Por pura necesidad
La mayor parte del emprendimiento se produce a la fuerza y conduce al autoempleo
Un pa¨ªs es m¨¢s rico que otro si confluyen en ¨¦l cuatro tipos de capital: el capital f¨ªsico (condiciones naturales e infraestructuras creadas a trav¨¦s de la inversi¨®n), el financiero (buenas condiciones crediticias), el tecnol¨®gico (tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n e inversiones en I+D), y capital humano (ciudadanos con cualificaci¨®n, conocimiento y aplicaci¨®n de ese conocimiento para crear valor a?adido en la sociedad).
Hace tiempo que esos capitales est¨¢n en retroceso en Espa?a. De ellos, la marcha atr¨¢s m¨¢s dolorosa es la del capital humano: la exportaci¨®n de una parte de la riqueza que m¨¢s ha costado atesorar en las ¨²ltimas d¨¦cadas: ciudadanos activos, con conocimiento e iniciativa, que abandonan el pa¨ªs huyendo de unas salvajes cifras de paro que en el caso de los menores de 25 a?os superan holgadamente el 50% del total. Se trata de un movimiento migratorio que posiblemente no va a ser de ida y vuelta. Lo cual resulta, adem¨¢s, extremadamente ineficaz (se invierte en esos j¨®venes, con un enorme esfuerzo p¨²blico, para que lo aprovechen otros).
Otra parte de los j¨®venes inician la traves¨ªa del emprendimiento, que tan de moda est¨¢ (ret¨®ricamente). Hay pocos que consigan lo que hasta hace poco era la salida natural de los que se integraban a la vida activa: conseguir un empleo en condiciones m¨¢s o menos seguras, m¨¢s o menos remunerado.
Seg¨²n los estudios que se est¨¢n haciendo (v¨¦ase, por ejemplo, el ¡°An¨¢lisis del comportamiento emprendedor en Cantabria¡±, de los profesores Jos¨¦ Villaverde y Adolfo Maza, editado por la Fundaci¨®n Alternativas y la Universidad de Cantabria, que excursiona en las tendencias del conjunto espa?ol) disminuye la figura del emprendedor (muy mayoritariamente var¨®n) que pone en marcha un proyecto econ¨®mico que se ha de convertir en empresa porque surja una oportunidad de negocio; y aumenta la de aquellos emprendedores a la fuerza: los que lo son no porque tengan un especial esp¨ªritu innovador sino porque necesitan un puesto de trabajo en primer lugar y, adem¨¢s, un puesto de trabajo con cierta capacidad de remuneraci¨®n y continuidad en el tiempo.
Ello explicar¨ªa, en parte, el hecho de que teniendo en cuenta el ?ndice de Actividad Emprendedora en los pa¨ªses de la UE, del a?o 2011, Espa?a tuviera un mayor porcentaje emprendedor que pa¨ªses como Alemania, Francia, Suecia o B¨¦lgica.
El estudio en cuesti¨®n analiza el hecho de que la mayor¨ªa de las actividades emprendedoras est¨¢n orientadas al consumo, y que solo unas pocas de ellas se dirigen al sector extractivo. Las innovadoras son muy minoritarias y, en el conjunto, la mayor parte se practican de cara al autoempleo (por ejemplo, capitalizando el seguro de paro) o, como mucho, suministrando un puesto de trabajo a un n¨²mero muy reducido de personas.
?Cambiar¨¢ este panorama tan deprimente la ley de Emprendedores, que entrar¨¢ en funcionamiento en pocos meses?
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