Cines con memoria hist¨®rica
El cine en Francia disfruta de buena salud con 193 millones de entradas vendidas Con la reciente bajada del IVA sobre las entradas del 7% al 5% prev¨¦n que aumenten las ventas El sector hizo un frente com¨²n ante el Ministerio de Cultura cuando ¨¦ste os¨® proponer una subida
El cine en Francia disfruta de buena salud pese al disgusto del sector galo por el descenso en la venta de entradas en 2013: 193 millones, un 5% menos que el a?o anterior pero a¨²n as¨ª el doble de espectadores que en Espa?a. Adem¨¢s, se prev¨¦ que ayude a la recuperaci¨®n la bajada del IVA sobre las entradas del 7% al 5%, conseguida gracias al frente com¨²n que el sector present¨® el pasado a?o ante el Ministerio de Cultura cuando ¨¦ste os¨® proponer un aumento del gravamen. Este proteccionismo que al resto de Europa dej¨® boquiabierto, sobre todo a la doliente Espa?a del 21%, en Francia fue recibido con naturalidad por la firme y generalizada creencia de que la cultura se debe cuidar y de que los cines forman parte de la historia tanto como los museos, los teatros o los ch?teaux.
Un paseo por Par¨ªs es la mejor manera de confirmar esta filosof¨ªa y en la ciudad de la luz resulta dif¨ªcil no toparse con alguna sala oscura donde se sent¨® Luis Bu?uel, o que inspir¨® a Man Ray, que frecuentaron Fran?ois Truffaut y Jacques Tati, o que decor¨® el mism¨ªsimo Jean Cocteau. Son rincones que escribieron la historia de la segunda cinematograf¨ªa del mundo, que impregnan de su allure el imaginario de cin¨¦filos de todo el planeta y demuestran que en el pa¨ªs vecino el s¨¦ptimo arte todav¨ªa es un bien muy preciado.
Le Grand Rex
¡°En Francia el cine forma parte de la cultura y los pol¨ªticos no tocan nunca la cultura porque es una pieza clave de la esencia de nuestro pa¨ªs¡±, explica Alexander Hellman, director de Le Grand Rex (1, boulevard Poissonni¨¨re), una de las salas de cine m¨¢s ic¨®nicas de Par¨ªs, inaugurada en 1930 por Gary Cooper y por el que han pisado alfombra roja las m¨¢s grandes estrellas del celuloide, desde Elisabeth Taylor a Brigitte Bardot. Le Rex cuenta adem¨¢s con la pantalla m¨¢s grande de Francia dentro de un monumental edificio Art d¨¦co que desde sus inicios se pens¨® para cine de palomitas. Hoy su due?o cuenta que sobrevive gracias a la diversificaci¨®n de su oferta y, adem¨¢s de pel¨ªculas, acoge conciertos y espect¨¢culos. ¡°A nuestro sector no le ha afectado la crisis econ¨®mica. Lo que ocurre es que ahora las pel¨ªculas son peores. Cuando son buenas, la gente viene al cine¡±, sentencia Hellman.
Studio 28
Algo parecido opina Allan Roulleau, propietario del m¨¢s ¨ªntimo Studio 28 (10 Rue Tholoz¨¦), en el coraz¨®n de Montmartre. ¡°Los espectadores seleccionan m¨¢s duramente las pel¨ªculas pero no hay que olvidar que nosotros tenemos el CNC (Centre National du Cin¨¦ma) que est¨¢ muy presente y protege la cultura cinematogr¨¢fica francesa. En Europa el cine franc¨¦s es el ¨²nico que se defiende frente al americano¡±. Desde 1928, el arco con ne¨®n blanco y naranja de la fachada de Studio 28 forma parte de la historia del cine, y no s¨®lo el franc¨¦s.
Aqu¨ª estren¨® Luis Bu?uel Un perro andaluz y despu¨¦s, en 1930, La Edad de Oro. Tras seis d¨ªas de lleno total, varios miembros de grupos ultraconservadores destrozaron la sala y la pel¨ªcula se prohibi¨® en Francia durante 50 a?os. M¨¢s tarde, en los cincuenta, Jean Cocteau apadrin¨® este cine y se ocup¨® de su decoraci¨®n, que a¨²n permanece intacta. ¡°Lo que ofrecemos aqu¨ª es el placer de ver pel¨ªculas, el calor y la cercan¨ªa de un cine de barrio. Adem¨¢s, creo que conozco a mi clientela y programo las sesiones en funci¨®n de sus gustos¡±. Incluso Am¨¦lie Poulain, reina de Montmartre, qued¨® cautivada por este escondite en la exitosa pel¨ªcula de 2001.
A Roulleau, que recibi¨® esta sala en herencia de su padre y su t¨ªo, due?os del local desde 1948, le gusta decir que mientras en los multicines se engulle la pel¨ªcula, a Studio 28 se va a degustar. Evocaci¨®n que puede tambi¨¦n hacer referencia a su recomendable caf¨¦ con terraza, el lugar perfecto para alargar la visita a este cine de pel¨ªcula.
Cin¨¦ma des Cin¨¦astes
Los bistr¨®s de estas m¨¢quinas de suelos que salpican las calles de Par¨ªs se pensaron desde sus inicios como complemento al patio de butacas. En ellos, cineastas de todas las ¨¦pocas protagonizaron encendidas tertulias sobre los estrenos y el devenir del s¨¦ptimo arte. Uno de los m¨¢s visitados en la actualidad es el bistr¨® del Cin¨¦ma des Cin¨¦astes (7 Avenue de Clichy). Este cine, que gestiona la Arp (Sociedad Autores, Realizadores y Productores), se ubica donde lo hac¨ªa a finales del siglo XIX el cabaret P¨¨re Lathuille, lugar habitual de reuni¨®n de los artistas de Montmartre, en especial Edouard Manet. Hoy, esta sala programa cine de autor de todos los rincones del planeta y, como an¨¦cdota, decir que en su caf¨¦ se conocieron Fran?ois Hollande y su supuesta amante, la actriz Julie Gayet, durante la campa?a presidencial.
La Pagode
Hacia el sur, cruzando el Sena, muy cerca de Les Invalides, se encuentra otro cine con leyendas de vodevil. Se trata de La Pagode (57 Bis Rue de Babylone), que, como su nombre indica, es una pagoda japonesa aut¨¦ntica. Cuenta la historia que en 1896 Fran?ois-Emile Molin, due?o de los almacenes Bon March¨¦, la desmont¨® y la trajo al coraz¨®n de Par¨ªs para regal¨¢rsela a su se?ora por su cumplea?os, jard¨ªn ex¨®tico incluido. Dicen que luego ella se escap¨® con su amante a Am¨¦rica pero antes organiz¨® all¨ª las mejores fiestas niponas que se recuerdan en Par¨ªs. Morin la vendi¨® y en 1931 se convirti¨® en cine. Su cierre en 1997 despert¨® la tan francesa conciencia colectiva y la asociaci¨®n Salvemos La Pagode consigui¨® su reapertura en 2000. Hoy posee el estatus de monumento hist¨®rico.
Louxor
Otro edificio considerado joya cultural es el del Louxor (170 Boulevard de Magenta), que reabri¨® sus puertas en 2013, tambi¨¦n gracias a la insistencia de tres asociaciones vecinales que lucharon para que el Ayuntamiento de Par¨ªs lo comprara y recuperara su esplendor perdido. Hoy, el Louxor, construido en 1921 en el estilo neoegipcio tan de moda en la ¨¦poca, acoge los estrenos de la semana, un cineclub y tambi¨¦n las proyecciones organizadas por la Universit¨¦ Populaire y comentadas por personalidades destacadas de la cultura o de la pol¨ªtica. Hace poco se pudo ver por all¨ª al ex presidente de la rep¨²blica Lionel Jospin hablando de su filme favorito, El hombre tranquilo, de John Ford.
Mac Mahon
Un t¨ªtulo, por cierto, que estren¨® el Mac Mahon (5 Avenue Mac-Mahon), situado cerca del Arco del Triunfo y especializado en el cine norteamericano desde la liberaci¨®n de Par¨ªs y tras los oscuros a?os de censura nazi. Aquellos pases influenciaron en los 50 a los j¨®venes cin¨¦filos que fundaron Cahiers du Cin¨¦ma y es tambi¨¦n el lugar al que llega huyendo de la polic¨ªa Jean Seberg en Al Final de la Escapada, el primer filme de Jean-Luc Godard de 1959.
Cin¨¦ma du Panth¨¦on
La lista de cines con secreto es en Par¨ªs infinita. El Cin¨¦ma du Panth¨¦on (13 Rue Victor Cousin), en el Barrio Latino, inaugurada en 1907, es una de las salas m¨¢s antiguas de la ciudad y cont¨® con clientes fieles como Jean-Paul Sartre, que en su autobiograf¨ªa recuerda su primera experiencia cinematogr¨¢fica all¨ª, a los siete a?os. Tambi¨¦n se reun¨ªan entre sus muros los representantes de la Nouvelle Vague con Fran?ois Truffaut a la cabeza.
Hoy lo gestiona la empresa Why Not Productions, especializada en cine de autor, y la decoraci¨®n de su acogedor caf¨¦ corri¨® a cargo de Catherine Deneuve. Compite en el mismo distrito postal con el Studio des Ursulines (10 Rue des Ursulines,), centro de operaciones de los surrealistas. Max Linder (24 boulevard Poissoni¨¨re), le Brady (39 Boulevard de Strasbourg), Le Champo (51 Rue des ?coles )¡ y un sin fin de lugares emblem¨¢ticos del s¨¦ptimo arte que Francia defiende como se?a de identidad y donde, como se?alaba el maestro Fellini, las pel¨ªculas, como el buen vino, te dejan un sabor a gloria.
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