El ladr¨®n era un tipo decente
Asalta una vivienda, se lleva unas cintas de v¨ªdeo y delata a un pederasta
Era decente, y tambi¨¦n un poco curioso. Entr¨® por la ventana de una casa del centro de Ja¨¦n y se llev¨® unos cuantos electrodom¨¦sticos. Los detalles no se conocen con precisi¨®n, pero si se sabe que, una vez abandonado el domicilio donde hab¨ªa perpetrado sus peque?os robos, decidi¨® estrenar la c¨¢mara reci¨¦n afanada. Llevaba tres cintas. Las puso para ver de qu¨¦ trataban y, vaya, le espant¨® su contenido. As¨ª que las meti¨® en un sobre, las coloc¨® debajo de un coche y escribi¨® una nota: ¡°He tenido la desgracia de que han ca¨ªdo las cintas en mis manos y me veo en la obligaci¨®n de presentarlas dejando que ustedes hagan su trabajo y puedan meter a ese... en la c¨¢rcel de por vida¡±. Luego llam¨® a la polic¨ªa.
Los agentes de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de Ja¨¦n hicieron, efectivamente, su trabajo y poco despu¨¦s deten¨ªan a un hombre de 64 a?os, entrenador de un club de f¨²tbol-sala y violador de menores. Han sido identificadas ya al menos cuatro de sus v¨ªctimas, de entre 10 y 16 a?os. El pederasta reconoci¨® los hechos que se le imputaban al ser detenido. Grababa sus abusos mediante una c¨¢mara camuflada en una caja de cart¨®n; lo llevaba haciendo unos seis a?os.
Hasta que lleg¨® el ladr¨®n curioso para desenmascararlo. Todo un caballero, de los que no est¨¢n dispuestos a tolerar extrav¨ªos de ning¨²n tipo. Si violaba a los chavales, que se pudra en la c¨¢rcel de por vida. No est¨¢ de m¨¢s llamar la atenci¨®n sobre la palabra que utiliza para dar cuenta de lo que le hab¨ªa sucedido al ver las im¨¢genes: una ¡°desgracia¡±.
Colarse en una casa ajena con estricta profesionalidad y recoger unos cuantos electrodom¨¦sticos: para el ladr¨®n, nada hay ah¨ª que sea condenable. Las cosas van y vienen, debe pensar, puedes tener la fortuna de tenerlas o pasar por el infortunio de perderlas. Pero abusar de unos menores, cambiarles el curso de sus d¨ªas al invadir su ¨¢mbito m¨¢s ¨ªntimo para romperlo: no, por ah¨ª no se puede pasar. Es una l¨®gica que gobierna tambi¨¦n en las c¨¢rceles: se celebra a los asaltantes de bancos y se crucifica a los ped¨®filos. A este ladr¨®n le pas¨® cerca esa ¡°desgracia¡±. No lo dud¨®: llam¨® a la polic¨ªa.
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