Cuando la moda se nutre de famosos
Se consagra el intrusismo de las estrellas de otras disciplinas en el mundo de la moda El galard¨®n a un miembro de One Direction por su estilo personal es el ¨²ltimo de los ejemplos
Imaginen unos galardones de la m¨²sica en el que se homenajee a una modelo por ser asidua a conciertos. O a un actor por tener una colecci¨®n de discos bien elegida. Pues algo parecido sucedi¨® en la reciente entrega de los premios de la moda brit¨¢nica. Harry Styles, componente de la boyband One Direction, fue galardonado por su estilo personal en una decisi¨®n tomada por el p¨²blico. Tom¨® el relevo de la anterior ganadora, la modelo, presentadora y colaboradora de Vogue Alexa Chung y desbanc¨® a otros conocidos nominados como David Beckham, Kate Moss, Kate Middleton o la modelo Cara Delevingne. La carrera de Styles en el mundo de la moda se limita a aparecer en alg¨²n desfile y alternar con modelos en las fiestas posteriores. La pregunta es c¨®mo un chico de 19 a?os integrante de un grupo prefabricado (y probablemente con estilista en n¨®mina) se ha convertido en un referente de institucionalizado de moda. ?La explicaci¨®n? La debilidad de la industria por el personaje aficionado.
Un claro ejemplo de intrusismo consagrado es el de Victoria Beckham y su mete¨®rica carrera de Spice Girl a dise?adora de prestigio. En 2009 fund¨® su firma hom¨®nima y dos a?os despu¨¦s ya era nombrada dise?adora brit¨¢nica del a?o. Hab¨ªa empezado con peque?as l¨ªneas de gafas de sol y vaqueros, protagonizando una campa?a de Marc Jacobs y ejerciendo de embajadora de Dolce & Gabbana. Un poco como todos. Hoy Beckham desfila en Nueva York y es uno de los nombres m¨¢s reconocibles de la moda de su pa¨ªs.
Esta industria siempre ha sido una maquinaria fagocitadora que se nutre de otras disciplinas. Que mantiene relaciones simbi¨®ticas con la m¨²sica, el cine o el arte. Pero ahora m¨¢s que nunca sabe c¨®mo vampirizar el ¨¦xito ajeno para fines mercantiles.
El sector aspira a ser un negocio serio y rentable. Se nota en una capital como Londres, que quiere dejar de lado su imagen de centro creativo sin empuje comercial para posicionarse como un n¨²cleo bien engrasado. Pero en lugar de profesionalizarse o restringir el acceso, se va en la direcci¨®n contraria: exponerse lo m¨¢s posible y abrirse al gran p¨²blico.
El British Fashion Council y su directora Nathalie Massenet, la fundadora de la tienda de moda online Net-a-porter, organizan un fin de semana donde cualquiera -previa compra de invitaci¨®n- puede adquirir prendas rebajadas de dise?adores o asistir a desfiles de marcas participantes. Adem¨¢s han hecho de las ferias, antes eventos que pasaban sin pena ni gloria en salones de congresos, una ocasi¨®n noticiable. El plan se remata con una ristra de famosos que atraigan flashes y titulares. Y a m¨¢s ruido, m¨¢s consumo. Seg¨²n informa The Economist las ventas textiles en el Reino Unido incrementan un 45% despu¨¦s de cada semana de la moda.
Hay algunos dise?adores que se han cansado de la prominencia de los famosos. Es el caso de Oscar de la Renta, que este a?o rebaj¨® el n¨²mero de invitados a su desfile y solo otorg¨® la entrada a quienes tuvieran un ¡°leg¨ªtimo inter¨¦s profesional¡±. El modisto de 81 a?os ve la semana de la moda de Nueva York como ¡°un circo ca¨®tico¡± y prefiere facilitar el trabajo a los profesionales para que no tengan que ¡°lidiar con miles de personas sacando fotos de toda esa gente que nada tiene que ver con los dise?os¡±, declar¨®. En el polo opuesto estar¨ªa Karl Lagerfeld. Sus fastuosos desfiles para Chanel est¨¢n cuajados de personajes c¨¦lebres. Desde la d¨¦cada de los setenta el k¨¢iser ha sido experto en servirse del resplandor de la novedad y la juventud, cambiando de musa con la temporada.
No todos los famosos corren la misma suerte que Victoria Beckham. El cantante Robbie Williams ha tenido que cerrar este oto?o su l¨ªnea de sastrer¨ªa Farell por problemas econ¨®micos. El negocio vintage de Lily Allen ha corrido una suerte similar, y Sienna Miller abandon¨® Twenty8Twelve, la marca que ten¨ªa con su hermana. La moda es ¨¢vida, pero caprichosa.
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