La ciudad sin conductores
El coche aut¨®nomo borrar¨¢ la distinci¨®n entre transporte p¨²blico y privado
?La semana pasada, en la Feria de Electr¨®nica de Consumo (CES) de Las Vegas, la rueda de la fortuna de la innovaci¨®n se detuvo en algo bastante antiguo e inesperado: el autom¨®vil. En las ¨²ltimas d¨¦cadas, los autom¨®viles han experimentado una transformaci¨®n gradual: los sistemas mec¨¢nicos que pudo haber imaginado Henry Ford se han convertido en computadoras sobre ruedas. Y esa transformaci¨®n trae consigo una nueva ola de avances digitales. Pero, sobre todo, la conducci¨®n aut¨®noma.
Los primeros autom¨®viles aut¨®nomos (autoconducidos o sin conductor) fueron fabricados a finales del siglo XX. Pero las mejoras en su sofisticaci¨®n y las reducciones de costes ¡ªreflejadas, por ejemplo en sistemas LIDAR baratos, que pueden ver una calle en 3D de manera similar al ojo humano¡ª hacen que los coches sin conductor est¨¦n ahora m¨¢s cerca del mercado. Muchos fabricantes est¨¢n trabajando para integrar esos sistemas en sus flotas y esperan comenzar a vender ya en 2016 autom¨®viles de alta gama con diversos niveles de autonom¨ªa. Seg¨²n un informe reci¨¦n publicado por IHS, es posible que ¡°en alg¨²n momento despu¨¦s de 2050¡± casi todos los veh¨ªculos sean aut¨®nomos.
Pero ?cu¨¢l es la ventaja de los veh¨ªculos aut¨®nomos? ?Ofrecen beneficios significativos m¨¢s all¨¢ de la comodidad de mantener las manos fuera del volante y poder leer un libro, dormir una siesta o enviar mensajes de texto sin remordimiento? Durante la feria de Las Vegas, los periodistas estaban enfrascados en tomar fotos a los veh¨ªculos sin conductor que pasaban zumbando por las calles de Las Vegas. Pero, de haber girado sus c¨¢maras, hubieran captado algo mucho m¨¢s interesante: el escenario en que tendr¨¢ lugar el espect¨¢culo de la autoconducci¨®n, la propia calle.
Los veh¨ªculos autoconducidos prometen causar un impacto profundo sobre la vida urbana, porque borrar¨¢n la distinci¨®n entre los medios p¨²blicos y privados de transporte. ¡°Su¡± autom¨®vil puede llevarlo al trabajo por la ma?ana y despu¨¦s, en lugar de quedarse parado en un estacionamiento, llevar a alguien m¨¢s de la familia (o, de hecho, a cualquier otra persona de su vecindario, su comunidad de medios sociales, o su ciudad).
Imaginen un mundo sin sem¨¢foros, donde los flujos de vehculos se cruzan y evitan colisiones m¨¢gicamente
Un escrito reciente del equipo SMART sobre Movilidad Futura del Instituto de Tecnolog¨ªa de Massachusetts muestra que la demanda de movilidad en una ciudad como Singapur ¡ªque posiblemente tendr¨¢ la primera flota accesible al p¨²blico de autom¨®viles autoconducidos¡ª podr¨ªa cubrirse con el 30% de los veh¨ªculos existentes hoy en ella. M¨¢s a¨²n, otros investigadores del mismo grupo sugieren que este n¨²mero podr¨ªa reducirse en un 40% adicional si los pasajeros que viajan por rutas similares en el mismo horario est¨¢n dispuestos a compartir un veh¨ªculo, una estimaci¨®n apoyada por un an¨¢lisis de las redes para compartir taxis de la ciudad de Nueva York. Esto implica una ciudad en la que todos pueden viajar cuando lo desean con tan solo la quinta parte del n¨²mero de autom¨®viles que se usan hoy.
Una disminuci¨®n tal en la cantidad de autom¨®viles reducir¨ªa sustancialmente el coste de nuestras infraestructuras de transporte y de la energ¨ªa incorporada para construirlas y mantenerlas. Una cantidad menor de autom¨®viles tambi¨¦n implicar¨ªa menos congesti¨®n y un impacto ambiental m¨¢s reducido.
La aplicaci¨®n de sistemas de transporte m¨¢s inteligentes promete beneficios similares. La planificaci¨®n con datos en tiempo real y las rutas inteligentes ya son una realidad. Los veh¨ªculos aut¨®nomos del ma?ana dar¨¢n lugar a otra ola de innovaci¨®n, desde la optimizaci¨®n de la capacidad de los caminos hasta la gesti¨®n de intersecciones. Imaginen un mundo sin sem¨¢foros, donde los flujos de veh¨ªculos se cruzan y evitan colisiones m¨¢gicamente.
Pero, si bien los desaf¨ªos para la movilidad mundial se solucionar¨¢n cada vez m¨¢s con silicio en vez de asfalto, fomentar la adopci¨®n de esas soluciones a gran escala requiere garantizar que nuestras calles sean tan seguras como hoy, o m¨¢s a¨²n. Eso significa que debemos introducir varias redundancias para garantizar que si un componente falla, otro lo reemplazar¨¢ con rapidez y eficacia.
Los accidentes de tr¨¢fico, aunque menos frecuentes, seguir¨¢n produci¨¦ndose; de hecho, pueden ser uno de los principales impedimentos a la aplicaci¨®n de sistemas aut¨®nomos. Porque tal aplicaci¨®n requerir¨ªa una reestructuraci¨®n tan profunda de los seguros y las responsabilidades judiciales que podr¨ªa dar trabajo a ej¨¦rcitos de abogados en los pr¨®ximos a?os.
Finalmente, hay que afrontar la cuesti¨®n de la seguridad digital. Todos estamos familiarizados con los virus que afectan nuestras computadoras. Pero ?qu¨¦ ocurrir¨ªa si el mismo virus afecta nuestro autom¨®vil?
Todas estas cuestiones son urgentes, pero ninguna de ellas es infranqueable. Se resolver¨¢n en los pr¨®ximos a?os a medida que la autonom¨ªa redefina la movilidad y d¨¦ lugar a la nueva generaci¨®n de innovaciones en el mercado del transporte. En ese momento, el dinero inteligente podr¨¢ ayudar a algo a¨²n m¨¢s antiguo e importante que los autom¨®viles: las ciudades.
Carlo Ratti es profesor investigador en el MIT, donde dirige el Senseable City Laboratory (Laboratorio de Ciudades Sensibles). Matthew Claudel es investigador en el Senseable City Laboratory. Traducci¨®n al espa?ol por Leopoldo Gurman
? Project Syndicate, 2014
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