Marihuana legal
Colorado permite la droga blanda mientras Espa?a apuesta por una mayor represi¨®n
Colorado es un peque?o Estado de apenas cinco millones de habitantes que puede marcar, sin embargo, un punto de inflexi¨®n en la pol¨ªtica represiva que Estados Unidos ha aplicado hist¨®ricamente al consumo de drogas. Es significativo que hayan sido Uruguay y Colorado, dos territorios de Am¨¦rica ¡ªun continente especialmente castigado por la criminalidad y la corrupci¨®n que genera el narcotr¨¢fico¡ª, los dos primeros del mundo cuyas autoridades admiten el cultivo, la comercializaci¨®n y consumo de marihuana, controlando, por tanto, el mercado de una sustancia que no es inocua. Uruguay lo hizo en diciembre. Colorado ha estrenado su ley el 1 de enero. Ambos se van a beneficiar de una nueva recaudaci¨®n v¨ªa impuestos y van a servir de laboratorio de esa nueva pol¨ªtica sobre las drogas que cuenta con una creciente permisividad social y sobre la que reflexionan la ONU, la Organizaci¨®n de Estados Americanos y algunos mandatarios pol¨ªticos.
En Europa existen las experiencias de Holanda, B¨¦lgica, Portugal y algunas capitales europeas. Estados Unidos, principal consumidor de estupefacientes, no se ha pronunciado en conjunto a favor de explorar otras alternativas que reduzcan la violencia asociada al tr¨¢fico ilegal y aumenten la seguridad de los consumidores, pero no se descarta que Alaska y Arizona sigan ahora los pasos de Colorado. Pronto se sumar¨¢ el Estado de Washington y el de Nueva York lo est¨¢ considerando. Son iniciativas pol¨ªticas que responden a una estrategia m¨¢s avanzada, que est¨¢ obligando al Gobierno federal a reconsiderar su posici¨®n.
Editoriales anteriores
Frente a tales corrientes, alentadas por el fracaso de las pol¨ªticas represivas, Espa?a se dispone a aumentar las multas y eliminar la posibilidad de acogerse a programas de desintoxicaci¨®n. Es un error que ciertos expertos vienen se?alando desde hace tiempo, por entender que una mayor severidad en la persecuci¨®n no reduce el consumo y que esa tolerancia cero oficial permite actuar a las mafias del narcotr¨¢fico, deteriorando las estructuras de un pa¨ªs democr¨¢tico.
Es imprescindible que los Gobiernos lancen paralelamente campa?as de concienciaci¨®n sobre los riesgos de la droga, con aproximaciones terap¨¦uticas al problema. Lo que no se debe hacer es cerrarse, sin m¨¢s, a las nuevas estrategias sociales.
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