Y tu pap¨¢ tambi¨¦n
Diego Luna quiere ser director de cine porque se considera mal actor. El protagonista de ¡®Y tu mam¨¢ tambi¨¦n¡¯ desaf¨ªa los t¨®picos
"En esta profesi¨®n se nota por qu¨¦ haces las cosas. Se nota cuando lo haces por dinero, cuando eres honesto y cuando no. Cuando haces las cosas por las razones correctas, las cosas salen¡±. Al mexicano que as¨ª se expresa en un apartamento de San Sebasti¨¢n una lluviosa ma?ana de oto?o las cosas, desde luego, le han salido. Se meti¨® a actor de telenovelas a los seis a?os y poco m¨¢s de una d¨¦cada despu¨¦s estaba en Hollywood a las ¨®rdenes de algunos de los cineastas m¨¢s c¨¦lebres de nuestro tiempo. Tambi¨¦n le salieron las cosas cuando, hace poco, not¨® que perd¨ªa el entusiasmo por la interpretaci¨®n y se fue pasando a la producci¨®n y, m¨¢s recientemente, a la direcci¨®n de dramas sociales. Lo que a lo mejor no se le notaba tanto era la raz¨®n por la que hizo todo eso: su progenitor. El mismo que se cuela en sus respuestas a dos de cada tres preguntas que le lanzamos durante la entrevista. Alejandro Luna es el nombre del padre.
En los rodajes siempre me dec¨ªan que dejase de preguntar y me centrase. Creo que soy muy mal actor y que me va a ir mejor como director"
¡°Me interesaba mucho qu¨¦ pasaba antes y despu¨¦s de un rodaje. Y eso es mi pap¨¢¡±, afirma Diego Luna, a¨²n due?o, a sus 34 a?os, de esa mirada inocente que se le vio en Y tu mam¨¢ tambi¨¦n, la pel¨ªcula que le dio fama a los 21. Pap¨¢, efectivamente, sabe mucho de lo que pasa antes y despu¨¦s de las ideas: Alejandro Luna es uno de los dise?adores esc¨¦nicos m¨¢s c¨¦lebres de M¨¦xico. ¡°Con ¨¦l presenciaba los proyectos desde que eran bocetos, dibujitos en una servilleta, ideas en una comida, y c¨®mo luego eso se iba materializando, ya fuera en una pel¨ªcula o en una ¨®pera. Siempre estuve muy interesado en ese proceso¡±, repasa el hijo.
En el nombre del padre
De un modo u otro, la figura paterna se ha convertido en determinante para el devenir de la carrera cinematogr¨¢fica de Luna. ¡°Empec¨¦ por mi pap¨¢. Por estar cerca de ¨¦l¡±, recuerda. Y arranc¨® muy pronto. Su madre, Fiona Alexander, muri¨® en un accidente de tr¨¢fico cuando ¨¦l ten¨ªa tres a?os y el chico decidi¨® que ¨¦l tambi¨¦n quer¨ªa vivir del espect¨¢culo.
Pasados los a?os y los estrenos, un nuevo elemento se a?adi¨® a la ecuaci¨®n familiar ¨Cy tambi¨¦n a la profesional, pues en su caso son dos universos indisociables¨C de Luna. Se trata de Jer¨®nimo, su primer hijo. Naci¨® en 2008, y parece que algo tiene que ver su llegada con el desinter¨¦s por la actuaci¨®n que desde hace un tiempo siente el mexicano. Lo explica por la v¨ªa simple: ¡°Creo que soy muy mal actor y me va a ir mejor como director¡±, resume. Su propia obra ampl¨ªa esa afirmaci¨®n: Abel, el debut tras la c¨¢mara que estren¨® en Cannes en 2010, por ejemplo, demuestra un ansia m¨¢s irrefrenable. Un deseo de explorar grandes temas que le inquietan ¨Csobre todo, la familia: el ep¨®nimo Abel es un ni?o que regresa a casa tras estar interno en un hospital psiqui¨¢trico para desempe?ar el papel de cabeza de familia¨C, o una necesidad de exorcizar sabr¨¢ Dios qu¨¦ demonios personales, o de vivir una vida sencillamente m¨¢s traquila e independiente. O, simplemente, que no quiere volver a rodajes como los que tuvo qur vivir durante la d¨¦cada pasada. Luna ha actuado para directores como Spielberg (La terminal), Gus van Sant (Mi nombre es Harvey Milk) o Alfonso Cuar¨®n (Y tu mam¨¢ tambi¨¦n), pero todos, recuerda ahora, acababan, tarde o temprano, dici¨¦ndole lo mismo: ¡°Conc¨¦ntrate en lo tuyo. No me est¨¦s preguntando qu¨¦ hago yo¡±.
Amigos para siempre
Si empezar en el cine le acercaba a su padre, seguir en ¨¦l le acerca a su mejor amigo, a ese ni?o que conoci¨® haciendo teatro por los escenarios del DF y con el que luego coincidi¨® en el rodaje de la telenovela El abuelo y yo, cuando Diego ten¨ªa seis a?os y ¨¦l siete. La familia de este le recordaba a Diego a la suya propia: el padre era director de cine y actor, y se llamaba Jos¨¦ ?ngel Garc¨ªa; la madre, actriz y modelo, se llamaba Patricia Bernal. El chico respond¨ªa al nombre de Gael. Desde entonces, no se han separado. Ahora trabajan juntos en Canana, productora con la cual sacan adelante proyectos comerciales ¨Cuna serie juvenil como Soy tu fan¨C para con lo facturado financiar cine m¨¢s personal y comprometido, como Post Mortem, una cinta sobre los ¨²ltimos d¨ªas de Allende, o Miss Bala, un thriller que explora los carteles de la droga en M¨¦xico.
La relaci¨®n personal y profesional entre Diego y Gael no es frecuente en Hollywood. Se conocen amistades, como la de Matt Damon y Ben Affleck, o la de Leonardo DiCaprio y Tobey MacGuire, pero nunca se traducen en una colaboraci¨®n tan continua y estrecha. ¡°Es muy rico poder compartir con un amigo tanto viaje, tantos cambios. Tanta locura, a veces. Me ayuda a encontrar momentos de paz y a sentirte acompa?ado y hasta a entenderme mejor¡±, razona. ¡°Es dif¨ªcil que te topes con alguien en la calle, le cuentes lo que te est¨¢ pasando y te entienda. Esta es, a veces, una vida rara¡±.
He tomado decisiones inteligentes y decisiones idiotas, pero 'Dirty Dancing 2' me sirvi¨® much¨ªsimo"
La rareza intr¨ªnseca de este mundo empez¨® a resultarle familiar a Diego Luna en 2001, cuando se estren¨® Y tu mam¨¢ tambi¨¦n. Era una cinta modesta, un capricho personal de Alfonso Cuar¨®n, el director que hab¨ªa triunfado filmado dramas victorianos (La princesita, Grandes esperanzas...) en Estados Unidos y quer¨ªa hacer algo m¨¢s ¨ªntimo y mexicano, algo sobre la madurez de dos amigos de toda la vida que se van de viaje a una playa que no existe para impresionar a una mujer mayor. La pel¨ªcula quiz¨¢ se recuerda hoy como la llave que abri¨® las puertas de Hollywood a una pl¨¦yade de directores como el propio Cuar¨®n, Guillermo del Toro o Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, quienes en los a?os posteriores cruzar¨ªan el R¨ªo Grande a bordo de obras como Hellboy o 21 gramos. Pero eso no le hace justicia al impacto que tuvo en su momento. Las cr¨ªticas arrolladoras. La nominaci¨®n del guion al Oscar. ¡°El cine tiene un gran poder de enloquecerte. Crea fantas¨ªas, ilusiones, pero con el teatro sucede lo contrario: te paras en un escenario y entiendes que lo que est¨¢s haciendo genera una respuesta. Lo vas labrando y construyendo poco a poco¡±, interviene Luna; ¡°Gael y yo nos conocimos haciendo teatro y eso te da un sentido de la familia, de ir lugar por lugar, cosechando cosas y sembrando otras¡±.
Bailando salsa?
Hollywood junt¨® a Luna con Spielberg y con Gus van Sant, pero tambi¨¦n le trajo Dirty dancing: Havana nights, la tard¨ªa y olvidada variaci¨®n del cl¨¢sico protagonizado en su d¨ªa por Patrick Swayze (la pel¨ªcula es una cosa u otra en funci¨®n del pa¨ªs en el que se encuentre uno: en Estados Unidos se vendi¨® como un remake; en Espa?a se titul¨® Dirty dancing 2: Noches de la Habana y se riz¨® el rizo). Cuando se estren¨® en 2004, Roger Ebert razon¨®: ¡°Diego Luna les sonar¨¢ de Y t¨² mam¨¢ tambi¨¦n. En esta cinta tiene el mismo encanto curioso y arrebatador. Aqu¨ª tienen una idea: alquilen Y tu mam¨¢ tambi¨¦n y ah¨®rrense esto¡±. La tentaci¨®n de preguntarle a Diego Luna por uno de los ejemplos m¨¢s descarados del lado imp¨ªamente comercial de Hollywood es demasisado grande: ¡°Uno toma decisiones inteligentes y uno toma decisiones idiotas¡±, se justifica. ¡°Nos pasa a todos y no le tengo miedo a los extremos. No tengo prejuicios. Cuando necesit¨¦ hacer televisi¨®n, viv¨ª muchos a?os de eso. Te enriquecen mucho los extremos, aunque sea para darte cuenta de que no quieres estar ah¨ª¡±, a?ade. Es posible que nunca nadie, en la historia de la humanidad, haya filosofado tanto al hablar de Dirty dancing: Havana nights. ¡°Esa pel¨ªcula me hizo conocer una parte de m¨ª que ten¨ªa que controlar y que me sirvi¨® much¨ªsimo: la que me llevaba a querer pertenecer a ese mundo. Uno es muchas contradicciones. Hay que aceptarlas¡±.
Ciudadano luna
Este a?o, Canana estrenar¨¢ Ch¨¢vez, una pel¨ªcula de reparto astron¨®mico (Michael Pe?a, Wes Bentley, America Ferrara, Rosario Dawson, John Malkovich) y guionista (Keir Pearson) de prestigio, sobre un mexicano que se erigi¨®, en los sesenta, en l¨ªder sindical estadounidense. Es el primer gran proyecto de Luna como director y, acaso, la muestra m¨¢s grande de la obsesi¨®n pol¨ªtica de la productora. ¡°?Sabe lo que pasa? Las pel¨ªculas ocupan mucho tiempo de tu vida¡±, explica. ¡°Vuelven como un bumer¨¢n: t¨² las haces y se van, pero un a?o despu¨¦s regresan y te suben a un viaje de promoci¨®n y luego se quedan ah¨ª y la gente te las recuerda toda la vida. Si no est¨¢ claro por qu¨¦ lo est¨¢s haciendo, si no es un tema que realmente te importe, acaba siendo agobiante hablar de ellas durante tres a?os sin parar. Hablar de algo que te vale madre es aburrido y por eso es inevitable buscar esa conexi¨®n¡±.
Ch¨¢vez ser¨¢ tambi¨¦n la oportunidad m¨¢s grande que tendr¨¢ este hombre de demostrar que ha madurado, que no es el chaval pajillero salido de un cl¨¢sico de culto de hace 13 a?os. Que tiene su propia visi¨®n del cine. ¡°Hay que festejar el punto de vista de una persona. Es inevitable que uno acabe hablando de lo de le preocupa. Que el cine termine siendo un espejo, un reflejo de tu realidad¡±. La suya, parece, acaba de empezar.
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