El Constitucional dominicano

La Rep¨²blica Dominicana est¨¢ siendo v¨ªctima de una brutal campa?a de descr¨¦dito internacional a prop¨®sito de una sentencia emitida por su Tribunal Constitucional, que no reconoce la nacionalidad dominicana a los hijos de extranjeros indocumentados nacidos en su territorio. Se pretende con ello crear la falsa imagen de que nuestro pa¨ªs busca ¡°desnacionalizar¡± a cientos de miles de ciudadanos nacidos en nuestro territorio de padres indocumentados, cuando la propia sentencia se expresa con absoluta claridad sobre la necesidad de que la situaci¨®n de esas personas sea regularizada y documentada debidamente, como hacen todos los pa¨ªses del mundo civilizado. Desafortunadamente, EL PA?S ha venido publicando informaciones en ese sentido que no se avienen a la verdad, lo mismo que art¨ªculos y colaboradores con opiniones que desnaturalizan la realidad de los hechos. El nuestro es un pa¨ªs apegado al imperio de la ley, en el que no se discrimina entre nacionales y extranjeros en el acceso a servicios p¨²blicos de toda ¨ªndole, y en el que se respetan los derechos laborales de todos los sectores, en virtud de lo cual el pa¨ªs ha pasado a ser uno de los l¨ªderes mundiales en la exportaci¨®n de productos de comercio justo.

Esa sentencia se produjo a instancias de la se?ora Juliana Dequis Pierre, a quien le fuera denegada su c¨¦dula de identidad y electoral. El Constitucional estim¨® que la se?ora Dequis Pierre no satisface las condiciones constitucionales para adquirir la nacionalidad dominicana al ser hija de padres extranjeros en tr¨¢nsito, excepci¨®n que tambi¨¦n figura en otras Constituciones latinoamericanas.

El Consejo Nacional de Migraci¨®n, reunido en presencia del presidente Danilo Medina, ha acordado solicitar un informe a la Junta Central Electoral, a ser presentado dentro de un plazo de 30 d¨ªas, expresando el impacto de la sentencia en relaci¨®n a los extranjeros inscritos en el sistema registral, tanto en su condici¨®n de regulares como de irregulares; elaborar en no m¨¢s de 60 d¨ªas el plan de regularizaci¨®n de extranjeros; y conformar el Instituto Nacional de Migraci¨®n, as¨ª como designar su director ejecutivo.

Hemos compartido pobreza y necesidades con Hait¨ª, en todas las circunstancias, y en la actualidad se estima que casi el 20% del presupuesto nacional se invierte en los programas de educaci¨®n y salud que le llegan gratuitamente a ciudadanos haitianos y sus descendientes residentes legal o ilegalmente en nuestro territorio. Las mujeres haitianas paren en nuestros hospitales y sus hijos asisten a nuestras escuelas sin ning¨²n tipo de discriminaci¨®n. A lo que no podemos renunciar es a nuestra soberan¨ªa como Estado independiente ni al deber de regularizar la residencia de ciudadanos extranjeros en nuestro territorio, como lo hacen todos los pa¨ªses del mundo.¡ª C¨¦sar Medina Abr¨¦u, embajador de la Rep¨²blica Dominicana ante el Reino de Espa?a, y Federico A. Cuello Camilo, embajador de la Rep¨²blica Dominicana ante Reino Unido.