La justicia llegar¨¢

Desde hace unos cinco a?os pertenezco a ese creciente porcentaje de j¨®venes emigrados. En todo este tiempo he observado con preocupaci¨®n c¨®mo noticias sobre la crisis econ¨®mica se tornaban en m¨²ltiples casos de corrupci¨®n, y estas a su vez recientemente en modificaciones de leyes fundamentales que nos ata?en a todos. He visto polic¨ªas agrediendo en estaciones de tren, violadores liberados y asesinos vitoreados. He visto defraudadores amnistiados, culpables indultados y jueces manipulados. J¨®venes parados o malpagados. Multinacionales con beneficios mayores a los esperados, y con impuestos liberados. Vi pol¨ªticos votando ¡°por orden del partido¡± preocupados por coger el siguiente vuelo a ninguna parte. Vi penalizar las energ¨ªas renovables, mientras compa?¨ªas de viejas glorias vergonzantemente sub¨ªan la factura de la luz. Vi periferias privilegiadas enga?adas por ser presumiblemente subyugadas. Vi desahuciados rebuscar en contenedores de aeropuertos vaciados.

Vi cient¨ªficos marginados y casinos sacralizados. Vi periodistas comprados, realeza plebeya y oposici¨®n viendo llegar su san Mart¨ªn. Vi multar con miles de euros a pac¨ªficos manifestantes. Vi todo eso, y no pude hacer nada¡­ Pero la justicia llegar¨¢ irremediablemente. De una forma u otra.¡ª Pedro Madrigal Bayonas.