Aitana y la iron¨ªa: c¨®mo reclamar intimidad en una docuserie que pueden ver 300 millones de personas
En ¡®Metamorfosis¡¯ la autenticidad forma parte del espect¨¢culo. La depresi¨®n es contenido televisivo. Y Aitana no parece darse cuenta de lo perjudicial que es para ella como persona.

El jueves 20 de febrero Metamorfosis, el documental de Aitana para Netflix, se proyect¨® en la Casa de Allende de Madrid (rebautizada temporalmente como ¡°Espacio Metamorfosis¡±). El lunes 24 Aitana le comunic¨® a su m¨¢nager, Nuria Andreu, que prescind¨ªa de sus servicios tras un a?o de colaboraci¨®n. La noticia salt¨® en las redes sociales el viernes 28, justo el d¨ªa que Netflix estrenaba la serie documental. Y entonces, Metamorfosis gan¨® muchas lecturas posibles. Se convirti¨® en algo m¨¢s interesante: una autopsia de la industria musical.
¡°Aitana sale de un reality donde la han visto 24 horas, va a ser muy dif¨ªcil que la gente le perdone que tenga intimidad¡±, explica, sin inmutarse, Andreu. Y lo hace en un documental que exhibe la intimidad de Aitana en una plataforma con 302 millones de suscriptores en 190 pa¨ªses. ¡°El anonimato, eso le falta¡±, a?ade su padre, Cosme Oca?a, como si ese documental no estuviese dise?ado para hacerla m¨¢s famosa. Es decir, para arrebatarle a¨²n m¨¢s anonimato.
Estas declaraciones resumen el mensaje que pretende transmitir el documental (producido por el equipo de Aitana): que el acoso, exposici¨®n y juicio medi¨¢ticos que la cantante sufre desde que sali¨® de Operaci¨®n Triunfo a los 18 a?os son inevitables. Que no hay responsables. Y si los hay son el p¨²blico y la prensa. Este argumento es f¨¢cilmente desmontable: Amaia sali¨® de la misma academia, con la misma edad y es igualmente famosa a nivel nacional. ?Por qu¨¦ a ella no le hacen preguntas indiscretas? ?Por qu¨¦ el p¨²blico no sabe m¨¢s de ella de lo que sab¨ªa en 2017? ?Por qu¨¦ nadie acusa a Amaia de marioneta o de hip¨®crita?
Ambas cr¨ªticas, que es una marioneta o una hip¨®crita, claramente irritan a Aitana. Lleva sufri¨¦ndolas siete a?os. Y surgen por dos motivos. Primero, porque la sociedad no permite que una figura p¨²blica sea ambigua (y mucho menos una mujer y mucho menos una de 25 a?os). Segundo, porque el discurso de Aitana no siempre se ha correspondido con sus actos. Si le molestan los paparazzi, ?por qu¨¦ va a Ibiza, la isla con m¨¢s paparazzi por metro cuadrado de Espa?a? Dinero tiene para viajar a lugares m¨¢s rec¨®nditos. Si no quiere que especulen con que ha vuelto con Miguel Bernardeau, ?por qu¨¦ sale de su casa en coche en el asiento de copiloto y a la vista de cualquier paparazzi pudiendo ir atr¨¢s con las lunas tintadas? Si tanto le hace sufrir su ritmo de trabajo, ?por qu¨¦ se empe?a en ser una estrella del pop internacional? ?No estar¨ªa m¨¢s tranquila teniendo la carrera de, por ejemplo, Rigoberta Bandini? El p¨²blico dicta sentencia r¨¢pido: si estas decisiones dependen de ella es una hip¨®crita, si dependen de otros es una marioneta. Pero las cosas no siempre son tan simples.

Metamorfosis expone sin pudor la relaci¨®n de Aitana con Sebasti¨¢n Yatra, sus miedos, su hipocondr¨ªa patol¨®gica y su depresi¨®n. Yatra tiene una presencia constante en los dos primeros episodios de la serie. ¡°Probablemente cuando salga el documental ya no estaremos juntos¡±, bromea Aitana al principio de Metamorfosis. El espectador sabe que eso es exactamente lo que va a ocurrir. Y la directora del documental, Chloe Wallace, sabe que si pone esa escena al principio del documental el espectador va a quedarse para ver c¨®mo ocurre. ¡°Me da miedo que la gente piense que por hacer algo art¨ªstico y personal como que abres la baza a hacer todas las preguntas del mundo¡±, lamenta Aitana. Por alguna raz¨®n, considera que mostrar su relaci¨®n con Yatra en un documental producido Netflix no es hablar de su vida sentimental. ¡°Desde que decid¨ª hacer este documental, tengo que contar todo lo que siento¡±, explica llorando desconsoladamente. Pero no es cierto. No tiene por qu¨¦ hacerlo. Rosal¨ªa nunca llorar¨ªa delante de una c¨¢mara. Amaia nunca llorar¨ªa delante de una c¨¢mara. ?Por qu¨¦ Aitana cree que tiene que hacerlo?
Las mayores estrellas del pop despiertan fascinaci¨®n porque tienen misterio. Lady Gaga, Michael Jackson o Madonna se construyeron un personaje para protegerse. Aitana no tiene misterio. No hay personaje. No hay alter ego. La que se sube al escenario es la misma que se hace fotos por la calle con los fans y es la misma que se echa un novio y rompe con ¨¦l. El problema es que la vulnerabilidad de Aitana forma parte de su marca personal. El ¡°complejo industrial Aitana¡± (del que viven muchas personas) se asienta sobre dos pilares: su talento musical y su innegable capacidad para hacer sentir bien a cualquiera que la mire. Y Metamorfosis est¨¢ concebido para que haya m¨¢s ojos mir¨¢ndola.
¡°Me da miedo que la gente piense que quiero llamar la atenci¨®n¡±, explica Aitana mientras docenas de personas le piden fotos por la calle. Pero, ?c¨®mo no va a llamar la atenci¨®n, si va por un pueblo rodeada de c¨¢maras, sonidistas y productores?
En el documental hay un choque constante entre las intenciones de Aitana y las intenciones de su equipo. La intenci¨®n de la cantante es sincerarse porque siente que se lo debe a su p¨²blico, del que ella es a la vez ¨ªdolo y reh¨¦n. La intenci¨®n de su equipo es seguir ¡°posicion¨¢ndose¡± (una palabra que aparece todo el rato en el documental), porque el capitalismo dicta que ir a menos no es una opci¨®n. Si el ¡°complejo industrial Aitana¡± quiere seguir creciendo, ella tendr¨¢ que dar m¨¢s de s¨ª misma: contar m¨¢s intimidades, revelar m¨¢s miedos, conseguir m¨¢s titulares, sacar m¨¢s a Sebasti¨¢n Yatra. ¡°Y si me preguntan por Sebasti¨¢n, ?qu¨¦ digo?¡±, pregunta Aitana. ¡°No digas nada¡±, le responde Andreu. Si su equipo no tiene poder para vetar preguntas en las entrevistas (como s¨ª hacen la mayor¨ªa de estrellas del estatus de Aitana), no prepararse respuestas a preguntas previsibles no es una opci¨®n. A menos, claro, que su equipo quiera que le pregunten por Sebasti¨¢n Yatra.
¡°Lo que a ella le pesa es la exposici¨®n constante¡±, lamenta Andreu. ?Acaso Metamorfosis no forma parte de esa exposici¨®n constante? ?Realmente cree que el espectador no va a ver la iron¨ªa? Luego, claro, a quien acusar¨¢n de incoherente, hip¨®crita o marioneta es a Aitana, la cara visible del complejo industrial.
A juzgar por el documental, Aitana vive rodeada de personas que le dicen palabras para que se sienta mejor pero siempre con el objetivo ¨²ltimo de que siga trabajando. Y de nuevo, le transmiten la idea de que es inevitable. De que las cosas son as¨ª y no tienen remedio. Como si la agenda de Aitana fuese cosa de magia. No es solo que lleve siete a?os sin parar de trabajar, es que lleva siete a?os en los que siempre tiene algo que hacer despu¨¦s de lo que est¨¢ haciendo. En el episodio 5, por fin consigue unos d¨ªas libres para irse de vacaciones con sus amigas. Ella misma grita que es el mejor verano de su vida. En cuanto retoma el trabajo, vuelven la tristeza, la angustia y los miedos. Vuelve la depresi¨®n.

¡°Deber¨ªa estar muy contenta y estoy triste¡±, confiesa Aitana. Le tiemblan las manos, no es capaz de disfrutar de lo que le pasa y llora todos los d¨ªas. Ante este evidente cuadro depresivo el presidente de la discogr¨¢fica Universal, Narc¨ªs Rebollo, la sienta y le dice que no puede cancelar la promo en M¨¦xico. Que est¨¢ en un momento demasiado bueno. Se refiere, claro, al producto, no a la persona. Desde luego la persona no est¨¢ ¡°en un momento demasiado bueno¡±. Aitana se pone farruca y le recuerda que ella nunca se comprometi¨® a esa semana de promo, as¨ª que t¨¦cnicamente no est¨¢ cancelando nada. ¡°Lo cerrasteis con mi equipo, no conmigo¡±, protesta. ¡°Siento decirlo aqu¨ª pero es as¨ª¡±. (Con ¡°aqu¨ª¡± se refiere a delante de las c¨¢maras de Netflix). Esa es, tal vez, la Aitana que ha despedido a Nuria Andreu. Y, aparte, ni siquiera quiere esa semana libre para descansar. Dice que la necesita para componer. La productividad constante, el ultraliberalismo, la autoexplotaci¨®n. Nadie parece darse cuenta de que lo que Aitana necesita no es una semana, sino un a?o.
Todos los artistas de primer orden se toman a?os sab¨¢ticos. Rosal¨ªa, de quien Nuria Andreu fue m¨¢nager durante a?os, a menudo desaparece durante meses enteros en los que nadie sabe d¨®nde est¨¢. Una opci¨®n que a Aitana ni se le pasa por la cabeza. Hay excepciones de a?os de trabajo constante, como Rihanna entre 2005 y 2012 o Britney Spears entre 1999 y 2005. Rihanna lleva nueve a?os sin sacar un disco. Y lo de Britney ya se sabe c¨®mo acab¨®. La duda es si Aitana, a estas alturas, est¨¢ a tiempo de recular y dejar de exponerse. Como decidi¨® hacer Beyonc¨¦, que lleva callada desde 2014. O Taylor Swift, que revela mucho de s¨ª misma en sus canciones pero lleva cinco a?os sin conceder entrevistas. O si quiz¨¢ sea demasiado tarde. Quiz¨¢ el p¨²blico no le perdonar¨ªa que de repente se cerrase en s¨ª misma.
Metamorfosis impulsar¨¢ la fama de la estrella, pero a largo plazo pondr¨¢ a la persona en situaciones inc¨®modas. Es como si, para que la estrella brillase, la persona tuviese que sufrir. Como si Aitana fuera su propia sustancia.
¡°Ser la n¨²mero uno implica mucha tensi¨®n¡±, le indica Jes¨²s L¨®pez, el presidente de Universal Musica Latinoam¨¦rica. ¡°T¨² tienes esa capacidad¡±. ?Lo pensar¨¢ de verdad o le est¨¢ haciendo luz de gas? Porque Aitana tiene muchas cosas, pero capacidad para la tensi¨®n que implica ser la n¨²mero uno, claramente, no es una de ellas. ¡°A veces pienso que en realidad no estoy hecha para este mundo, por m¨¢s que lo intento¡±, confiesa ella misma. Nadie est¨¢ hecho para eso. Ser cantante es un talento, ser famoso es otro distinto. Jennifer Lopez, Zendaya o Kim Kardashian lo tienen. Aitana no.
La moraleja de Metamorfosis es que la fama no da la felicidad. M¨¢s bien al contrario. El p¨²blico es capaz de comprender esto a un nivel racional y sin duda siente compasi¨®n hacia Aitana. Pero no puede asumirlo del todo. Hacerlo le provocar¨ªa una culpabilidad insoportable. ?Acaso su adoraci¨®n, su inter¨¦s, sus ojos mirando a Aitana est¨¢n caus¨¢ndole dolor? ?Qu¨¦ se supone que deber¨ªa hacer? ?Dejar de mirarla? ?No ver el documental?
Metamorfosis es un cuerpo de texto incoherente: una maniobra publicitaria que alimenta el monstruo que pretende criticar. ¡°Me da miedo que la gente piense que quiero llamar la atenci¨®n¡±, explica Aitana mientras docenas de personas le piden fotos por la calle. Pero, ?c¨®mo no va a llamar la atenci¨®n, si va por un pueblo rodeada de c¨¢maras, sonidistas y productores? En Metamorfosis, la autenticidad forma parte del espect¨¢culo. La depresi¨®n es contenido televisivo. Y Aitana no parece darse cuenta de lo perjudicial que es para ella como persona. ¡°Hacer tres Wizinks no nos posicionar¨ªa¡±, explica su director creativo. Tiene raz¨®n. Pero desde luego Aitana estar¨ªa m¨¢s tranquilita.
Da la sensaci¨®n de que Aitana no tiene tanto ganas de hacer un Bernab¨¦u como de haberlo hecho. No le importa tanto disfrutar del concierto como sentir la satisfacci¨®n de haberlo conseguido. Por eso resulta, de nuevo, contradictorio cuando asegura que ¡°lo importante no es la meta, sino disfrutar del camino¡± cuando todo en el complejo industrial Aitana es una meta constante. Pero el capitalismo siempre aleja la meta. Siempre hay otra detr¨¢s. De hecho, la manager de Aitana era su prima Olga, pero fue reemplazada por Nuria Andreu para impulsar su carrera a nivel mundial.
Esa ambici¨®n parece hacerle m¨¢s mal que bien a Aitana. Porque, de entre todas las contradicciones de Aitana, la mayor es la que existe entre la persona y la estrella del pop. Ambas se necesitan, pero la estrella brilla a costa de la persona. Para que el complejo industrial Aitana crezca, Aitana Oca?a tiene que sacrificar un pedazo m¨¢s de s¨ª misma. Metamorfosis impulsar¨¢ la fama de la estrella, pero a largo plazo pondr¨¢ a la persona en situaciones inc¨®modas (?reaccionar¨¢ otra vez con estupor e indignaci¨®n la pr¨®xima vez que un reportero le pregunte por Yatra? ?No tiene derecho la prensa a preguntarle por un contenido que ella misma ha producido para Netflix?). Es como si, para que la estrella brillase, la persona tuviese que sufrir. Como si Aitana fuera su propia sustancia.
Con el despido de Nuria Andreu, Aitana parece dar un pu?etazo sobre la mesa: quiere que esta versi¨®n de La sustancia tenga un final distinto. Las fechas resultan curiosas y dan pie a la especulaci¨®n: pasaron cuatro d¨ªas entre del documental y el despido. ?Vio Aitana su vida en pantalla grande, rodeada de gente opinando, y se dio cuenta de que no quer¨ªa eso? Imposible saberlo. Resulta que al final Aitana s¨ª que tiene misterio. Esta es una decisi¨®n kamikaze. De esas que solo se toman cuando una est¨¢ al limite. Y sugiere que acaba una era para Aitana y empieza otra nueva. No una era musical, sino vital. Y seguro que habr¨¢ mucha gente mir¨¢ndola.
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