?Pagar por el espacio p¨²blico?
Por Jorge Romero, arquitecto especialista en energ¨ªa y medio ambiente
El Park G¨¹ell dise?ado por el arquitecto Antoni Gaud¨ª fue concebido en sus or¨ªgenes (1900-1914) como una urbanizaci¨®n de lujo en la ladera de la monta?a del Carmel, en la parte alta de Barcelona. El fracaso del proyecto comport¨® su compra por parte del ayuntamiento de Barcelona en 1926 para realizar un parque p¨²blico. En el 1984 la UNESCO lo declar¨® patrimonio de la humanidad.
"Cuando un pulm¨®n de la ciudad se vuelve irreconocible por sus propios habitantes, desde el preciso momento en que la espontaneidad y el acceso libre a la cultura escasean, es cuando se puede decir que la ciudad ya no es la misma..." De este modo empieza el documental El Dret a Gaudir?(El derecho a disfrutar); fruto del trabajo entre la productora independiente Cronovan Studio en colaboraci¨®n con la Plataforma Defendamos el Park G¨¹ell (PDPG). En el local de investigaci¨®n urbana de Raons p¨²bliques asistimos a la proyecci¨®n y debate de este documental, donde nos expusieron la situaci¨®n actual y las demandas por parte de la plataforma.
Tras cuatro intentos de cierre, finalmente una parte del Park G¨¹ell deja de ser de libre acceso desde Octubre de 2013. Por primera vez nos encontramos con un museo abierto de pago. Seg¨²n un estudio realizado por ayuntamiento en el mes de Julio, el 97,6% de los visitantes no son barceloneses; pero estos datos no son extrapolables a todo el a?o, ni reflejan el uso que realizan los vecinos de este espacio p¨²blico. Pagar por la entrada a una parte del parque, desvirt¨²a el car¨¢cter de espacio p¨²blico y el derecho de consumo por parte del ciudadano.
Seg¨²n Itziar Gonz¨¢lez (arquitecta y ex-concejala de Ciutat Vella) actualmente tiene m¨¢s poder el lobby tur¨ªstico que el lobby ciudadano, mercantilizando el acceso al patrimonio, bajo la excusa de que el turismo masivo degrada nuestro patrimonio; sin realizar pol¨ªticas preventivas de antemano para estas situaciones. Actualmente Barcelona es un centro estrat¨¦gico donde invertir en el sector tur¨ªstico con una gran inversi¨®n de empresas internacionales, banalizando el comercio y la calidad de los productos que ofrecemos; de modo que la ciudad es parasitada por estas empresas en beneficio propio, sin que nadie les reclame que lo reinviertan en la calidad de la ciudad.
El monocultivo tur¨ªstico ser¨¢ tan dram¨¢tico como la apuesta por el monocultivo de la construcci¨®n, creando otra burbuja que pinchar¨¢ en el futuro. El ayuntamiento presenta la mercantilizaci¨®n para garantizar la sostenibilidad de este espacio p¨²blico, utilizando la marca Barcelona, que presenta la ciudad como la mejor tienda del mundo y la entrega al consumismo y al turismo de masas, haci¨¦ndola atractiva a las inversiones de grandes capitales y olvid¨¢ndose de los vecinos.
Seg¨²n la plataforma, por ahora no existe la justificaci¨®n econ¨®mica del cierre del parque, ni el destino del dinero que ingresar¨¢n las arcas p¨²blicas. Uno de las motivos argumentados para este cierre son los costes de mantenimiento, que se valoran en 882.440 euros. Pero hay que destacar que los ingresos del ayuntamiento por las licencias de bares ascienden a 799.731 euros; la casa museo Gaud¨ª, la casa del Guarda y el parking de autobuses tienen unos beneficios anuales de m¨¢s de 2.000.000 de euros; sin aportar nada al propio mantenimiento del parque.
Seg¨²n el grupo?Raons p¨²bliques, otra de las grandes preocupaciones es la p¨¦rdida de derechos para la gran mayor¨ªa de ciudadanos, el derecho a un espacio p¨²blico libre, espont¨¢neo, imprevisible e integrador, que sea capaz de plantear unas reglas de juego justas e igualitarias para todos sin discriminaci¨®n.
En definitiva, como ciudadanos y consumidores de la ciudad, deber¨ªamos reclamar nuevos usos vecinales, nuevos usos para la ciudad; no s¨®lo usos tur¨ªsticos, porque de esta forma se crean condominios estrictamente tur¨ªsticos y privatizados.
Imagen de apertura: Logo creado por la PDGG (Defendamos el Park G¨¹ell, p¨²blico y gratuito)
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