Una cosa buena

He aqu¨ª un exministro de Econom¨ªa que no fue ministro de Econom¨ªa y un exjefe de gabinete econ¨®mico que no fue jefe de gabinete econ¨®mico. Entre todos la mataron y ella sola se muri¨®. Falta Miguel Sebasti¨¢n, el tercero en discordia, que seguramente no fue ministro de Industria cuando era ministro de Industria. Nos ha tocado vivir una ¨¦poca prodigiosa en la que nada es lo que parece. Los propios presidentes del Gobierno tampoco son, en la medida en la que obedecen ¨®rdenes de las mafias internacionales de la econom¨ªa financiera, presidentes del Gobierno. En esa dura batalla por no haber sido lo que se fue se producen a veces manifestaciones curiosas. As¨ª, Sebasti¨¢n, el que ha quedado fuera de la foto, se preguntaba hace poco p¨²blicamente de qu¨¦ se quejaba Solbes habiendo sido en su d¨ªa vicepresidente y siendo ahora consejero de Enel y de Barclays.

Lo de Enel y Barclays est¨¢ bien hasta nueva orden, o hasta nuevo libro, pero Solbes niega la mayor en cuanto a la vicepresidencia econ¨®mica. Dice que el ministro en la sombra era Sebasti¨¢n, o su compa?ero de foto, David Taguas. Nosotros no tenemos ni idea, no est¨¢bamos en la cocina, pero nos gustar¨ªa saber, aunque fuera a toro pasado, qui¨¦n mandaba. Incluso aunque tuvi¨¦ramos que pagar por ello, como hemos pagado por leer la carta que el BCE le envi¨® a Zapatero y con la que ahora anda haciendo negocios. Una cosa buena tiene todo esto, no para usted ni para m¨ª, sino para gente como B¨¢?ez o Wert. Cada d¨ªa est¨¢ m¨¢s cerca el momento en que podr¨¢n jurar que no fueron ministros de Trabajo y Cultura, respectivamente.