El poder y la desigualdad en Latinoam¨¦rica
Abandonar la pobreza puede suponer un sacrificio para las clases aventajadas de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo
En los pa¨ªses desarrollados los ricos est¨¢n cercanos al poder. En muchos pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo los ricos son el poder. Este peque?o matiz tiene grandes consecuencias para la eficiencia de la ayuda al desarrollo.
Carmen tiene contratada a Ana como asistente de hogar en su casa de Madrid. Ana le trabaja 5 veces por semana con un horario de 8 de la ma?ana a tres de la tarde. Carmen le paga por ello 420 euros al mes.
En Honduras, Eleonor bromea con su situaci¨®n: "Yo no tengo una casa, ?yo tengo una empresa!¡±. Aparte de la chica de la limpieza que viene 6 d¨ªas a la semana, trabaja para ella una ni?era que duerme en casa y un jardinero que le cuida el jard¨ªn una vez a la semana. En total paga a los tres empleados lo mismo que Carmen paga a Ana: 420 euros.
La ayuda al desarrollo busca esencialmente acabar con la pobreza. En este caso, la ayuda al desarrollo habr¨¢ triunfado cuando Do?a Eleonor ¡ªcomo la llaman sus empleados¡ª pague a cada uno de sus tres trabajadores de hogar un salario que se aproxime al que paga Carmen a Ana en Espa?a. Eso es dif¨ªcil que ocurra ya que ir¨ªa contra los intereses econ¨®micos de su marido, Don Rafael (he cambiado su nombre para este art¨ªculo), alto funcionario del Ministerio de Econom¨ªa de Honduras y empresario de ese pa¨ªs.
La cooperaci¨®n bilateral es aquella que efect¨²an los estados de los pa¨ªses desarrollados directamente con los estados beneficiarios (y no a trav¨¦s, por ejemplo, de organizaciones no gubernamentales). En 2013, la cooperaci¨®n bilateral de algunos pa¨ªses europeos representaba aproximadamente el 50% del importe destinado a la ayuda al desarrollo de los gobiernos de los pa¨ªses desarrollados. Una parte importante de la cooperaci¨®n bilateral se lleva a cabo a trav¨¦s del apoyo presupuestario, que es el dinero que los pa¨ªses ricos inyectan directamente a los presupuestos nacionales de los pa¨ªses en desarrollo. Para ello, estos pa¨ªses beneficiarios deben cumplir unos requisitos, pero gozan de un amplio margen de maniobra para usar los fondos con bastante libertad.
En Honduras, el quintil m¨¢s pobre capta en promedio menos de 4% de los ingresos totales del pa¨ªs
Don Rafael, el funcionario del Ministerio de Econom¨ªa de Honduras y empresario de ese pa¨ªs, ser¨¢ uno de los actores con mayor poder de decisi¨®n sobre c¨®mo usar los fondos para ayuda al desarrollo provenientes de los pa¨ªses donantes. ?Qu¨¦ supondr¨ªa para ¨¦l y su familia una mejor redistribuci¨®n de la riqueza en Honduras? ?Qu¨¦ consecuencias tendr¨ªa para su familia que la poblaci¨®n de su pa¨ªs fuera menos pobre? Don Rafael deber¨ªa renunciar a todo el servicio de hogar que tiene a su disposici¨®n: Entonces, ?qui¨¦n se iba a ocupar de la limpieza de su casa? ?Qui¨¦n cuidar¨ªa de su jard¨ªn? ?Qui¨¦n iba a atender a su familia? Y lo que es m¨¢s importante: ?C¨®mo iba a pagar Don Rafael los trabajadores para atender el resto de sus negocios?
La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo define el salario m¨ªnimo como ¡°la suma m¨ªnima que deber¨¢ pagarse al trabajador por el trabajo o servicios prestados, dentro de un lapso determinado, que est¨¢ garantizada por la ley y puede fijarse para cubrir las necesidades m¨ªnimas del trabajador y de su familia¡±. El salario m¨ªnimo en Espa?a (752,85 euros al mes en julio del 2013) es aproximadamente tres veces el de Honduras (7.419,16 lempiras: 261 euros). La canasta b¨¢sica en Honduras asciende a 8.000 lempiras (281 euros), mientras que en Espa?a, en 2012, una familia gastaba como promedio 566 euros al mes en la compra del supermercado.
Seg¨²n la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (CEPAL), en lo que respecta a la distribuci¨®n del ingreso, la elevada desigualdad sigue caracterizando a la regi¨®n latinoamericana. En Honduras, un pa¨ªs con un 70% de pobres, el quintil m¨¢s pobre (20% de los hogares con menores ingresos) capta en promedio menos de 4% de los ingresos totales del pa¨ªs (4% tambi¨¦n en Paraguay y Rep¨²blica Dominicana, 10% en Uruguay).
Durante d¨¦cadas, las familias hondure?as m¨¢s ricas se han repartido sus influencias entre la pol¨ªtica y la empresa (el 3% de la poblaci¨®n controla el 40% de la producci¨®n nacional). Estas familias, cinco aproximadamente, controlan el pa¨ªs sin compartir el poder. Todas las decisiones pasan por sus manos, y las relativas a la ayuda al desarrollo recibida de los pa¨ªses donantes no son ninguna excepci¨®n. El de Honduras es probablemente el ejemplo m¨¢s flagrante, pero la concentraci¨®n de riqueza y poder es una realidad presente en toda Am¨¦rica Latina.
Abandonar la pobreza puede ser duro para las clases aventajadas de los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo. La ayuda al desarrollo debe tambi¨¦n concienciar a los poderosos de los pa¨ªses pobres para reducir la desigualdad: Y es que no hay progreso real si no es un progreso igualitario.
Miguel Forcat Luque es agregado para asuntos de cooperaci¨®n de la Uni¨®n Europea. Las opiniones de este art¨ªculo no reflejan el punto de vista de esta instituci¨®n.
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