Puritanismo y cobard¨ªa
De forma perversa, un informe del Consejo de Europa equipara la ablaci¨®n del cl¨ªtoris a la cirug¨ªa pl¨¢stica o a la circuncisi¨®n
?Por qu¨¦ Dios pidi¨® que se fijara el pacto con su pueblo mediante la circuncisi¨®n? ?Y por qu¨¦ precisamente en el ¨®rgano masculino? Tal vez tiene que ver con la idea de someter la masculinidad y su atenci¨®n al deseo; es met¨¢fora, s¨ªmbolo de consagraci¨®n de la masculinidad o su contrario; sin embargo, se interprete como se interprete, no implica riesgo ni violencia, no atenta contra la integridad f¨ªsica; no es una castraci¨®n. De ni?a asist¨ªa perpleja al festejo, deambulando por la fiesta como hacen los ni?os, observando, explic¨¢ndome lo que ve¨ªa a mi modo, sin saber que m¨¢s tarde vendr¨ªa una explicaci¨®n mejor, adulta, fija. Me vienen esas im¨¢genes al leer la resoluci¨®n 1952, 2013 Children right to physical integrity?¡ªDerecho de los ni?os a la integridad f¨ªsica¡ª, resoluci¨®n provisional del Consejo de Europa. Esta resoluci¨®n provisional propone "iniciar un debate p¨²blico" ¡ªes cierto, el debate es importante, m¨¢s que eso, es necesario¡ª y siguiendo su recomendaci¨®n pienso en el texto y en las reacciones que ocasionaron.
En su apartado 2 se dice: ¡°La Asamblea parlamentaria est¨¢ particularmente preocupada por una categor¨ªa de violaci¨®n de la integridad f¨ªsica de los ni?os, que los partidarios de los procedimientos tienden a presentar tan beneficiosa para los propios ni?os a pesar de clara evidencia de lo contrario. Esto incluye, entre otros, la mutilaci¨®n genital femenina, la circuncisi¨®n de j¨®venes por razones religiosas, las intervenciones m¨¦dicas de primera infancia en el caso de los ni?os intersexuales y la sumisi¨®n o coerci¨®n de los ni?os en piercings, tatuajes o cirug¨ªa pl¨¢stica¡±.
El miedo a enfrentarse a los hechos directamente, la b¨²squeda de unos equilibrios que nadie pide, nublan la raz¨®n
Hay en este texto, con intenci¨®n o sin ella, algo perverso que sorprende: compara la ablaci¨®n con la cirug¨ªa pl¨¢stica ¡ªpor ejemplo una operaci¨®n de labios leporinos¡ª, o con la circuncisi¨®n... Me pregunto: ?Existe alg¨²n caso en el que un m¨¦dico aconseje la ablaci¨®n? No ?Permite mantener a las mujeres v¨ªctimas de ese acto una vida normal? No. Al incluirla en un mismo ep¨ªgrafe, pareciera que hay un temor oculto y que, por lo tanto, se camufla entre otras pr¨¢cticas para que moleste menos su prohibici¨®n. El resultado es que se le quita importancia a la ablaci¨®n, perjudicando gravemente a las v¨ªctimas. Si esta resoluci¨®n ha suscitado las reacciones contrarias de varios grupos se debe en parte a esta imprecisi¨®n. Y en justicia la claridad es fundamental.
Aunque en realidad no hay una resoluci¨®n en contra, el presidente de Israel, Shim¨®n Peres, pidi¨® al secretario general del Consejo de Europa, Thorbjorn Jagland, que interviniera con el fin de reconsiderar su decisi¨®n contra el ritual de la circuncisi¨®n (brit mil¨¢) incluido en el apartado 2 ya citado. La circuncisi¨®n en los reci¨¦n nacidos jud¨ªos es una pr¨¢ctica que se viene realizando desde hace m¨¢s de dos mil a?os, un s¨ªmbolo que muchos, como el peninsular Maim¨®nides, consideraba saludable pues evitaba posteriores problemas. Incluso en la actualidad muchos pediatras lo recomiendan y en EEUU es una pr¨¢ctica habitual, que se cuestiona ¨²nicamente por el coste para el seguro.
La circuncisi¨®n no perjudica la vida sexual de los hombres, ni a su vida psicol¨®gica, no parece que provoque algo similar a un complejo de castraci¨®n. El escritor y psicoanalista Gustavo Dessal se pregunta: "?Qu¨¦ tiene el psicoan¨¢lisis que decir al respecto? En primer lugar, puede aportar la observaci¨®n de que en sus m¨¢s de cien a?os de experiencia cl¨ªnica, ni un solo paciente ha presentado jam¨¢s la prueba de que la circuncisi¨®n, practicada dentro de las condiciones rituales propias de la tradici¨®n jud¨ªa o sem¨ªtica, haya dejado la m¨¢s m¨ªnima huella traum¨¢tica o neur¨®tica en sus vidas". Otra prueba es que ni siquiera en las pel¨ªculas de Woody Allen hay alusiones que le atribuyan a la circuncisi¨®n fracasos de pareja...
La circuncisi¨®n no perjudica la vida sexual de los hombres, ni a su vida psicol¨®gica
A la definici¨®n del actual pensamiento europeo ha contribuido Mendelsohn, que personifica, como dice el profesor Reyes Mate, un dif¨ªcil equilibrio entre el ideal de asimilaci¨®n de la primera generaci¨®n ilustrada y el jud¨ªo que no renuncia al "contenido eterno" del juda¨ªsmo. Mendelsohn se preocup¨® de analizar el juda¨ªsmo desde la ¨¦tica de Occidente y demostr¨® de manera clara y racional que no hab¨ªa en la pr¨¢cticas jud¨ªas ni en el pensamiento jud¨ªo nada que le enfrentara con un pensamiento humanista, ¨¦tico. Los valores del respeto al otro, la responsabilidad por cada uno, por el cuerpo y el esp¨ªritu estaban garantizados. De modo que esa otra alma de Occidente permit¨ªa ser tambi¨¦n un hombre moderno. Sin embargo este proyecto de muchos se trunc¨®.
Si hay un caso en el que se considera peligrosa la circuncisi¨®n, y en alguna ocasi¨®n los jud¨ªos han preferido no circuncidar a sus hijos, es sin duda el temor a ser estigmatizados, ¨²nicamente por ser jud¨ªos. Algo comprensible. Los supervivientes, los hijos de la Shoah, tuvieron miedo. Ahora le toca a Occidente demostrar que en sus valores est¨¢ la responsabilidad de entender, diferenciar, atender a los propios prejuicios nada inocentes. El puritanismo, el miedo a enfrentarse a los hechos directamente, la b¨²squeda de unos equilibrios que nadie pide, causados por fantasmas, nublan la raz¨®n. Es nuestro deber respetar las decisiones de los individuos que no entren en contradicci¨®n con los valores universales.
Esta resoluci¨®n ser¨ªa m¨¢s comprensible si directamente prohibiera la ablaci¨®n y en otro apartado exigiera regular cualquier pr¨¢ctica que se realice con ni?os o adultos; exigir profesionales y garant¨ªas m¨¦dicas, el derecho de los ni?os a su integridad f¨ªsica y al cuidado de su salud, y en esto ni siquiera deber¨ªa suscitarse un debate; estar¨ªamos todos agradecidos. Ya lo dijo Mendelsohn: "?Queridos hermanos, vosotros que ten¨¦is las mejores intenciones respecto a los hombres, ?no os dej¨¦is enga?ar! Para que exista este omnipresente pastor, no es necesario que todo el reba?o pastoree en un ¨²nico campo, ni que entre y salga de la casa del Se?or por una ¨²nica puerta!"
Esther Bendahan es escritora y directora del Instituto de Cultura Jud¨ªa del Centro Sefarad Israel. Su ¨²ltimo libro es El tratado del alma gemela, Premio Torrente Ballester.
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