Pon un mentor en tu vida
Lo m¨¢s dif¨ªcil de aprender en la vida es qu¨¦ puente hay que cruzar y qu¨¦ puente hay que quemar
Bernard Russel, Premio Nobel de Literatura en 1950.
Y una de las claves m¨¢s recomendables para tomar dichas decisiones es contar con la ayuda de un mentor.
Piensa por un momento, ?qu¨¦ persona te ha inspirado en tu vida y te ha aconsejado adecuadamente? Cuando hago esta pregunta en talleres de formaci¨®n, la mayor parte de las personas recuerdan a sus padres, en ocasiones la pareja, un jefe o un antiguo profesor. De un modo u otro, todos hemos vivido la experiencia de ser aconsejados y de apreciar dichas recomendaciones. Pero tener un mentor va m¨¢s all¨¢. Significa llegar a un acuerdo, quiz¨¢ no verbalizado, basado en la confianza con alguien que se preocupa por tu desarrollo personal y profesional, sin que ¨¦l o ella sea necesariamente un familiar o un amigo. En Espa?a no tenemos tanta tradici¨®n como en Estados Unidos pero cuando uno lo vive, los resultados son realmente excelentes por ambas partes.
Si queremos saber qu¨¦ significar ser mentor, el primer paso es acudir a la mitolog¨ªa griega y a uno de sus personajes m¨¢s viajeros por excelencia, Ulises, rey de ?taca. Cuando ¨¦ste parti¨® a luchar a la guerra de Troya ¨C viaje que dur¨® ¡°tan s¨®lo¡± veinte a?os -, encomend¨® la educaci¨®n de su hijo Tel¨¦maco a su buen amigo Mentor, quien no es otro que la diosa Atenea (lo que significa que m¨¢s inteligente, imposible). Gracias a este personaje, se cre¨® el t¨¦rmino para referirse a la persona que act¨²a como consejero o gu¨ªa, quien comparte su experiencia y sus conocimientos a trav¨¦s de encuentros con la persona que mentoriza.
?Qu¨¦ ventajas aporta tener un mentor? Muchas. A veces en nuestra mente creamos alternativas, posibilidades que se pueden alejar de la realidad. Tener la oportunidad de compartir nuestras aspiraciones y preocupaciones con alguien que tiene experiencia, nos ayuda a aterrizar nuestros miedos, a dar forma a nuestros sue?os y a definir planes de acci¨®n para lograrlos. No han de ser reuniones formales con un gui¨®n. Son conversaciones distendidas con alguien que admiras y que te inspira. Por supuesto que estos procesos pueden ser formales o informales. En mi caso personal, tuve la suerte de contar con mentores a lo largo de mi vida. Recuerdo cuando estaba en bachillerato que los padres de un amiga m¨ªa los consider¨¦ como mentores para las decisiones que por aquel entonces ten¨ªa que tomar (de hecho, gracias a ellos a los 16 a?os comenc¨¦ a adentrarme en talleres de desarrollo personal). Posteriormente, pasaron otras personas pero quiz¨¢ una de las que m¨¢s me ha impactado en mi vida fue Pedro Luis Uriarte, a quien admiro por su excelencia en el liderazgo. Cuando estaba escribiendo el libro de NoMiedo en 2005, tuve oportunidad de entrevistarle. Hab¨ªa sido el Consejero Delegado del BBVA y estaba en un momento de transici¨®n. Despu¨¦s de aquella primera entrevista se prest¨® de manera muy generosa a leer el manuscrito y a mantener conversaciones sobre lo que yo estaba trabajando. Nos reunimos en varias ocasiones y recuerdo que sus consejos y su experiencia fueron muy inspiradores. Desde entonces hasta la fecha, nos encontramos de vez en cuando y le sigo pidiendo consejos sobre algunas decisiones que me preocupan.
En el caso anterior, Pedro Luis se ofreci¨® pero por lo que he observado, cuando alguien se muestra receptivo a la escucha y se intenta rodear de personas que tienen m¨¢s experiencia, en alg¨²n momento surge la posibilidad de que se puedan convertir en mentores. Como he comentado, no es necesario a veces explicitarlo, y quien decide que alguien sea mentor es tambi¨¦n el propio mentorizado para este tipo de encuentros informales.
Adem¨¢s de lo anterior, existen procesos m¨¢s formales que llevan a cabo las empresas denominados ¡°mentoring¡±, palabra m¨¢s popularizada que mentor¨ªa en castellano (y lo siento por la Real Academia de la Lengua, pero me temo que el ingl¨¦s acaba bautizando ciertas cosas en las organizaciones). En este caso, se asignan un mentor con un mentorizado y se estipulan una serie de encuentros. Algunas empresas han medido su impacto, como fue el caso de Banesto cuando valor¨® que la mejora de la gesti¨®n de la morosidad de los directores de oficina que ten¨ªan un mentor era de tres veces superior a la media. No est¨¢ mal.
Pues bien, si no estamos en ninguna empresa que nos incluya en un programa de mentoring, podemos tener un mentor en nuestra vida. Por supuesto, requiere que alguien tenga la generosidad de brindarse a ello, pero el primer paso es abrirse a que ello suceda sabi¨¦ndonos rodear de personas con experiencia y mostrando inter¨¦s, inquietud y humildad.
F¨®rmula
Un mentor es una persona que nos inspira y aconseja. Podemos contar con un mentor si previamente nos abrimos a la posibilidad.
Recetas
- Identifica de tu entorno qui¨¦n podr¨ªa ser un mentor para ti, qu¨¦ persona te inspira y te da buenos consejos aunque luego, l¨®gicamente, t¨² decidas qu¨¦ es lo m¨¢s conveniente.
- Proponle encuentros posibles, lleva temas que te preocupen y muestra una actitud humilde. Sin esto ¨²ltimo, el mentor podr¨ªa cansarse en la primera reuni¨®n.
- Y por supuesto, s¨¦ tambi¨¦n t¨² mentor de alguna otra persona. En la medida que puedes compartir tu experiencia y aprendizaje, toma tiempo para ayudar a otros.
Comentarios
- Identifica de tu entorno qui¨¦n podr¨ªa ser un mentor para ti, qu¨¦ persona te inspira y te da buenos consejos aunque luego, l¨®gicamente, t¨² decidas qu¨¦ es lo m¨¢s conveniente.
- Proponle encuentros posibles, lleva temas que te preocupen y muestra una actitud humilde. Sin esto ¨²ltimo, el mentor podr¨ªa cansarse en la primera reuni¨®n.
- Y por supuesto, s¨¦ tambi¨¦n t¨² mentor de alguna otra persona. En la medida que puedes compartir tu experiencia y aprendizaje, toma tiempo para ayudar a otros.
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