Una bestia llamada Michael Fassbender
En cinco a?os ha pasado de las calles de Londres al estrellato. Una carrera fulgurante para uno de los actores m¨¢s relevantes de los ¨²ltimos tiempos. Entrevista al actor por el que todo Hollywood suspira. De origen alem¨¢n, su nueva pel¨ªcula, ¡®12 a?os de esclavitud¡¯, es una descomunal obra que suena en todas las quinielas para los Oscar.
El actor viste vaqueros y un polo verde. Se calza unos zapatos perfectamente lustrados. Nada de traje y corbata. Ni s¨¦quito que consulte compulsivamente el m¨®vil en esta suite del hotel Conrad, en el downtown neoyorquino. Nada en Michael Fassbender (1977, Heidelberg, Alemania) es como cabr¨ªa esperar en una estrella de su ?calibre. Al contrario. Todo en ¨¦l parece muy de la vieja escuela.
Se ha convertido en uno de los actores m¨¢s relevantes que ha engendrado el s¨¦ptimo arte en los ¨²ltimos a?os. Un todoterreno para el que no existe reto imposible. Ni papel menor. Un renacentista con aspecto de gentleman que ha conquistado Hollywood al asalto en una guerra fulgurante que le ha llevado desde las calles de Londres, donde comenz¨® a foguearse, hasta la meca del cine en tan solo cinco a?os.
En su particular lustro de oro, este pelirrojo de ojos azules y aficionado a las Dr. Martens pas¨® de ser un peque?o actor con especial talento para las tablas a un icono global capaz de manejarse con igual soltura en el cine independiente o en los grandes taquillazos y de ponerse el yelmo de un villano como Magneto (en X-Men: primera generaci¨®n) o de un sint¨¦tico algo perverso (en Prometheus) sin necesidad de despeinarse.
¡°No puedo interpretar mis personajes sin implicarme a fondo, igual que uno no puede conducir un coche a 300 por hora agarrando el volante con una mano¡± Michael Fassbender
Fassbender, que lleg¨® a protagonizar cuando era un desconocido anuncios animando a la juventud a alistarse en las SAS (las fuerzas especiales del Ej¨¦rcito brit¨¢nico) o a beber la c¨¦lebre cerveza Guinness, se lo debe ¨Ccasi¨C todo al realizador londinense Steve McQueen. Aunque el segundo ya era un prestigioso artista visual antes de pasarse al cine para dirigir Hunger, su primer largo (estrenado en 2008), en ¨¦l se juntaron por primera vez. Y la alianza les ha llevado a ambos a la cima. Repitieron en Shame (2011). Y ahora regresan de la mano con su apuesta m¨¢s ambiciosa, 12 a?os de esclavitud, una descomunal pel¨ªcula que ya figura en todas las quinielas al Oscar (se estrena el 13 de diciembre en Espa?a) y que cuenta la historia de un hombre libre de raza negra, Solomon Northup, raptado en Washington a mediados del siglo XIX, vendido como esclavo y confinado al trabajo en diversas plantaciones hasta que fue rescatado 12 a?os despu¨¦s.
En el filme, Fassbender interpreta a Edwin Epps, un esclavista de la peor cala?a. Aunque al actor todo le parece discutible: ¡°T¨² crees que es malo, simplemente malo. Pero yo no puedo trabajar as¨ª, necesito examinarlo de otro modo. Si lo veo como al demonio, no voy a poder darle al director ni al personaje lo que esperan de m¨ª. En mi opini¨®n, Epps es una v¨ªctima de su contexto y de su ¨¦poca, y en cierto modo siento empat¨ªa por ¨¦l. Es un tipo enamorado de su esclava y que cree que infligiendo dolor a sus semejantes conseguir¨¢ librarse de ese sentimiento: obviamente no le funciona, y esa frustraci¨®n genera m¨¢s violencia¡±.
Steve McQueen, hombre de pocas palabras, resume en una imagen su entrega: ¡°Est¨¢bamos rodando una escena muy intensa de la pel¨ªcula y de pronto se desmay¨®, cay¨® redondo al suelo. Ese es Michael Fassbender, alguien que pone todo lo que es, todo lo que tiene, en lo que est¨¢ haciendo: por eso es un actor extraordinario, no se guarda ni un gramo de energ¨ªa. Te lo da todo¡±.
El secreto del actor parece ser ese arrojo ¨Ca veces suicida¨C que pone en su profesi¨®n junto a una elegancia cl¨¢sica, que recuerda a las grandes estrellas de anta?o y le hermana directamente con (el otro) Steve McQueen y Cary Grant: tipos con clase que gustaban por igual a hombres y mujeres y que representaban un seguro para la taquilla. Para muchos Fassbender es un actor de otro tiempo, un int¨¦rprete excepcional que a¨²na lo mejor de Hollywood con las cualidades art¨ªsticas del Viejo Continente. ¡°Michael es como un Errol Flynn moderno: un tipo divertido, jovial, con gran sentido del humor, al que le gusta salir de noche, pero que a la ma?ana siguiente se presenta en el plat¨® excelentemente preparado. Compartimos adem¨¢s nuestro amor por las motocicletas y la velocidad. Le vi en Hunger y luego en Malditos bastardos y pens¨¦ que era mi hombre. No me equivocaba¡±, explica el realizador canadiense David Cronenberg, que le tuvo a sus ¨®rdenes en Un m¨¦todo peligroso, filme en el que encarnaba al psiquiatra Carl Jung.
En estos cinco a?os dorados, Michael Fassbender ha ganado premios de todas las clases y colores, ha disparado su cach¨¦ y se ha colocado en el Olimpo de los cin¨¦filos, all¨ª donde van a parar aquellos artistas que trascienden con mucho el ¨¢mbito de la pantalla grande. ¡°Solo me falta hacer una pel¨ªcula en alem¨¢n¡±, confiesa el actor. ¡°Malditos bastardos no cuenta¡±, dice entre risas.
Son las diez de la ma?ana, y este alem¨¢n de madre irlandesa va ya por su segundo t¨¦, mientras se frota las manos y apoya la nuca contra el respaldo del sof¨¢. Tiene una larga jornada por delante: ¡°Estar¨¦ aqu¨ª todo el d¨ªa dando entrevistas y ¨Cperm¨ªteme la franqueza¨C no me seduce la idea¡±, confiesa con una sonrisa de medio lado. Hace unos instantes, antes de entrar en la sala para la entrevista, una publicista ha retenido al periodista para recordarle el mantra habitual: ¡°Nada de preguntas personales¡±.
La advertencia llega, quiz¨¢, porque Fassbender est¨¢ considerado como un Casanova del tama?o de un portaaviones y porque se le ha emparejado con cada actriz con la que ha trabajado ¨Cy algunas que no¨C en una interminable lista (y presunta, el actor es la discreci¨®n personificada) que incluye a Eva Mendes, Charlize Theron, Megan Fox, Zo? Kravitz o Rosario Dawson. Actualmente se le relaciona con la atleta brit¨¢nica Louise Hazel. Aunque, como siempre, ¨¦l ni confirma ni desmiente. La prensa amarilla estadounidense lleg¨® a colgarle un hijo con January Jones, algo que la actriz desminti¨® en una entrevista con The New York Times.
Michael Fassbender naci¨® en Alemania, pero pas¨® su infancia en Killarney, al suroeste de Irlanda. Sus padres regentaban all¨ª un restaurante, y ¨¦l, adolescente con melenas, le daba al heavy-metal: ¡°[Risas] Ten¨ªamos un grupo con el que ¨¦ramos capaces de echar a la gente de cualquier sitio, especialmente por el volumen al que toc¨¢bamos¡±. Formado como actor en la Central School of Speech and Drama y acostumbrado a lidiar ya desde muy joven con las ansiedades del directo en las tablas de un teatro, el int¨¦rprete sac¨® por primera vez la cabeza en Hermanos de sangre, la miniserie de HBO sobre la II Guerra Mundial producida por Tom Hanks y Steven Spiel?berg. Pero pas¨® por ah¨ª de puntillas. ¡°Para serte franco, le recuerdo vagamente, pero si hubiera sabido entonces lo que s¨¦ ahora de Michael Fassbender, habr¨ªamos hecho un episodio de la serie solo para ¨¦l¡±, recordaba Hanks recientemente en Berl¨ªn al ser preguntado por el actor.
Steve McQueen
Luego llegar¨ªa 300, a las ¨®rdenes del realizador Zack Snyder, en la que el actor se meter¨ªa en la piel de uno m¨¢s de entre esos tres centenares de espartanos; y al fin, en 2008, la pel¨ªcula que le puso en el punto de mira de la cinefilia mundial: Hunger. La cinta relataba la historia (real) de Bobby Sands, el m¨¢rtir del IRA que muri¨® a causa de una huelga de hambre en una prisi¨®n norirlandesa en 1981. ¡°Estuve 10 semanas en las que apenas com¨ª y prob¨¦ mis propios l¨ªmites porque era necesario para llegar donde el papel requer¨ªa y porque siento un inmenso respeto por mi profesi¨®n, y si acepto un rol es porque creo que puedo hacerlo. ?Miedo? Cada vez que me miraba al espejo [risas]¡±.
Fassbender parece disfrutar cruzando esas fronteras. ¡°Michael es un hombre de integridad ¨²nica y enseguida entendi¨® lo que yo buscaba¡±, cuenta el cineasta McQueen sobre aquella primera colaboraci¨®n. ¡°Est¨¢bamos narrando la historia de un hombre atrapado en los l¨ªmites de su cuerpo y que muri¨® defendiendo una causa que ¨¦l consideraba justa. Creo que la confianza que depositamos el uno en el otro fue la clave para que la pe?l¨ªcula saliera bien. Eso y la fiereza de Michael, que no se arruga ante nada¡±.
Es curioso c¨®mo la expresi¨®n ¡°l¨ªmite¡± aparece en boca de casi todos los que han trabajado con el int¨¦rprete a lo largo del ¨²ltimo lustro. ¡°Michael da miedo. Tiene una intensidad en lo que hace que he visto en pocos actores a lo largo de mi carrera. A veces ten¨ªa la impresi¨®n de que si el guion hubiese puesto que ten¨ªa que morirse, ¨¦l habr¨ªa muerto¡±, dec¨ªa la actriz Carey Mulligan en las entrevistas de promoci¨®n de Shame a cuenta de la falta de barreras del actor a la hora de encarar un trabajo, ese lo que sea necesario que todos destacan despu¨¦s de haber trabajado con ¨¦l. ¡°Bueno, ese es mi trabajo, ?no?¡±, dice Fassbender quit¨¢ndose importancia. ¡°Tratar de no poner barreras a lo que hago. Shame [su segunda colaboraci¨®n con McQueen] hablaba de un adicto al sexo, y 12 a?os de esclavitud, de un negrero que arranca la vida de sus esclavos con un l¨¢tigo. No son personajes que puedas interpretar sin implicarte a fondo, del mismo modo que no se puede conducir un coche a 300 kil¨®metros por hora agarrando el volante con una sola mano¡±.
¡°No ha habido desde Marlon Brando un actor como Michael: uno de esos t¨ªos que salen una vez por generaci¨®n¡±, Steve McQueen
Shame fue noticia en su momento no solo por su (apabullante) vertiente cinematogr¨¢fica, sino por una bastante m¨¢s fr¨ªvola, los desnudos frontales del actor. ¡°Si me preguntas ahora, me lo tomo a risa. Si quieres la respuesta seria, te dir¨¦ que los desnudos eran imprescindibles para entender el personaje y que por eso los hice. Por otro lado, no entiendo que el desnudo frontal masculino sea tan pol¨¦mico, pero que las actrices lo hagan y a todos les parezca de lo m¨¢s normal. ?La respuesta no-tan-seria? Mi madre ten¨ªa que estar all¨ª el d¨ªa del estreno en Londres y sufri¨® un fuerte dolor de espalda que se lo impidi¨®. ?Necesito decirte m¨¢s? Desde entonces creo un poco m¨¢s en Dios¡±, confiesa el actor entre risotadas.
Con 12 a?os de esclavitud, Fassbender reafirma aquella m¨¢xima de Tarantino en el rodaje de Malditos bastardos (¡°Michael puede hacer una toma de 12 formas distintas y todas son buenas. Es un jodido genio¡±) y clava su interpretaci¨®n de un personaje (real) que hizo de la crueldad una forma de vida. Uno de los hombres que convirtieron la existencia de Solomon Northup en un infierno: ¡°Cuando Steve [McQueen] me dio el libro, pens¨¦ que era imposible que aquello hubiera pasado. Un tipo libre es raptado y vendido como esclavo y nadie puede hacer nada por ¨¦l durante 12 a?os. Es una aut¨¦ntica locura. En cuanto a mi personaje, no hab¨ªa mucha documentaci¨®n, as¨ª que me limit¨¦ a buscar en el libro y lo cierto es que Northup era un escritor magn¨ªfico, con mucho ojo para los detalles. Despu¨¦s me dej¨¦ llevar por la humedad de Luisiana y los colores de las plantaciones. Es incre¨ªble lo que uno puede llegar a captar en esas tierras si presta la atenci¨®n suficiente¡±.
El germano-irland¨¦s tiene ahora 36 a?os y al menos ocho pel¨ªculas en cartera. Ridley Scott (por partida doble: El consejero y Prometheus 2), Terrence Malick o Bryan Singer son algunos de los directores que le tendr¨¢n en sus manos. ¡°No tengo ning¨²n plan. Es absurdo pretender que puedes planear algo en esta profesi¨®n. ?Intuici¨®n? Es solo otro factor. A veces es el director; otras, mis compa?eros de reparto; con Steve [McQueen], siempre es Steve¡ y sobre todo busco hacer cosas que me parezcan distintas. ?Prometheus 2? [risas]. Vale, ah¨ª me has cogido¡±. El actor ha protagonizado 16 pel¨ªculas desde 2009 y no parece que tenga intenci¨®n de tomarse ning¨²n descanso: ¡°Cada uno tiene su m¨¦todo; para m¨ª, la manera m¨¢s r¨¢pida de deshacerme de un personaje es meterme en otro. Siempre he funcionado as¨ª, y as¨ª es como voy a seguir haci¨¦ndolo mientras me lo pueda permitir. ?Descansos? Claro que me tomo descansos; mira, no hace mucho estuve en tu pa¨ªs. Mi padre y yo cogimos la moto y nos dimos una vuelta por Europa, pasamos unos d¨ªas en Sarajevo, despu¨¦s Venecia, luego una semana en Barcelona y de all¨ª a San Sebasti¨¢n: hicimos unos 3.000 kil¨®metros. Eso cuenta como descanso, ?no?¡±.
El actor habla de su hiperactividad en t¨¦rminos profesionales en contraposici¨®n a su labor como productor: ¡°En 2011 mir¨¦ atr¨¢s y me di cuenta de que hab¨ªa hecho seis pel¨ªculas seguidas, empalmando una con otra, as¨ª que decid¨ª parar unas semanas. Mis amigos me dec¨ªan: ¡®T¨ªo, estamos hartos de ver tu cara por todas partes¡¯ [risas], as¨ª que par¨¦ y me dediqu¨¦ a mi productora, DMC, porque no quer¨ªa que fuera otro de esos proyectos que son solo una fachada. Ahora por fin tenemos una pel¨ªcula en la que podemos implicarnos como compa?¨ªa. ?Cu¨¢l? Voy a producir Assassin¡¯s creed, la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del videojuego¡±.
Hace unas semanas, Matthew Vaughn, director de Kick Ass o X-Men: primera generaci¨®n (donde coincidi¨® con el actor), fue preguntado sobre la posibilidad de dirigir un filme de la franquicia Bond: ¡°Solo habr¨ªa una posibilidad de que yo aceptara hacer ese trabajo: si Michael [Fassbender] interpretara a James Bond¡±. Al int¨¦rprete no le disgusta la idea: ¡°?Eso dijo Matthew? Bueno, la verdad es que yo soy un gran fan de Daniel Craig y creo que es un Bond maravilloso. As¨ª que de momento lo veo dif¨ªcil. ?Si ¨¦l lo dejara? [sonr¨ªe]. Entonces ya hablar¨ªamos¡±.
Los rumores bondianos sobre el actor, al que colocan como uno de los dos favoritos para hacerse con el rol en la etapa pos-Craig ¨Cel otro es Idris Elba, que ser¨ªa el primer Bond negro de la historia¨C, no han cesado de sonar mientras Hollywood se cabreaba con Fassbender tras el anuncio de este de que no piensa hacer ninguna campa?a para los Oscar con 12 a?os de esclavitud. El actor no qued¨® muy contento de la maratoniana promoci¨®n que le llev¨® de costa a costa de Estados Unidos para Shame y que se sald¨® con un cero en su casillero. Esto es: no fue nominado. ¡°Los Oscar me dan igual, es un honor si me lo dan, pero no me preocupa¡±, es su lac¨®nica respuesta cuando se le inquiere por el asunto.
Ha aparecido en todas las listas de actores influyentes, guapos y talentosos que elaboran revistas, peri¨®dicos, webs y festivales de cine, no se encuentra muy lejos ya de la estatuilla dorada. ¡°No ha habido desde Marlon Brando un actor como Michael. Se trata de uno de esos t¨ªos irrepetibles que salen una vez por generaci¨®n¡±, asegura Steve McQueen. A tenor de lo visto, parece dif¨ªcil llevarle la contraria
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