UGT tiene que actuar
El cr¨¦dito del sindicato pende del rigor con el que afronte las irregularidades descubiertas
Los sindicatos, como cualquier instituci¨®n que recibe fondos p¨²blicos, deben regirse por unos criterios de transparencia que pr¨¢cticamente no han existido hasta la fecha. Un manto de relativo silencio ha protegido su funcionamiento econ¨®mico, pero esa situaci¨®n resulta cada vez m¨¢s insostenible no solo frente a pol¨ªticos o empresarios, sino, tambi¨¦n, de cara a los sectores sociales afectados por la crisis. C¨¢ndido M¨¦ndez y el equipo que le rodea tienen que poner todo su peso org¨¢nico al servicio de una r¨¢pida y completa clarificaci¨®n, en vez de envolverse en ¡°la historia de la organizaci¨®n y de las generaciones de sindicalistas que han dedicado su vida a la defensa de la clase trabajadora¡±, como hizo ayer el Comit¨¦ Confederal de UGT, o de esgrimir la paup¨¦rrima excusa de que se le ha abierto una ¡°causa general¡±.
Las informaciones apuntan principalmente a la federaci¨®n andaluza de UGT, sospechosa de haber endosado facturas falsas o infladas a la Junta de Andaluc¨ªa, sean para financiar a la organizaci¨®n, pagar actividades del d¨ªa a d¨ªa o costear simples caprichos u obsequios a los participantes en un congreso. La Administraci¨®n andaluza ha abierto 17 expedientes para revisar ayudas al sindicato por 7,5 millones de euros. Tras examinar dos de esos expedientes, la Junta estudia reclamar 1,8 millones por dos ayudas utilizadas de forma irregular. De confirmarse, tales conductas constituyen un abuso del dinero p¨²blico y la central sindical debe reintegrar lo recibido de manera irregular o injustificable.
Por el momento, la direcci¨®n andaluza de UGT pretende enfriar el esc¨¢ndalo. No facilita los resultados de su investigaci¨®n interna y se toma con demasiada calma las aclaraciones y exigencia de responsabilidades, aplazando seis semanas (hasta el 9 de enero) las explicaciones de la direcci¨®n regional, encabezada por Francisco Fern¨¢ndez Sevilla como secretario general de la UGT andaluza.
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C¨¢ndido M¨¦ndez, que ha dado muestras de preocupaci¨®n, no debe conformarse con pa?os calientes. Porque las sospechas m¨¢s documentadas afectan a la federaci¨®n andaluza, pero la organizaci¨®n ugetista en su conjunto dif¨ªcilmente escapar¨¢ al impacto. La juez Alaya investiga las facturas falsas de la UGT andaluza, mientras la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n sopesa una denuncia del seudosindicato Manos Limpias contra UGT por presunta desviaci¨®n de fondos destinados a la formaci¨®n para el empleo.
Las siglas no tienen la culpa de nada, pero s¨ª las personas que hacen lo que no deben al amparo de aquellas, y cuyas andanzas sirven de pretexto a los que desean el hundimiento de las estructuras sindicales como resortes de una resistencia social identificable y a cara descubierta. La dependencia de los sindicatos respecto de la financiaci¨®n p¨²blica les hace vulnerables y puede haberles acomodado a corruptelas o pr¨¢cticas ilegales. El cr¨¦dito de UGT como organizaci¨®n sindical depende de que afronte este asunto con rigor y arroje luz sobre sus cuentas.
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