Todas esas cosas de las que nunca hablamos
Lo cierto es que el sexo sigue siendo un enorme tab¨², aunque parezca que hay superabundancia
La hija de 17 a?os de una amiga m¨ªa me confes¨®, despu¨¦s de dar mil vueltas y muerta de verg¨¹enza, un problema que la estaba torturando: hab¨ªa intentado hacer el amor dos veces con su novio, pero no lo hab¨ªa conseguido porque le dol¨ªa demasiado y se pon¨ªa nerviosa. Como es natural, la segunda vez fue a¨²n peor que la primera, porque a la dificultad f¨ªsica se a?adi¨® la angustia creciente y el temor al fracaso. A su alrededor, las dem¨¢s chicas de su edad parec¨ªan tener relaciones sin ning¨²n problema, y adem¨¢s, seg¨²n muestran las pel¨ªculas y los programas de la tele, se dir¨ªa que lo normal es que el sexo sea una t¨®rrida actividad sumamente f¨¢cil de practicar y que todo el mundo se lo pase de f¨¢bula. O sea que la hija de mi amiga se sent¨ªa una friki, un bicho raro, una verdadera anomal¨ªa, y empezaba a pensar que quiz¨¢ ella nunca ser¨ªa capaz de hacer el amor en toda su vida. No se hab¨ªa atrevido a dec¨ªrselo a nadie; ni a sus amigas ni desde luego a su madre, y si al final habl¨® conmigo quiz¨¢ sea porque tambi¨¦n considera que soy una friki a mi manera (y a mucha honra).
El problema de la hija de mi amiga, que desde luego era enorme en su cabeza y que la estaba torturando, me hizo pensar en las muchas cosas que jam¨¢s confesamos, que jam¨¢s preguntamos, que nunca decimos; en todos esos secretos ¨ªntimos que en realidad pueden ser nimiedades o tener un arreglo f¨¢cil, pero que, sepultados bajo la pesada losa del silencio social, terminan convirti¨¦ndose en verdaderas tragedias personales. Todo lo que tiene que ver con el sexo, con la zona genital y con lo anal parece estar maldito. Los m¨¦dicos saben que los ¡°tumores vergonzosos¡±, aquellos que aparecen en zonas ¨ªntimas de las que no se habla, suelen tener un diagn¨®stico m¨¢s tard¨ªo porque la gente se resiste a ir al especialista, a mencionarlos y a mostrarlos.
Un ejemplo clar¨ªsimo de esas realidades absolutamente generales que caen bajo la l¨ªnea de lo indecible fue durante muchos a?os la menopausia. Nadie mencionaba jam¨¢s la menopausia, salvo para denigrar a una mujer defini¨¦ndola como temperamentalmente poco fiable: ¡°?Est¨¢ menop¨¢usica!¡±. En la generaci¨®n de mi madre, las mujeres no ten¨ªan nada claro lo que les pod¨ªa esperar y se enfrentaban a ello en silencio y como pod¨ªan; recuerdo a mis t¨ªas abanic¨¢ndose furiosamente contra los collares de falsas perlas. Sin embargo, luego con la menopausia pas¨® algo muy curioso, y es que el tema fue tomado al asalto por los laboratorios farmac¨¦uticos, y a partir de entonces se habl¨® abundantemente (y en ocasiones exageradamente) de los s¨ªntomas, los sofocos, los calambres, la p¨¦rdida de concentraci¨®n, las alteraciones en el sue?o y dem¨¢s. Y, aun as¨ª, el asunto dista de estar normalizado (por ejemplo, se mencionan muy poco detalles tan habituales como la sequedad vaginal).
Volviendo al sexo, lo cierto es que sigue siendo un enorme tab¨², aunque parezca que vivimos en una sociedad en la que hay una superabundancia de sexo expl¨ªcito por todas partes. O quiz¨¢ el problema sea justamente eso: que parece que todo est¨¢ dicho y que lo sabemos todo sobre el sexo, cuando en realidad no se sabe ni se dice nada. De entrada, por ejemplo, hay muy pocas parejas estables que confiesen, ni a sus amigos m¨¢s cercanos, con qu¨¦ frecuencia hacen el amor. De hecho, a muchos les preocupa si su frecuencia ser¨¢ ¡°la normal¡±, o si ser¨¢ menor, o si ser¨¢ una birria. Y, sin embargo, se trata de un tema importante en la vida, ?no es as¨ª? Algo que, si no te sintieras inseguro sobre la brillantez de tu desempe?o, probablemente compartir¨ªas con tus m¨¢s ¨ªntimos.
La hija de mi amiga se sent¨ªa rara, torpe, mal hecha. Se sent¨ªa hasta culpable por no ser una de esas chicas neum¨¢ticas y maravillosamente sexuales que vemos en las pe?l¨ªcu?las. No sab¨ªa que perder la virginidad suele ser un tr¨¢mite bastante engorroso y que, por lo general, duele bastante. Cuesta relajarse, dejar hablar al cuerpo, aprender a volar en el deseo, apagar la cabeza para encender la piel y el sentimiento. La virginidad, en fin, es un fastidio. Por eso es conveniente escoger de pareja a alguien a quien verdaderamente quieras y echarle mucha emoci¨®n, mucha complicidad y mucho amor para convertir esa primera vez en algo bello. Se lo dije a la hija de mi amiga: eres normal; conc¨¦ntrate en disfrutar y ten paciencia. S¨®lo el hecho de saber que las cosas eran as¨ª y que ella no era un monstruo ayud¨® mucho. S¨¦ que ya ha resuelto su problema. Espero que sea capaz de comentarlo con sus amigas.
@BrunaHusky,?www.facebook.com/escritorarosamontero, www.rosa-montero.com
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