Su¨¢rez, el hombre que ciment¨® el consenso

"Se consumi¨® en un proceso, consciente de que se estaba consumiendo", explica Federico Mayor Zaragoza. La calidad de estas im¨¢genes no es la mejor. Lo que recoge este v¨ªdeo son grabaciones de hace m¨¢s de diez a?os, sin la alta tecnolog¨ªa actual pero con un contenido potente, que perfila hist¨®ricamente la figura de Adolfo Su¨¢rez, el hombre que ciment¨® la Transici¨®n.

Son voces que parten de todos los espectros de la pol¨ªtica espa?ola, desde los que ven¨ªan del r¨¦gimen hasta los que estaban amordazados por ¨¦l. Si escuchan con atenci¨®n, la palabra m¨¢s pronunciada es "consenso", uno de los pilares del talante y la personalidad de Su¨¢rez, que desmont¨® el Estado franquista desde dentro, contando con todas las sensibilidades en un ejercicio de funambulismo con la altura de miras de un pol¨ªtico excepcional.

As¨ª lo explica Marcelino Oreja, que comenz¨® su andadura pol¨ªtica dentro del r¨¦gimen en el Ministerio de Exteriores y lleg¨® a ser titular de esta cartera de la mano de la Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico entre 1976 y 1980. "Era casi obsesiva en Adolfo Su¨¢rez la necesidad de llegar constantemente a acuerdos". Del mismo modo opina Federico Mayor Zaragoza, que ocup¨®, entre otros, el cargo de ministro de Educaci¨®n y Ciencia tanto con Carlos Arias Navarro en el franquismo como con el segundo Ejecutivo de UCD. Mayor Zaragoza recuerda tambi¨¦n que el primer presidente tras la dictadura del general Franco asumi¨® el desgaste que ese proceso conllevaba.

Rodolfo Mart¨ªn Villa, que conoc¨ªa al expresidente desde los tiempos de la universidad, dice que en la Transici¨®n se encontr¨® con un Su¨¢rez "que era el mismo de siempre pero mejorado". Ambos coincidieron en sus tiempos universitarios, en los que Su¨¢rez no destacaba por su rendimiento acad¨¦mico pero s¨ª por su capacidad de liderazgo. Sin embargo, el abulense cont¨® con ¨¦l en dos de sus Ejecutivos. Para Mart¨ªn Villa, Su¨¢rez demostr¨® con sus actuaciones por qu¨¦ el Rey confi¨® en ¨¦l.

El divulgador cient¨ªfico Eduard Punset, vinculado en su juventud a la izquierda clandestina, form¨® parte, sin embargo, del Gobierno de UCD en 1980 como ministro para las Relaciones con la Comunidad Europea. Punset rese?a que Su¨¢rez supo "m¨¢s que la gente de la izquierda, que sin un partido, en democracia no haces nada".

A los que llegaban del otro extremo, ese esp¨ªritu conciliador fue lo que les convenci¨® de las intenciones de ese pol¨ªtico singular, empe?ado en aunar voluntades. El fallecido Santiago Carrillo, l¨ªder desde la posguerra del Partido Comunista de Espa?a, recuerda que en su primer encuentro ¡ªclandestino, de m¨¢s de seis horas¡ª se convenci¨® de que el que ten¨ªa delante "no era un hijo de los vencedores, sino de los vencidos".

Todas estas voces son solo una muestra de la impronta que dej¨® Adolfo Su¨¢rez. Explican c¨®mo un hombre cuya formaci¨®n pol¨ªtica estaba en el r¨¦gimen se sacrific¨®, pol¨ªtica y personalmente, para cimentar el consenso necesario para construir la democracia y reconciliar a las "dos Espa?as".

Texto: Marta Castro / V¨ªdeo elaborado y editado por: Luc¨ªa Rodr¨ªguez de la Pe?a, Delia Mu?oz, Manuel Morales, Lorenzo Calonge y Marta Castro