Educaci¨®n estancada

Dice la OCDE que la educaci¨®n es m¨¢s urgente que nunca dado el enorme desempleo juvenil. Tal aserto es crucial para Espa?a. Los datos del Informe PISA 2012 que eval¨²a los conocimientos de matem¨¢ticas (y, en menor medida esta vez, lengua y ciencias) indican, sin embargo, que los resultados de los estudiantes espa?oles apenas se han movido en los ¨²ltimos a?os y siguen inmediatamente por debajo de la media de los 65 pa¨ªses evaluados, a pesar de que ha aumentado el estatus socioecon¨®mico de los alumnos.

El caso espa?ol encierra una gran paradoja: el gasto en educaci¨®n se ha incrementado en un 35% desde 2003 y ello no se ha traducido en mejoras notables como las logradas por otros pa¨ªses. Las reformas educativas han sido especialmente exitosas en Alemania, M¨¦xico o Brasil (si bien los pa¨ªses americanos est¨¢n a¨²n muy por debajo), mientras Espa?a perpet¨²a la mediocridad de su posici¨®n e incluso pierde terreno en lo que parec¨ªa imbatible: la igualdad de oportunidades. Esa menor equidad es la que, por ejemplo, arroja unos resultados tan dispares entre autonom¨ªas hasta el punto de que varias comunidades, como Madrid, Navarra, Castilla y Le¨®n o el Pa¨ªs Vasco logran resultados muy por encima de la media de la OCDE mientras otras, como Extremadura, Murcia, Andaluc¨ªa y Baleares quedan demasiado cerca del furg¨®n de cola, lo que la organizaci¨®n multilateral achaca a diferencias socioecon¨®micas.

La gran ventaja del Informe PISA, centrado este a?o en una materia fundamental para el progreso social y econ¨®mico de un pa¨ªs, es que las comparaciones con los m¨¢s sobresalientes ¡ªlos asi¨¢ticos, sin ninguna duda¡ª configuran un interesante abanico de recetas para la mejora del sistema. Los centros espa?oles tienen menos autonom¨ªa, el porcentaje de alumnos inmigrantes ha aumentado m¨¢s que en el resto, los profesores est¨¢n poco motivados, la colaboraci¨®n entre docentes es poco frecuente, hay un gran absentismo escolar y se practican pocas evaluaciones externas, una cuesti¨®n esta ¨²ltima que la reforma Wert prev¨¦ modificar.

Todo indica, en definitiva, que mejorar la preparaci¨®n de los alumnos no requiere tanto grandes leyes ¡ªmenos a¨²n si se aprueban sin consenso¡ª, como acciones sostenidas en el tiempo para atajar esos males bien identificados que impiden estar entre los mejores y garantizar un futuro mejor a las j¨®venes generaciones.