Los 16.000 millones que no aparecen
Los n¨²meros que usa el independentismo ni siquiera se reflejan en los estudios de CiU
Nuestro art¨ªculo ?D¨®nde est¨¢n los 16.000 millones? (EL PA?S, 20 de enero) ha recibido muchas preguntas y comentarios. Aunque nadie lo ha replicado desde las p¨¢ginas de este peri¨®dico, agradecemos la oportunidad de contestarlos.
Se ha dicho que copiamos un informe de FAES, pero solo utilizamos datos de la Generalitat y del estudio Viabilidad de Catalu?a como Estado, de la Fundaci¨® CatDem, vinculada a CiU.
Muchas reacciones confirman que la reclamaci¨®n de independencia est¨¢ en buena parte basada en el convencimiento de que Catalu?a dispondr¨ªa ¡°de forma inmutable¡± (Artur Mas dixit ) de 16.000 millones anuales adicionales ¡°contantes y sonantes¡±. En nuestro art¨ªculo explic¨¢bamos por qu¨¦ no es as¨ª y consideramos que ninguna de las cr¨ªticas recibidas invalida nuestra tesis.
No negamos, como se nos acusa, la existencia de un d¨¦ficit fiscal de Catalu?a con el Estado. Es l¨®gico que Catalu?a aporte a la Hacienda central m¨¢s recursos que servicios recibe, porque la renta per capita catalana es superior a la espa?ola y nuestro sistema fiscal es progresivo. Lo importante es el m¨¦todo para calcularlo, el significado del resultado y su variaci¨®n en el tiempo influenciado por el ciclo econ¨®mico. Por eso dec¨ªamos que un solo a?o no es suficiente para conocer las relaciones fiscales interterritoriales. Utilizamos las cifras de 2009 ya que son las m¨¢s recientes del estudio de CatDem y cuando se produjeron las declaraciones pol¨ªticas que reprodujimos.
Regular las telecomunicaciones no solo beneficia a los catalanes porque la CNMT est¨¦ en Barcelona
Muchos se han sorprendido de que los 16.409 millones calculados por la Generalitat para 2009 solo incluyan como gasto estatal que beneficia a Catalu?a el que se realiza en su territorio (m¨¦todo monetario). Ese m¨¦todo subvalora lo que le costar¨ªa a la Generalitat independiente suministrar los mismos bienes p¨²blicos que hoy presta la Administraci¨®n central seg¨²n la actual estructura competencial del Estado.
En efecto, no tiene sentido argumentar que los catalanes no se benefician de los consulados porque en Catalu?a no hay ninguno, o que los ordenadores de la Agencia Tributaria solo sirven a los madrile?os porque est¨¢n en Madrid, o que el VOR de Calamocha que gu¨ªa los aviones del puente a¨¦reo solo hay que imputarlo a los aragoneses. O repartir el gasto en defensa y en justicia seg¨²n donde est¨¦n las instalaciones militares y los tribunales. Regular las telecomunicaciones no solo beneficia a los catalanes cuando la CNMT est¨¢ en Barcelona, ni la de los mercados financieros solo favorece a los madrile?os porque la CNMV est¨¦ en Madrid.
Una Catalu?a independiente deber¨ªa financiar todos los servicios que ahora recibe del Estado, se produzcan o no desde el territorio catal¨¢n. ?O es que no iba a tener su red de embajadas y consulados, su propia defensa y sus propios sistemas de gesti¨®n tributaria? ?Es que alguien se las suministrar¨ªa gratis?
Lo razonable es que el gasto en los bienes p¨²blicos de car¨¢cter general se reparta proporcionalmente a la poblaci¨®n (m¨¦todo beneficio). Seg¨²n la Fundaci¨® CatDem, por ejemplo, ¡°la estimaci¨®n que puede reflejar mejor el coste que supondr¨ªa el servicio de defensa en Catalu?a, es la que se deriva del criterio del flujo del beneficio¡±. Si as¨ª se hiciera, el d¨¦ficit observado de 792 millones de 2009 se convierte en un super¨¢vit a favor del Estado de 4.105 millones. Y para 2010 el d¨¦ficit observado de 5.835 se convertir¨ªa en un d¨¦ficit de 774. Esta subestimaci¨®n de los costes reales es una de las dos razones fundamentales por las cuales los 16.000 millones no estar¨ªan disponibles.
La otra raz¨®n es que los 16.000 millones (16.409 en 2009 y 16.543 en 2010) resultan de a?adir a los impuestos efectivamente pagados por los catalanes en cada a?o los impuestos que tendr¨¢n que satisfacer en el futuro para pagar ¡°su¡± parte del d¨¦ficit p¨²blico estatal (15.618 en 2009 y 10.708 en 2010). Es lo que se llama ¡°neutralizar¡± el d¨¦ficit. Y, ?cu¨¢l es ¡°su¡± parte? Ya explicamos que la Generalitat la calcula proporcionalmente a los ingresos que aporta Catalu?a. Hay otras formas de hacerlo, pero no vamos a entrar en ello ahora.
En nuestro art¨ªculo no dec¨ªamos, como se nos atribuye, que neutralizar el d¨¦ficit es un ¡°puro artificio contable creado por los nacionalistas¡±. Tampoco neg¨¢bamos el inter¨¦s de hacerlo, ya que da una idea estructural de la posici¨®n fiscal de Catalu?a. Lo que dec¨ªamos es que el saldo observado y el neutralizado son conceptos de distinta naturaleza. La Generalitat difunde solo la cifra de los 16.409 (m¨¦todo monetario neutralizado) y se presenta en el discurso pol¨ªtico dando a entender que ese dinero estar¨ªa disponible inmediata y autom¨¢ticamente con la independencia.
El Estado catal¨¢n habr¨ªa dispuesto en 2009 de solo 792 millones de m¨¢s
Pero nosotros dec¨ªamos y nos reafirmamos en que el d¨¦ficit fiscal calculado neutralizando el d¨¦ficit p¨²blico no es equivalente a recursos adicionales disponibles gracias a la independencia. Porque esos impuestos que se tendr¨ªan que pagar en el futuro, por definici¨®n, todav¨ªa no se han pagado y por ello no estar¨ªan disponibles en el presente.
A ese respecto, la Fundaci¨® CatDem dice que, en caso de independencia, la neutralizaci¨®n ¡°no corresponde¡±, ya que ¡°lo que hace la neutralizaci¨®n es imputar el d¨¦ficit p¨²blico del Estado como carga impositiva futura: eso aqu¨ª no tiene sentido, lo que estamos midiendo es la capacidad de autofinanciaci¨®n de Catalu?a como Estado¡±.
Resumiendo nuestro razonamiento: si en 2009 Catalu?a hubiera sido independiente, la Generalitat se hubiera quedado con los 46.195 millones de impuestos pagados al Estado y habr¨ªa gastado 45.403 millones en los servicios que el Estado prestaba en Catalu?a. El resultado de la independencia ser¨ªa, pues, disponer de 792 millones ¡°contantes y sonantes¡± de m¨¢s.
Los 16.409 millones no aparecen por ninguna parte. Ciertamente no aparecen ¡°en efectivo, encima de la mesa del conseller¡± como afirma una cr¨ªtica publicada en Ara, un peri¨®dico de ideolog¨ªa independentista. Lamentamos que no se haya publicado en EL PA?S, lo que hubiera dado m¨¢s difusi¨®n y agilidad al debate. En Ara se fabula diciendo que esos millones los habr¨ªa sacado el Estado de la Visa de los catalanes, pero que con la independencia ¡°estar¨ªan disponibles sobre la mesa del conseller¡±. Pero si Catalu?a fuera independiente, el Estado no podr¨ªa usar su Visa. Y si es Catalu?a la que usa su Visa es el equivalente de endeudarse. Sin hacerlo, lo ¨²nico que habr¨ªa sobre la mesa del conseller es el saldo observado de 792 millones. Y adem¨¢s tendr¨ªa que financiar la producci¨®n de los servicios p¨²blicos generales que el Estado suministraba desde fuera de Catalu?a.
Los autores de esa cr¨ªtica ¡°encuentran¡± los 16.000 millones en los recursos futuros que el ejercicio de la neutralizaci¨®n a?ade a los presentes. Nosotros, como la CatDem, pensamos que este ejercicio ¡°no tiene sentido¡± cuando se trata de medir la capacidad de autofinanciaci¨®n de Catalu?a como estado.
As¨ª, la Fundaci¨® CatDem estima ¡°la ganancia que obtendr¨ªamos como Estado independiente en 2009 hubiera sido de 922 millones de euros¡±, una cifra muy inferior a los 16.000 que gran parte de la opini¨®n p¨²blica catalana parece estar convencida de que ser¨ªa el beneficio inmediato e ¡°inmutable¡± que producir¨ªa la independencia.
Este es un tema important¨ªsimo y el Gobierno espa?ol debiera propiciar su debate. Nosotros hemos querido contribuir a ello a trav¨¦s del reducido espacio de estos art¨ªculos cuya publicaci¨®n agradecemos mucho.
Josep Borrell es catedr¨¢tico Jean Monnet y Joan Llorach es empresario.
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