Impedir las injusticias
Los m¨¢s vulnerables ¡ªni?os, mujeres y personas mayores¡ª necesitan m¨¢s apoyo
Cuando la crisis va camino de su sexto a?o en Espa?a, la desigualdad comienza a ser una preocupaci¨®n relevante en muchos an¨¢lisis. Todos coinciden en que las diferencias entre ricos y pobres han aumentado. Adem¨¢s, el porcentaje de personas que se encuentran en la pobreza y con problemas de acceso a bienes de primera necesidad tambi¨¦n se ha incrementado (por ejemplo, la pobreza energ¨¦tica). Pero no solo eso, la clase media se ha empobrecido notablemente: han visto c¨®mo sus sueldos se reduc¨ªan mientras que los impuestos aumentaban. Sobre la movilidad social y la igualdad de oportunidades sabemos menos, pero es muy probable que se hayan reducido.
No obstante, la radiograf¨ªa de la desigualdad en Espa?a exige de un an¨¢lisis mucho m¨¢s profundo. Existen tres colectivos que son el origen de toda diferencia social: ni?os, personas mayores y mujeres. Si en condiciones normales ya sufren dificultades, la actual crisis y muchas de las decisiones del Gobierno les han condenado a un futuro mucho peor. ?Qu¨¦ ha sucedido?
Comencemos con los ni?os. En Espa?a hay m¨¢s de 390.000 alumnos que tienen necesidades educativas especiales, ya sea por discapacidad, por una incorporaci¨®n tard¨ªa al sistema o por sufrir alg¨²n tipo de desventaja. Estos ni?os son los que reciben la Educaci¨®n Especial y Compensatoria. En el ¨²ltimo a?o, los programas para alumnos con necesidades especiales han desaparecido y la educaci¨®n compensatoria ha visto reducido su presupuesto un 68,5%.
Estos recortes van a tener consecuencias enormes. Es muy probable que muchos de estos ni?os, cuando sean adultos, se conviertan en receptores de alg¨²n tipo de subsidio por parte del Estado a lo largo de su vida. Su integraci¨®n en el mercado laboral va a ser muy complicada y necesitar¨¢n de la solidaridad de todos para no caer en la marginalidad.
Hay que reformar en profundidad el sistema fiscal y el Estado de bienestar
El segundo de los colectivos que deber¨ªa preocuparnos son aquellos que est¨¢n a las puertas de la jubilaci¨®n pero no tienen trabajo. En Espa?a, en estos momentos, hay m¨¢s de 571.000 personas mayores de 55 a?os en el paro, el 20% de los activos en ese tramo de edad. Muchos de ellos van a tener muy dif¨ªcil volver a encontrar un empleo. De nuevo, las decisiones del Gobierno del PP han perjudicado a este grupo social. A partir de ahora, solo podr¨¢n cobrar el subsidio de desempleo hasta los 61 a?os, abri¨¦ndoles luego la puerta a la jubilaci¨®n anticipada. Esto significar¨¢ que muchos de ellos acabar¨¢n cobrando la pensi¨®n m¨ªnima.
El tercero de los grupos vulnerables son las mujeres. Es cierto que su nivel de ocupaci¨®n no ha bajado tanto como el de los hombres. Entre 2008 y 2013, m¨¢s de 2.800.000 hombres han perdido su empleo, mientras que entre las mujeres esta cifra se reduce a 832.000. Adem¨¢s, mientras que antes de la crisis hab¨ªa m¨¢s mujeres que hombres en paro, en estos momentos la situaci¨®n es la inversa. No obstante, la precariedad laboral afecta mucho m¨¢s a mujeres que a hombres: ellas siguen teniendo m¨¢s contratos a tiempo parcial y su tasa de temporalidad contin¨²a siendo mayor.
Dado el futuro que vislumbramos a estos grupos sociales, es de esperar que el Estado de bienestar les va a tener que prestar una especial atenci¨®n. Pero, ?qui¨¦n sostiene ese Estado de bienestar?
Seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, son las rentas del trabajo las que m¨¢s aportan a la financiaci¨®n del Estado. El IRPF y los impuestos indirectos suman el 86,3% de la recaudaci¨®n fiscal, mientras que las rentas del capital no llegan a aportar el 10%. Por tanto, son las rentas del trabajo, y especialmente las clases medias, las que sostienen nuestro gasto p¨²blico. Unas clases medias que han visto menguada parte de su renta.
Habr¨¢ que mejorar los instrumentos redistributivos de nuestro pa¨ªs
Uno de los retos m¨¢s inmediatos es generar una mejor distribuci¨®n de los recursos, corrigiendo el aumento de las desigualdades durante estos ¨²ltimos a?os y siendo conscientes de que los colectivos m¨¢s vulnerables se encuentran mucho peor que al comienzo de la crisis.
La primera de las soluciones pasa por una reforma en profundidad de nuestro sistema fiscal. De hecho, nuestro IRPF es de los menos redistributivos de los pa¨ªses desarrollados. Esto se debe, principalmente, a la enorme desigualdad horizontal: personas de la misma renta pagan impuestos totalmente distintos en funci¨®n de sus deducciones y reducciones. Adem¨¢s, la principal fuente de desigualdad de una sociedad, la riqueza, no paga casi impuestos. Junto a ello, tambi¨¦n es necesario que las rentas del capital aumenten su aportaci¨®n al sostenimiento de las cuentas p¨²blicas.
El segundo conjunto de propuestas ir¨ªa dirigido a reformar nuestro Estado de bienestar. En primer lugar, los estudios m¨¢s recientes demuestran que las pol¨ªticas sociales universales son muy redistributivas en sociedades con ¨ªndices de desigualdad bajos (pa¨ªses n¨®rdicos, Austria o Hungr¨ªa). En cambio, en los pa¨ªses del sur de Europa, donde hay una gran desigualdad, las pol¨ªticas focalizadas en los colectivos m¨¢s vulnerables han mostrado una mayor capacidad de redistribuci¨®n. Se tratar¨ªa, por tanto, de hacer un mayor ¨¦nfasis en pol¨ªticas focalizadas en grupos muy concretos.
En segundo lugar, tambi¨¦n sabemos que no todo el gasto p¨²blico tiene la misma capacidad redistributiva. Por ejemplo, en sanidad, el gasto farmac¨¦utico y la atenci¨®n primaria beneficia mucho m¨¢s a las clases m¨¢s bajas que el resto de servicios sanitarios. Si vamos a la educaci¨®n, son las etapas de infantil, primaria y secundaria de los centros p¨²blicos los que generan m¨¢s igualdad (Fundaci¨®n Alternativas, Primer informe sobre la desigualdad en Espa?a). El objetivo es concentrar el esfuerzo presupuestario en las partidas m¨¢s redistributivas.
En definitiva, la crisis y las decisiones del Gobierno se han cebado con los colectivos m¨¢s vulnerables de nuestra sociedad, conden¨¢ndoles a un futuro muy incierto. Ello obliga a mejorar los instrumentos redistributivos de nuestro pa¨ªs, porque, como dec¨ªa Willy Brandt, ¡°permitir una injusticia significa abrir el camino a todas las que siguen¡±.
Ignacio Urquizu es profesor de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid y colaborador de la Fundaci¨®n Alternativas. Ha publicado recientemente La crisis de la socialdemocracia: ?Qu¨¦ crisis? (Catarata).
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