?Aires de esperanza?
¡°El fin de la crisis¡±, ¡°2014 ser¨¢ el a?o de la recuperaci¨®n¡±. Nos hemos acostumbrado a leer titulares como los anteriores en las ¨²ltimas semanas acompa?ados de datos macroecon¨®micos positivos despu¨¦s de meses e incluso a?os.
El paro registrado baj¨® en 2013, la prima de riesgo baja de los 200 puntos b¨¢sicos y marca m¨ªnimo desde diciembre de 2009, el Ibex sube y ya est¨¢ en m¨¢ximos de 2009. Quieren hacernos creer que la crisis ya pas¨®; que a partir de ahora viviremos mejor, no m¨¢s penurias econ¨®micas, no m¨¢s despidos.
Aunque es verdad, lo vemos en las estad¨ªsticas econ¨®micas, los datos est¨¢n empezando a ser positivos tras varios a?os de crisis; pero los espa?oles seguiremos en crisis durante muchos a?os m¨¢s con una tasa de paro que tardar¨¢ no s¨¦ cu¨¢ntos a?os, o m¨¢s bien d¨¦cadas, en volver a la que tuvimos en los a?os precrisis. Mientras tanto, a seguir sufriendo y a aprender de los errores que nos llevaron a esta situaci¨®n para que no vuelva a repetirse.¡ª Antonio Miguel Merino Campos. M¨¢laga.
Dice la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que Espa?a pr¨¢cticamente ha vuelto a la situaci¨®n ¡°anterior a la crisis¡± econ¨®mica. Se ve que desde su elevado observatorio y su digno salario los n¨²meros, ecuaciones y gr¨¢ficas de Espa?a le ocultan todo lo dem¨¢s, o sea, a los ciudadanos que vivimos aqu¨ª.
Puestos a simplificar, le dir¨ªa a la se?ora Lagarde que ponga un poco de atenci¨®n en los j¨®venes espa?oles, en el futuro m¨¢s pr¨®ximo. Primero, se les ofrece una educaci¨®n basada en la sumisi¨®n y la resignaci¨®n. Como premio, algunos alcanzar¨¢n trabajos precarios enmarcados en minisueldos y maxijornadas que, por fortuna, no ser¨¢n estables. Otros, los m¨¢s preparados, podr¨¢n optar por un exilio m¨¢s o menos forzoso. Finalmente, es previsible que casi todos obtengan una pensi¨®n de miseria al llegar a la jubilaci¨®n debido a la escasez e irregularidad de sus cotizaciones. El panorama es desolador, a pesar del maravilloso aspecto de la prima de riesgo. En Espa?a los ciudadanos no estamos ¡°pr¨¢cticamente¡± como antes.
Los Estados no tienen raz¨®n de ser sin sus ciudadanos y la situaci¨®n de estos se mide con cifras distintas de las que la se?ora Lagarde maneja. El FMI, como otros organismos similares, elude siempre al ciudadano y favorece a los grandes conglomerados pol¨ªticos y financieros del planeta. Teniendo en cuenta los miles de millones que nos cuestan y que ¡ªaparentemente¡ª no son capaces de aportar un m¨ªnimo de humanidad en sus intervenciones, cabr¨ªa proponer en su seno alg¨²n recorte, perd¨®n reforma.¡ª Elena Anad¨®n Santaf¨¦. Zaragoza.
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