Usted est¨¢ a punto de pasar de moda
Hubo un tiempo en que la moda masculina parec¨ªa moverse a un ritmo completamente distinto al de la femenina. Como si el vestir para hombre pudiera escapar a los vaivenes y al nerviosismo que forman parte de un sistema que necesita devorarse a s¨ª mismo cada seis meses. Ese espejismo termin¨®. Con crecimientos que, desde 2010, doblan a los del mercado para mujeres, la industria masculina est¨¢ en el punto de mira de los grandes grupos del lujo. Louis Vuitton Mo?t Hennessy (LVMH) expande el universo de Berluti de los zapatos a la ropa y Kering adquiere la emblem¨¢tica sastrer¨ªa Brioni. Tambi¨¦n las capitales de la moda utilizan la carta masculina en su cerrada pelea por el liderazgo mundial y Londres crea una cita espec¨ªfica para mostrar las colecciones de caballero. En este nuevo escenario, algunos se esfuerzan por adoptar los usos y costumbres de la industria para mujeres. La ansiedad por lo nuevo, la rotaci¨®n de tendencias, los productos ef¨ªmeros, la divisi¨®n de las temporadas y la b¨²squeda de titulares llenos de hip¨¦rboles e imperativos. Un engranaje pensado para que el consumidor reciba un ¨²nico mensaje. Usted est¨¢ a punto de pasar de moda.
Y, sin embargo, la f¨®rmula no funciona.
Mi codiciado conocido
Los m¨¢s avispados dise?adores ya se han rendido a la evidencia. Con los hombres no sirve la carta de la novedad por la novedad. S¨ª, en cambio, la minuciosa evoluci¨®n de lo que se ha demostrado efectivo y la mejora de lo ya se conoce. Miuccia Prada, br¨²jula que gu¨ªa los apetitos globales, ofrece este oto?o una propuesta de aplastante simplicidad que repasa la camisa, el jersey y el abrigo de toda la vida y trata de mejorarlos. Pero un poco, solo un poco. ¡°Es una de las colecciones m¨¢s sofisticadas que he hecho¡±, aseguraba la italiana tras el desfile. ¡°Lo simple es muy dif¨ªcil. Perfeccionar algo normal y cl¨¢sico es lo m¨¢s complicado. La normalidad puede ser provocativa. La banalidad es la realidad de la vida. No me gusta fantasear la realidad¡±. Esto ¨²ltimo no es cierto, obviamente. Se trata solo de la declaraci¨®n de intenciones que toca esta temporada. Y tiene una fecha de caducidad conocida por todos.
Otra de las colecciones relevantes de la temporada apunta en la misma direcci¨®n. En Valentino, Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli quisieron repensar un guardarropa cl¨¢sico. ¡°Es importante ofrecer algo que un hombre desee¡±, afirma Chiuri. ¡°Y codicias lo que ya conoces¡±, a?ade Piccioli emulando (sin querer) la emblem¨¢tica frase de Hannibal Lecter en El silencio de los corderos.
El cambio tranquilo
¡°Por eso mostramos lo que ya existe, pero de una forma distinta, con una mirada diferente. Se trata de hacer extraordinario lo ordinario¡±. En la misma l¨ªnea de actuaci¨®n, hay que entender la proliferaci¨®n de productos hechos a medida, que aspiran a pasar la prueba del tiempo y evocan un pasado en el que las cosas estaban pensadas para durar. Para durar mucho.
Usted est¨¢ a punto de pasar de moda, parecen decir algunos que se presentan cargados de faldas y ocurrencias fluorescentes. Y, francamente, ante eso la mayor¨ªa se encoge de hombros y contin¨²a su camino hacia el jersey de pico y el pantal¨®n en el que lleva media vida confiando. Acaso haya algo en el car¨¢cter masculino que se resiste a ser inoculado con la ansiedad por el cambio. De momento, la curiosidad masculina por la moda no acepta bien los empujones. Eso s¨ª, responde favorablemente a un trabajo m¨¢s sutil que aliente suavemente un nuevo acercamiento a la sofisticaci¨®n y que, poco a poco, le permita apreciar un cambio en las proporciones, los tejidos y los materiales. Al final, este partido se gana con un bien muy escaso en la moda: paciencia.
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