entonar un tweet. Pero ?qui¨¦n pag¨®? Todav¨ªa es top secret.
Aunque esos 60 millones de llamadas megainterceptadas y requeteencriptadas suenan un poco a fantas¨ªa de los c¨®mics Marvel, estoy convencido de que mi intimidad no fue violada, en realidad ya queda poqu¨ªsimo que violar en m¨ª, pero sobre todo porque se aburrir¨ªan infinito de mis conversaciones telef¨®nicas con la propia Lomana, el actor porno Martin Mazza, Mario Vaquerizo o la estrella medi¨¢tica Bel¨¦n Esteban, por citar algunos de mis amigos a los que siempre les deseo feliz Navidad. Una cosa es que le pinchen el tel¨¦fono a Amancio Ortega, a los directores de peri¨®dicos o al se?or Lara, que ha organizado una aut¨¦ntica cumbre pol¨ªtica, empresarial y literaria en la boda de su hijo, y otra cosa es que les entre una irrefrenable ansia chismosa a los de la NSA para interceptar millones de llamadas. Se Han Pasado; o sea, SHP. Y desde luego que se han pasado con la anuencia de sus socios europeos, entre los que estamos, siempre como maravillados de que la CIA llame a tu puerta como anta?o lo hacia la multinacional de belleza Avon. Los secretos de Estado, como los secretos de belleza, no se comparten, se negocian.
?Habr¨ªa alg¨²n esp¨ªa disfrazado de escritor en la boda de Pablo Lara y Anna Brufau? Mucho me temo que deber¨ªa ser yo mismo, y como buen esp¨ªa no tendr¨ªa que contar nada, ni aunque me torturen los carceleros de Guant¨¢namo. Est¨¢ clar¨ªsimo que, en alg¨²n momento entre la iglesia y el convite, el se?or Lara se gan¨® un sitio en el nuevo santoral catal¨¢n porque conseguir¨ªa que Artur Mas, Soraya y Mariano hablaran un poquito. Desde la boda, y gracias a ver al diputado Duran i Lleida en la escenograf¨ªa madrile?a en el papel de Celestina, vendiendo sus encajes catalanes por la calle de Alcal¨¢, da la sensaci¨®n de que todo es otro cantar en la exitosa zarzuela parlamentaria sobre la soberan¨ªa y todo lo de Mas. Pero, como no est¨¢ de m¨¢s, me gustar¨ªa compartir mi gran momento secreto en esa velada: saludar a los duques de Palma, protagonistas casi involuntarios de muchas de estas columnas. Fue un saludo corto, porque not¨¦ durante la cena que todos los que saludaban se esforzaban en hacerlo con la m¨¢xima brevedad posible. La duquesa de Palma extendi¨® con calma su mano acompa?ada de un: ¡°?Hombre!¡±, y yo la recog¨ª seguido de ¡°?Qu¨¦ tal Ginebra?¡±. Y ella respondi¨®: ¡°Muy bien, muy bien¡±. Fin de la cita.
No podremos disfrutar de tan privilegiada educaci¨®n entre Cristiano Ronaldo y el chistoso se?or Blatter, presidente de la FIFA, al que seguramente le habr¨¢n pinchado los o¨ªdos y tel¨¦fono despu¨¦s de su c¨®mica intervenci¨®n en la Universidad de Oxford. No me ha disgustado del todo su actuaci¨®n, porque defender¨¦ siempre al histri¨®n oculto en cualquier persona. Lo que no puede ser completamente fiable es el argumento de que Cristiano gaste m¨¢s dinero en peluquer¨ªa que Messi, porque quiz¨¢ Messi gestione sus gastos cosm¨¦ticos de manera m¨¢s encriptada que Ronaldo. Deber¨ªamos asumir el regateo de que en lo evidente hay m¨¢s secretos que en lo que se oculta. El que no entienda lo que acabo de escribir que se ponga a desencriptarlo.
Viene muy bien este juego de esp¨ªas, porque reactiva la mente y expone un nuevo mapa mundial donde al parecer hay cuatro niveles de platea, como en los grandes teatros de ¨®pera. En la primera tiara (que as¨ª se dice) est¨¢n los pa¨ªses de habla inglesa, o sea, que no necesitan auriculares, agrupados como ¡°colaboraci¨®n comprensiva¡±. En la segunda, los europeos que no hablan ingl¨¦s, subtitulados como ¡°colaboraci¨®n centrada¡±, donde estamos. La tercera, ¡°cooperaci¨®n limitada¡±, incluye a Francia (que todo se lo calla y por eso esta ah¨ª con India y Pakist¨¢n). Y la cuarta es la tiara oscura, ¡°pa¨ªses habitualmente hostiles¡±, los PHH. Peor que un gallinero.
La peque?a moraleja de esta historia es que cuando tengas algo que ocultar, desviar o simplemente esquivar, la respuesta ha de ser siempre: ¡°Muy bien, muy bien¡±.
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