Un discurso fuertemente pol¨ªtico
La Conferencia del PSOE debe llegar a la ra¨ªz de lo sucedido y comprometerse a alterar las condiciones que lo permitieron
En pol¨ªtica, seg¨²n el testimonio de algunos de sus protagonistas, preparar un discurso de 10 minutos cuesta un par de semanas; un discurso de una hora se puede escribir en siete d¨ªas, m¨¢s o menos, y un discurso de dos horas se puede siempre improvisar. La Conferencia Pol¨ªtica del PSOE que se clausura hoy en Madrid necesita elaborar ese dificil¨ªsimo discurso de 10 minutos en el que, partiendo de una rotunda admisi¨®n de responsabilidades, llegue a un diagn¨®stico radical de lo ocurrido y a una propuesta sustancial de compromisos pol¨ªticos.
El documento de arranque, de 385 p¨¢ginas, es un documento de partido, fruto del encomiable esfuerzo de un destacado grupo de socialistas, pero est¨¢ asombrosamente falto de radicalidad y de jerarqu¨ªa en el an¨¢lisis y en la propuesta de esos compromisos. Indudablemente, supone un esfuerzo elaborar una propuesta fiscal como la que se ha presentado, por su repercusi¨®n en la manera de afrontar la crisis. Pero en esta Conferencia quiz¨¢ no era tan importante presentar un programa electoral con la oferta para los cuatro a?os siguientes a las elecciones, como un mensaje pol¨ªtico honesto, capaz de llegar a la ra¨ªz de lo que ha sucedido y de incluir un compromiso de lucha, permanente y decidida, para alterar las condiciones que lo permitieron. Para colmo de dificultades, ese discurso debe ser encarnado, lo antes que se pueda, por un portavoz legitimado para ello; alguien capaz de ofrecer un liderazgo, y no un apa?o org¨¢nico; alguien que transmita la seguridad de que es capaz de cumplir lo que dice.
En cualquier mensaje pol¨ªtico es fundamental establecer una jerarqu¨ªa en el diagn¨®stico. El partido socialista debe ofrecer a los ciudadanos ese an¨¢lisis y no ocultar sus fallos (compartidos por buena parte de la socialdemocracia europea): estos males proceden de decisiones claramente identificadas en las que ellos colaboraron. Decisiones anteriores a la propia crisis, como aceptar un Banco Central Europeo sin responsabilidad alguna en el crecimiento del ¨¢rea euro y la desregulaci¨®n de los mercados financieros; y posteriores a ella, como intentar salir del brete aplicando devaluaciones internas a los pa¨ªses m¨¢s d¨¦biles.
El Parlamento Europeo ha puesto en marcha una iniciativa interesante, si es que los neoconservadores no consiguen echarle tanta agua que nadie termine reconoci¨¦ndola. La C¨¢mara estima que los procesos de rescate se han realizado en la m¨¢s completa opacidad, de manera que altos funcionarios de la troika han impulsado recortes en salarios, en pensiones, en sanidad, en educaci¨®n, cometiendo en el camino todo tipo de errores, y sin dar mayores explicaciones. Los dos primeros altos funcionarios que han pasado por esas audiencias han aceptado que se quedaron asombrados por el efecto de las medidas que impusieron en Grecia (una recesi¨®n de caballo) y que algunos de sus an¨¢lisis se basaron en datos err¨®neos y asesoramientos interesados.
Quiz¨¢ el PSOE podr¨ªa comprometerse ofreciendo una encuesta similar en Espa?a. Llegue cuando llegue al Gobierno, nos dar¨¢ la oportunidad a los espa?oles de saber, de manera independiente, c¨®mo fue posible que ocurriera lo que ha ocurrido, qui¨¦nes han sido los principales responsables y qu¨¦ se ha venido haciendo desde entonces. Quiz¨¢ el PSOE podr¨ªa resumir su mensaje pol¨ªtico en 10 intensos minutos en los que se comprometa no a lamentarse por los resultados de la revoluci¨®n conservadora ni a proponer suavizarlos, sino a rechazar ese marco de discusi¨®n y a llevarlo a otros t¨¦rminos. A jerarquizar el debate de manera que pasen a ocupar los lugares m¨¢s destacados la oposici¨®n rotunda a las devaluaciones internas; y la nueva regulaci¨®n de los flujos financieros, de manera que se controlen realmente los para¨ªsos fiscales, se realice una liberalizaci¨®n comercial equilibrada y se regule un mercado internacional de trabajo. Un discurso pol¨ªtico concentrado y vigoroso, en el que se admita la responsabilidad en lo ocurrido, pero donde tambi¨¦n se muestre que se siente liberado de ese pasado. Un discurso que tenga en cuenta que, como dec¨ªa Jorge Guill¨¦n, la injusticia se traga o no se traga. Y que ellos no la tragan.
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