El yonqui de la Bolsa
Josef Ajram quer¨ªa ganar dinero y se invent¨® una f¨®rmula: comprar barato y vender caro muchas veces en un solo d¨ªa Adicto a la adrenalina de predecir el vaiv¨¦n de los mercados y de los deportes extremos, ahora lo cuenta en un libro
Josef Ajram es un yonqui at¨ªpico. Con un aire did¨¢ctico que contrasta con su aspecto de estrella del rock ¡ªtatuajes, chupa de cuero y botas¡ª, ¨¦l dir¨ªa eso de: ¡°Lo van a entender todo muy f¨¢cil¡±. Por algo acaba de publicar Bolsa para dummies (Planeta), que viene a ser como: bolsa para tontitos. Pero, que quede claro, lo que pone a cien a este catal¨¢n de 36 a?os, lo que le ha convertido en un fen¨®meno social con 175.000 seguidores en Twitter y en imagen de Red Bull es su particular adicci¨®n. Nada como una dosis de adrenalina, ya provenga de una operaci¨®n burs¨¢til o de enfrentarse a un triatl¨®n extremo. Ajram es mitad trader mitad ironman: ¡°?Soy un puto yonqui!¡±. Descarado, simp¨¢tico y seductor, como buen vividor, cuenta su historia sin tapujos desde el sof¨¢ de un hotel madrile?o.
Llamarse Josef Ajram en Espa?a imprime car¨¢cter. Por una parte, es un nombre de resonancias sirias, que llegan desde Damasco, la ciudad de origen de su padre y el lugar en el que disfrut¨® de ¡°maravillosos veranos¡±. ¡°Eso me dio una riqueza cultural, una apertura de mente, otra perspectiva¡±. Por otro lado, es un nombre de pronunciaci¨®n dif¨ªcil: ¡°Tuve que imponerme a profesores y compa?eros¡±. ¡°Yo me llamo como me llamo: ni Jose, ni Josep¡±. Una vez forjada una personalidad fuerte, vamos al l¨ªo: ¡°En la vida, ?d¨®nde se genera pasta?¡±, le pregunt¨® un buen d¨ªa a su profesor de econom¨ªa del instituto. La respuesta que le dio el maestro es a¨²n mejor que la pregunta: ¡°Pues¡ o eres muy bueno evadiendo impuestos o en la Bolsa¡±. Ajram opt¨® por lo segundo ¡ªlo primero le sonaba m¨¢s a chino¡ª y puso todos sus esfuerzos en inventarse una f¨®rmula para crear dinero. Lo hizo.
¡°Se trata de algo tan f¨¢cil y tan dif¨ªcil como comprar barato y vender caro muchas veces en un d¨ªa: compro, vendo, compro, vendo¡ acciones¡±. Suena f¨¢cil. Pero acertar y ganar supone a?os de observaci¨®n de los valores burs¨¢tiles. Empez¨® a leer las secciones de econom¨ªa de los peri¨®dicos con 16 a?os. Siempre jug¨¢ndosela en la bola de partido, era uno de esos estudiantes que suspend¨ªa de seis en seis y luego aprobaba todo de golpe en la recuperaci¨®n de septiembre. Aun as¨ª, fue el ¨²nico ¡ª¡°de 200¡±¡ª que no aprob¨® la selectividad. Se meti¨® a hacer Administraci¨®n y Direcci¨®n de Empresas en una universidad privada, que dej¨® en cuanto se percat¨® de que no iban a contarle nada de la Bolsa, su principal objetivo. Su idea persist¨ªa: crear dinero.
As¨ª fue como comenz¨® a ir todos los d¨ªas a la Bolsa de Barcelona en bicicleta. Lo contaba todo, las subidas y bajadas de los valores, las relaciones entre ellos, fabricaba estad¨ªsticas y calculaba las distancias que pedaleaba cada d¨ªa. Su obsesi¨®n por los n¨²meros se hac¨ªa cada vez m¨¢s patente, y escond¨ªa otra: el control, ese que te permite predecir lo que va a ocurrir: ¡°?Sabes lo morboso que es adivinar el futuro? En Bolsa no es tanto el dinero que ganas como lo gratificante de estar un poquito por encima de la intuici¨®n del ser humano. Eso es lo adictivo¡±. Estaba naciendo un yonqui disfrazado de ultraman, un hombre capaz de ponerse al l¨ªmite, de generar no solo dinero, sino altas dosis de adrenalina, por puro hedonismo. Alguien cuyo ¡°enemigo n¨²mero uno¡± se llama incertidumbre.
Perdi¨® 100.000 euros en una sola jornada. Tras reconocer su fracaso, al d¨ªa siguiente recuper¨® 99.000
Consigui¨® organizarse para trabajar dos horas al d¨ªa. ¡°Si vamos a una fiesta, ?cu¨¢ndo tenemos m¨¢s posibilidades de ligar? ?Cuando est¨¢n todos los chicos y las chicas guapas o cuando no est¨¢n? Cuando no est¨¢n¡±, se responde. ¡°?Y qu¨¦ hacen los chicos y las chicas guapas en EE UU entre las 9.00 y las 11.00, hora espa?ola? Dormir. Esas son las horas en las que yo trabajo o ligo¡±.
Comprar, vender, comprar, vender. Perder, ganar, perder, ganar. Ajram jugaba con la volatilidad, efectuaba operaciones por minutos en esas dos horas y en una Bolsa, la espa?ola, que mueve 4.000 millones de euros diarios. ¡°En lugar de 10.000 euros al a?o, me plante¨¦ ganar 100 al d¨ªa¡±. As¨ª hizo su fortuna, al tiempo que se entrenaba para pruebas f¨ªsicas extremas. Pero un d¨ªa algo escap¨® a su control, a sus c¨¢lculos y a sus estad¨ªsticas, y estuvo a punto de perderlo todo. A¨²n le escuece: ¡°Tuve mala suerte¡±, dice, e incorpora un factor casi prohibido en su teor¨ªa vital, en la que est¨¢n permitidas las grandes farras y los homenajes gastron¨®micos, pero donde todo gira en torno a dos valores: ¡°La constancia y la disciplina¡±.
El 23 de abril de 2007, la incertidumbre, esa villana, adopt¨® la forma de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores y par¨® la cotizaci¨®n de las acciones que ¨¦l acababa de comprar. Vio c¨®mo perd¨ªa 10.000 euros por hora hasta llegar a los 100.000. ¡°Pero tuve la humildad de reconocer que hab¨ªa fracasado mi estrategia ganadora, pas¨¦ por caja, pagu¨¦, no me qued¨¦ con esas acciones esperando a que subieran, y al d¨ªa siguiente regres¨¦ y recuper¨¦ 99.000¡±. Al margen de la fiesta que se peg¨® esa noche, desde entonces tiene otro lema. No ha sustituido al que lleva tatuado en el pecho ¡ª¡°No s¨¦ d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite, pero s¨¦ d¨®nde no est¨¢¡±¡ª, pero lo tiene muy presente: ¡°Aprende a perder¡±. Este a?o se retir¨® de su s¨¦ptimo Ironman en Canarias por no sentirse con la fuerza mental para acabarlo.
¡°Ganar¡± es el objetivo de un trader. Y ¡°alcanzar la meta¡±, el de un ironman. Se pueden reconocer y cuestionar ambos logros en Ajram. Incluso descubrir su punto d¨¦bil cuando, sin n¨²meros y ante una figura del test de Rorschach, se queda mudo: ¡°No veo nada¡±. Pero si algo ha nacido entre la volatilidad de las acciones y la dureza de las pruebas extremas con las alas de Red Bull es un ultraman de la comunicaci¨®n.
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