?galit¨¦

Yo, mujer y futura periodista, me encuentro sobrecogida con el culebr¨®n Hollande, por dos motivos. En primer lugar, me fascina que el jefe del Estado sea acosado por un grupo de paparazzi, que llegan a violar la intimidad de un domicilio para pescar al hombre ¡ªno al presidente¡ª en una supuesta infidelidad. Y me fascina todav¨ªa m¨¢s que esta noticia supere, a nivel de cobertura y repercusi¨®n, otras cuestiones, como el hecho de que el Gobierno socialista parece haberse propuesto expulsar a los gitanos de la Galia; y con ello y algunas recetas neoliberales, apu?alar definitivamente su proyecto social, con el que gan¨® unas elecciones.

Hollande quiz¨¢ sea infiel a su pareja, o no, pero tanto da. Porque es infiel a su programa. Eso es lo grave.

Pero es que adem¨¢s, como mujer, no puedo entender por qu¨¦ el ministerio de Cultura franc¨¦s ha decidido sacar el nombre de Julie Gayet de la lista de candidatos a formar parte del jurado electoral de la prestigiosa academia Villa M¨¨dicis, alegando una ¡°especial situaci¨®n¡±. Porque, hasta donde yo s¨¦, ning¨²n miembro del Ejecutivo le ha dicho a Hollande, p¨²blicamente, que no puede ser presidente de Francia.¡ª Isabel Villar.