100 d¨®lares para so?ar
Un programa de microcr¨¦ditos permite el autoempleo de mujeres en Lima Con peque?as aportaciones se ponen en marcha comercios, restaurantes y talleres
En Lima, 100 d¨®lares pueden suponer la diferencia entre quedarse en casa cuidando a los hijos o iniciar un negocio que abra una v¨ªa de futuro. Esa fue la cantidad con la que Sandra Surichaqui pudo iniciar su modesta carrera empresarial y, a la postre, encontrar su vocaci¨®n.
¡°Es una microempresaria de ¨¦xito¡±, dice Carmen S¨¢nchez, responsable del programa Servicios Educativos El Agustino (SEA). Esta organizaci¨®n fundamenta su trabajo en organizar peque?os ¡°banquitos¡±, como all¨ª los llaman, para facilitar cr¨¦ditos a mujeres (en un 90% de los casos) y formaci¨®n para que puedan montar sus propios negocios.
Los 100 d¨®lares le permitieron a Sandra comprar una mesa de futbol¨ªn para sacar alg¨²n dinero alquil¨¢ndola en la puerta de su casa. Fue en 2008. Desde entonces ha tenido dos hijos y ha compaginado sus aventuras microempresariales con su cuidado. Tras estos primeros pasos futboleros, se meti¨® de lleno en cursos formativos proporcionados por los SEA, donde le ense?aron algo de contabilidad y los fundamentos para llevar un negocio con m¨¢s enjundia que el alquiler del futbol¨ªn. Compr¨® una m¨¢quina de tejer y, comenz¨® con la confecci¨®n de ropa, a lo que se sigue dedicando.
La formaci¨®n que acompa?a a los pr¨¦stamos es imprescindible para montar peque?os negocios
Los SEA trabajan con 25 banquitos, con unos 325 socios. Prestan dinero a peque?os negocios, fundamentalmente de comercio, pero con ramas en el sector servicios (especialmente restaurantes) y confecci¨®n, como es el caso de Sara.
El dinero que les prestan es imprescindible para dar el paso a emprender y ganarse la vida, pero probablemente nunca lo har¨ªan sin los talleres que lo acompa?an. Buscan, adem¨¢s de aportarles los conocimientos para emprender, llevar las cuentas y generar la suficiente confianza como para atreverse a montar sus negocios. ¡°Yo casi no era capaz de hablar con desconocidos y ahora mi trabajo se basa en buena parte en atender y buscar nuevos clientes¡±, asegura Sandra.
Este proyecto tiene una pata espa?ola. La Fundaci¨®n Taller de Solidaridad ha conseguido reunir casi 200.000 euros para ayudar a montar estos negocios. De esa cifra, tan solo 12.000 van destinados a los pr¨¦stamos. La mayor parte se usa para los cursos de formaci¨®n que permiten que los peque?os cr¨¦ditos sea aprovechados e invertidos de la mejor forma posible. Seg¨²n explica Jes¨²s Garc¨ªa Consuegra, responsable de proyectos de la fundaci¨®n, una vez devuelto el dinero, se reinvierte en otro proyecto de otra empresaria. Para aprobarlos, existe una comisi¨®n que estudia su viabilidad. Y luego es votado por todas las socias que forman el banco comunal. A tenor de los resultados, lo hacen con buen juicio: la morosidad es pr¨¢cticamente nula.
Una exposici¨®n que recorrer¨¢ 13 provincias espa?olas con el t¨ªtulo Pr¨¦stamos para so?ar sirve de relato de sus historias. Acaba de concluir su periplo por Lugo y a partir del pr¨®ximo 1 de febrero podr¨¢ verse en el Liceo de Ourense. Las fotograf¨ªas de este reportaje son parte de esa muestra.
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