Fiasco en Panam¨¢

Los problemas de Sacyr para llevar a cabo las obras de ampliaci¨®n del canal de Panam¨¢ por el presupuesto acordado no parecen haber sorprendido a los observadores en el sector. Desde el momento en que se adjudic¨® la construcci¨®n del tercer juego de esclusas, en 2009, con una oferta que era inferior en m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares a la siguiente propuesta, hubo dudas sobre la posibilidad de llevar a buen t¨¦rmino la obra en los plazos previstos. Las constructoras han ca¨ªdo demasiadas veces en la tentaci¨®n de presentar ofertas muy bajas con la esperanza de lograr rentabilidad a trav¨¦s de modificaciones y ampliaciones; los imprevistos y las contingencias son habituales en obras de gran envergadura, pero que el consorcio internacional encabezado por Sacyr presente unos sobrecostes de m¨¢s del 50% del presupuesto inicial sugiere un grave error de c¨¢lculo por parte del grupo constructor, presidido entonces por Luis del Rivero. Los cables obtenidos por Wikileaks ya mostraban que los rivales en la puja ¡ªy hasta el propio Gobierno paname?o¡ª ten¨ªan dudas sobre el proyecto.

Las alegaciones del consorcio en el sentido de que hab¨ªa una serie de deficiencias en el proyecto pueden tener parte de raz¨®n, aunque el propio presupuesto preve¨ªa partidas para hacer frente a esos imprevistos, adem¨¢s de mecanismos de correcci¨®n de precios (por variaciones de las materias primas y de los salarios, por ejemplo) que las autoridades paname?as han cumplido. Pero tambi¨¦n resulta muy sorprendente que la Autoridad del Canal de Panam¨¢ (ACP) no haya atendido ninguna de las reclamaciones del consorcio constructor, refugi¨¢ndose en los mecanismos de mediaci¨®n y arbitraje que contempla el contrato.

Lo deseable ahora es que haya un acuerdo entre las partes que permita desbloquear una obra crucial para Panam¨¢. El consorcio deber¨¢ asumir la parte que corresponde a sus errores de c¨¢lculo; pero las autoridades paname?as deber¨ªan mostrar cierta flexibilidad a la hora de facilitar la financiaci¨®n que permita continuar con los trabajos, antes de que las instancias correspondientes diriman qui¨¦n tiene al final la raz¨®n.

Sacyr, por otra parte, ha mostrado poco respeto con el mercado de valores en su respuesta a un requerimiento del supervisor sobre sus reclamaciones: aunque formalmente la compa?¨ªa contest¨® a la petici¨®n de explicaciones, obvi¨® mencionar que los importes del consorcio liderado por ella, que se hab¨ªa apuntado como ingresos reales, estaban en realidad en el aire. La empresa afirmaba tambi¨¦n que las obras se estaban desarrollando dentro del plazo, cuando es notorio que acumulan un retraso reconocido por el propio consorcio.

El fiasco del proyecto en curso del canal es, en todo caso, una mala noticia en un momento en que los grupos de construcci¨®n buscan refugio en el exterior ante la ca¨ªda de la obra p¨²blica en Espa?a.