Romper con el pasado
El ¨¦xito o fracaso de la renovaci¨®n del PSOE pasa por recuperar su credibilidad
La pol¨¦mica suscitada en las ¨²ltimas semanas con ocasi¨®n de la publicaci¨®n de los libros de memorias del expresidente Zapatero y del que fuera ministro de Econom¨ªa y Hacienda, Pedro Solbes, dan pie a la reflexi¨®n sobre la trayectoria del PSOE en los ¨²ltimos a?os, su situaci¨®n presente y su futuro. La informaci¨®n desvelada en esos libros y las valoraciones realizadas por quienes protagonizaron momentos decisivos de la historia reciente de nuestro pa¨ªs generan desconcierto en muchos ciudadanos; pero los votantes y simpatizantes del PSOE se encuentran particularmente cargados de razones para formular dos cr¨ªticas severas.
La primera de ellas tiene que ver con el enfrentamiento entre Solbes y el que fuera primero director de la Oficina Econ¨®mica del Presidente y despu¨¦s ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, a quien p¨²blicamente ha apoyado David Taguas, su sucesor al frente de ese organismo. Lo relevante no es que esta agria disputa entre profesionales cuya val¨ªa nadie deber¨ªa cuestionar tenga algo de vanidoso por su car¨¢cter esencialmente personal, sino que, m¨¢s all¨¢ de las discrepancias t¨¦cnicas y solapamientos funcionales que pudieron existir entre ellos, su concepci¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica ¡ªincluyendo las esferas fiscal, industrial y sociolaboral¡ª tiene muy poco que ver con la que se refleja en el documento aprobado por los socialistas en la reciente conferencia celebrada. Sirva como ilustraci¨®n el entusiasmo que comparten los tres ex altos cargos por el contrato ¨²nico, una medida expresamente rechazada en esa conferencia.
Todo lo cual sirve para afirmar que, pese a sus enconadas divergencias, ni Solbes ni Sebasti¨¢n (ni Taguas) representan las soluciones progresistas, socialdem¨®cratas, firmemente comprometidas con la redistribuci¨®n de riqueza y las instituciones del Estado de bienestar, que el PSOE dice defender.
Un gobernante socialista pasar¨¢ a la historia de Espa?a? por impulsar un cambio constitucional que socava el car¨¢cter social de nuestro Estado
La segunda cr¨ªtica se refiere a la famosa carta que el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, y el gobernador del Banco de Espa?a, Miguel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, remitieron al presidente Zapatero en agosto de 2011. Mucho se ha escrito ya sobre un hecho que por su trascendencia y singularidad ser¨¢ objeto de estudio durante a?os en nuestras facultades de ciencia pol¨ªtica y de derecho. Desde luego, sorprende ¡ªhasta la indignaci¨®n¡ª el contenido de una misiva dirigida a un presidente del Gobierno elegido por los ciudadanos de un pa¨ªs soberano por parte de quienes ocupaban cargos p¨²blicos, s¨ª, pero cuya legitimidad democr¨¢tica no era en absoluto comparable. Y al mismo tiempo decepciona profundamente la reacci¨®n de un gobernante, anta?o h¨¢bil y valiente para conectar con la opini¨®n p¨²blica y ejercer su liderazgo, que en ese momento se vio preso de un celo casi antidemocr¨¢tico.
Pero desde la perspectiva del PSOE, y de su futuro, lo m¨¢s relevante es que el presidente Zapatero haya aprovechado la publicaci¨®n de esa carta para reivindicar su paternidad sobre la pol¨¦mica reforma del art¨ªculo 135 de la Constituci¨®n. De esta forma, se da la paradoja de que un gobernante socialista pasar¨¢ a la historia de Espa?a por impulsar un cambio constitucional que socava el car¨¢cter social de nuestro Estado y que legitima las devastadoras recetas econ¨®micas ante la crisis; unas recetas, inauguradas en mayo de 2010 e intensificadas hasta la asfixia a partir de 2012, que se basan en una austeridad a ultranza y que son insensibles ante el desempleo como principal manifestaci¨®n del dolor social.
En los pr¨®ximos meses el PSOE afronta una convocatoria electoral importante, las elecciones al Parlamento Europeo, pero sobre todo un novedoso proceso de primarias que probablemente marcar¨¢ su futuro como partido progresista y como actor esencial de nuestro sistema democr¨¢tico.
Buena parte del ¨¦xito o fracaso de esta renovaci¨®n del liderazgo depender¨¢ de la capacidad del partido para recuperar la credibilidad perdida. Para ello es indispensable reivindicar las se?as de identidad con las que los socialistas parecen haberse reencontrado; esas que identifican la cohesi¨®n social y la igualdad de oportunidades como pilares de una pol¨ªtica que da sentido a la acci¨®n colectiva. Pero tambi¨¦n urge desmarcarse con humildad y rotundidad de los graves errores cometidos en? ¨²ltima etapa de gobierno. Es cierto que seguramente esto lastra las aspiraciones que pudieran tener quienes participaron de forma destacada en el Ejecutivo de Zapatero. Pero si el PSOE quiere construir un futuro de progreso es imprescindible romper con ese pasado.
Borja Su¨¢rez Corujo es profesor de Derecho del Trabajo en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y miembro de L¨ªneas Rojas.
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