?Qu¨¦ Ruz!
?ramos pocas y alumbr¨® Carlota, la hija de Carolina de M¨®naco. En ese Principado procrean todas menos la que debiera
?ramos pocas y alumbr¨® Carlota. Corredera, la directora del Deluxe no, que se cas¨® hace nada y convid¨® a la flora y fauna de su programa sin hacer distingos de galones ni trienios, no como otras, que hacen la lista de invitados con el organigrama en la mano. Hablo de la hija de Carolina de M¨®naco. Una chavala mon¨ªsima que sale siempre en las revistas tom¨¢ndose un resuello en su apretada agenda en fiestones superexclusivos. Pues resulta que acaba de dar a luz ¡ªparir es de ordinarias¡ª a un beb¨¦ con Gad Elmaleh, un c¨®mico franco-magreb¨ª que le saca 15 a?os y ni es un Adonis ni un magnate precisamente. Creo que, al principio, Carolina estaba que daba los implantes con ese l¨ªo interclasista, sabido es que todas las mam¨ªferas quieren para sus cr¨ªas un pr¨ªncipe o un dentista, que cantaba Mar¨ªa Jim¨¦nez. Por eso a Tatiana Santodomingo, madre de penalti del ni?o de su hijo Andrea, no le hizo tantos ascos: la muchacha es latina, s¨ª, pero est¨¢ forrad¨ªsima y eso blanquea el cutis m¨¢s que un peeling qu¨ªmico. Lo que est¨¢ claro es que en todas las mansiones cuecen gambas, y si los ni?os te salen rana, ya puedes ponerte Farruquita que, o te tragas el sapo, o sales tarifando: mira a Carmen Thyssen con Borja, o a Isabel Pantoja con Chabelita.
En ese Principado procrean todas menos la que debiera. Ah¨ª tienes a Charlene, la primera dama m¨¢s mustia del globo, a excepci¨®n de Masako del Sol Poniente, que estar¨¢ deprimid¨ªsima, pero no da el cante yendo a los eventos con careto de sufrimiento agudo. Ll¨¢mame malpensada, pero para m¨ª que Charlene y Alberto, no es que no cohabiten, es que no pernoctan en el mismo hemisferio. As¨ª que, a ver si coinciden 20 minutos y conciben algo, aunque sea un plan para partir peras o manzanas, yo ah¨ª no me meto si no me llaman. Con este panorama y la reina mora Rania recluida en su b¨²nker de platino por si los islamistas, las revistas vienen tan sopor¨ªferas que inmolan su portada a Jesul¨ªn de Ubrique y Mar¨ªa Jos¨¦ Campanario haciendo un cameo en Torrente En¨¦simo, y a Paula Echevarr¨ªa y David Bustamante, chorreando alm¨ªbar por el mundo. Y, francamente, la agenda de ambos dos matrimonios nos la transpira a litros.
Hoy d¨ªa, la chicha rosa est¨¢ en los peri¨®dicos. Ni el Gabana de Alonso Aznar, ni el Joy Eslava de Froil¨¢n Marichalar, ni el Moma de Olvido Hormigos. El garito con m¨¢s ambiente de Madrid es la Audiencia Nacional, y el juez Ruz, el amo del calabozo. Quien no acaba all¨ª no es nadie. Y si Mahoma no va a la monta?a, ya le manda ¨¦l a sus esbirros. Lo mismo env¨ªa al secretario a hacerle 300 preguntas a domicilio a Esperanza Aguirre; que conmina a Rosell, presidente del Bar?a, a cantarle el chanchullo de Neymar; que le manda la pasma a Cospedal a ponerle patas arriba G¨¦nova, 13; que le libera las cuentas a B¨¢rcenas para que Rosal¨ªa pueda retocarse las mechas aunque sea en un Marco Aldany, pobretica m¨ªa. Vamos, que entiende de todo, dicho sea sin segundas, no sea que me impute. Pero, si es como testiga, matar¨ªa por entrar en ese templo. Ahora, si hasta a Rajoy le piden la acreditaci¨®n para entrar en Bruselas, no creo que me caiga esa breva. No somos nadie. Y menos en el trullo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.