Fundido en negro

Y ahora, ?qu¨¦ nos queda? Esa es la pregunta f¨¢cil que muchos de nosotros nos hacemos.

Tras 24 a?os caminando juntos, nos hemos quedado un poco hu¨¦rfanos al quitarnos el escaparate donde pod¨ªamos mostrar nuestras se?as de identidad: lengua, tradiciones, fiestas¡­ y a los dirigentes del PP no les queda otro remedio que hablar con la boca peque?a y sin fuerza moral para rebatir todo lo que les viene encima.

El idioma de Ausi¨¤s March se convirti¨® tras 600 a?os de altibajos, en la lengua vehicular con la que se logr¨® vertebrar de norte a sur nuestra comunidad. Ver y o¨ªr en nuestras casas la transmisi¨®n de noticias en valenciano o llevar nuestra cultura a cualquier punto del planeta nos daba un plus de autoestima y enriquec¨ªa unas expectativas pocas veces so?adas. Ahora todo eso se ha fundido en negro. Y un discurso tan f¨¢cil como falso es el escudo tras el que se han fortificado aquellos que ten¨ªan en sus manos las llaves del cierre.

Los mismos que durante a?os se han dedicado al despilfarro sin medida hasta dejar esquilmados unos recursos, intentan justificar la medida como una forma de defender algunos beneficios sociales que quedar¨ªan en peligro. Sin duda es un discurso que no reconoce sus responsabilidades, enmascarando su soluci¨®n bajo una piel de cordero sin tener presente que se ha llegado a este estado de cosas por una gesti¨®n llena de fastos desproporcionados, inversiones sin sentido y enchufismos.

Deseo que los valencianos no seamos tan olvidadizos, tan meninfots (pasotas) y que nuestros gobernantes paguen un alto coste pol¨ªtico en las urnas que les obligue a reflexionar acerca del desprop¨®sito de una decisi¨®n que tanto mal ha hecho a los valencianos en general, y a los trabajadores de RTVV en particular.¡ª Luis Miguel Pradas.